LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







08 octubre 2021

CONTRA LA IMPUNIDAD Y EL OLVIDO


El 2 de octubre de 1968, francotiradores del Batallón Olimpia abrieron fuego contra miles de personas que se manifestaban en la plaza de las Tres Culturas, en Tlatelolco, por ordenes de Gustavo Díaz Ordaz, quien días antes dijo; “Llegaremos hasta donde tengamos que llegar”, el resultado fue un crimen de Estado de Lesa Humanidad.

Minutos antes de las 6 de la tarde de ese día un helicóptero comenzó a sobrevolar la plaza. Desde él se dispararon bengalas, siendo ésta la señal para que los francotiradores del Batallón Olimpia comenzaran a abrir fuego sobre la gente reunida; estudiantes, madres, hijos, profesores, obreros. En medio del caos, toda la población civil ahí reunida corrió por la Plaza de las Tres Culturas y las inmediaciones del edificio Chihuahua, tratando de protegerse. Manifestantes que lograron escapar del tiroteo se refugiaron en los departamentos de los edificios cercanos, pero esto no los salvó del ejército; sin orden judicial, los soldados irrumpieron en cada uno de los departamentos para capturar a los jóvenes que se habían ocultado en ellos, los cuerpos  fueron recogidos esa noche, para que la Plaza amaneciera limpia de cadáveres y de sangre.

¡2 de octubre no se olvida! es un grito en contra de la impunidad, el olvido y la amnesia colectiva. Así, lejos de perder vigencia al repetirse año tras año, se ha convertido en un gran símbolo del impacto que tuvo el Movimiento Estudiantil de 1968, que marcó la lucha del pueblo mexicano y explica el rumbo de la 4T.

AMLO; “Nunca más una represión en México, nunca más torturas, desapariciones, masacres. Nunca más un 68”. Tenemos que tomar en cuenta que el uso de la fuerza no es la opción para resolver problemas que se originan por la falta de libertades y por la falta de justicia. Estamos en una etapa nueva, en la que el uso de la fuerza ha quedado relegado. No se puede hablar ni siquiera de la razón de Estado, de que el Estado tiene el monopolio exclusivo del uso de la fuerza. Nosotros queremos vivir en una sociedad en paz, sin violencia, sin usar la fuerza, convencer, no vencer, convencer, persuadir, dialogar, vivir en armonía, vivir en paz.

¡Por los caidos, no un minuto de silencio, sino toda una vida de lucha!

¡POR LA LIBERACIÓN, ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!

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Palabras de la Senadora Ifigenia Martínez Hernández, 
Al recibir la Medalla Belisario Domínguez


Mi convencimiento de la necesidad de un cambio de rumbo ante el autoritarismo, el avance de la tecnocracia y el inicio del neoliberalismo, me llevaron a la lucha política, ese anhelo significó el motor de cambio que nos impulsó en 1987, junto al ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y al licenciado Porfirio Muñoz Ledo, entre otros distinguidos mexicanos de izquierda, a la creación de la corriente democrática que considero fue un parteaguas en la historia política de nuestro país.

Durante el largo período de la globalización y el neoliberalismo en diversas legislaturas seguimos luchando por un mundo más justo y equitativo en defensa de la soberanía económica en contra de la enajenación de riquezas y recursos nacionales, la privatización desmedida, la desregulación y liberalización económica en favor de una más justa distribución del ingreso y la riqueza entre todas las fuerzas productivas, especialmente de trabajadores de la ciudad y el campo.

A más de 30 años de la creación de la corriente democrática y bajo el actual liderazgo del estimado compañero, el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, hoy contamos con un gobierno democrático de izquierda. De izquierda transformadora, este es un logro mayúsculo para la nación y para todas y todos los que hemos apoyado esta lucha desde sus inicios.

Después de varias alternancias en la Cámara de Diputados regresé al Senado, a este Senado, para contribuir a consolidar la transformación de la vida pública, la cual, partiendo del combate a la corrupción y a la amplia protección a grupos sociales más desprotegidos, abarcará sustancialmente la solución de problemas estructurales para recuperar el crecimiento económico y lograr el bienestar social en un país más justo y democrático.

Considero que aún queda un buen trecho del camino por recorrer, es vital la restitución al Estado democrático, de facultades para recuperar la rectoría económica, instrumentar las medidas para seguir el nuevo rumbo del país, volver a ampliar las acciones del Estado otorgando las disposiciones que actualmente limitan o perjudican a empresas productivas del país.

Los argumentos de la libre concurrencia y la competitividad, heredadas de los gobiernos neoliberales que debilitaron al Estado, integraron un marco constitucional ilegal que es imperativo a actualizar y rectificar en cuestiones estratégicas, proceso que ya se ha iniciado con las iniciativas para fortalecer el carácter nacional y público del sector energético, sin perjuicio de la participación privada complementaria, adecuadamente regulada y justamente retribuida.

Dicha tarea que abarca a toda la sociedad tendrá un marco de expresión y un espacio de diálogo en el Poder Legislativo y, desde luego, en el Senado en donde trataremos de adoptar y elaborar proyectos e iniciativas con ese sentido correctivo y transformador, elementos que nos han impulsado a proponer la integración de un consejo económico y social, plural y democrático, en donde puedan escucharse todas las fuerzas económicas del país y su dirección y distribución de nuestro ingreso.

Consideramos que debe existir un órgano plural con representación de todos los sectores sociales del país: trabajadores, empresarios, académicos, servidores públicos, que cuantifique y analice las principales variables y económicas de nuestra realidad presente y las proyecte en un avance ordenado hacia un futuro que permita lograr, en forma democrática, el desarrollo económico y social de un país, de la población que ahora tiene y que seguramente va a aumentar.

Este órgano colegiado se constituía con las siguientes bases y objetivas:

Uno. La tarea fundamental será el diseño y puesta en marcha de un nuevo pacto nacional político, económico y social sobre cada uno de los pilares de la cuarta transformación.

Segundo. Elaborar leyes para propiciar una mayor igualdad social, aumentando los ingresos de las clases marginadas y disminuyendo la concentración de la riqueza.

Tres. La separación del poder económico del poder político debe significar la separación del gobierno de las oligarquías económicas y financieras, y un mayor acercamiento a las necesidades populares, utilizando toda la potencialidad económica del Estado.

Cuatro. Fortalecer la estructura económica para abastecer el mercado interno y promover la integración del sector informal de forma progresiva a la economía formal en plenitud de derechos y desarrollo de capacidades.

Cinco. En el sector externo es necesario lograr una inserción más favorable de nuestra economía en la globalidad mediante un encadenamiento productivo que incremente el valor agregado interno.

Seis. Un sector financiero reorganizado, con mayor participación nacional y pública, menos ávido de ganancias y más orientado a la extensión financiera y al financiamiento productivo.

Siete. Es vital el fortalecimiento fiscal del Estado a nivel federal mediante impuestos de base amplia y a niveles locales en las contribuciones correspondientes dentro de nuestro sistema de coordinación fiscal.

Ocho. Además del rigor administrativo para la recaudación tributaria, consideramos conveniente promover un sistema progresivo de impuestos comprometidos con el federalismo, la implantación de un impuesto a la riqueza y otras formas de gravamen a los ingresos personales excesivos, sin aumentos al Impuesto sobre la Renta a las empresas, sobre todo, a las de nivel medio e intermedio, para procurar su expansión.

Nueve. En la política social la prioridad de la atención a los grupos de bajos ingresos debe significar, además del apoyo directo, el reforzamiento de las condiciones materiales de vida de las oportunidades de desarrollo y movilidad social con medidas estructurales duraderas. Debemos promover el mejoramiento a la distribución del ingreso, entendiendo al salario como el elemento fundamental para el desarrollo económico, es decir, la retribución al trabajo.

Diez. La democratización de la vida pública del país debe significar el respeto pleno a la democrática representativa y a sus instituciones, al igual que al fortalecimiento de la democracia participativa.

Robustecer al Estado económica, política y democráticamente debe significar un fortalecimiento del Federalismo para extender a las entidades federativas las nuevas reglas y prácticas de acuerdo con los principios, objetivos y las metas nacionales.

Ciudad de México a 7 de octubre de 2021

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Discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador
200 aniversario de la Consumación de la Independencia


Amigas, amigos, Representantes de gobiernos, de pueblos amigos de México, Autoridades civiles y militares:

Aun cuando la entrada del Ejército Trigarante a la Ciudad de México fue un festejo de la élite militar y política, y con poca o ninguna significación social, no deja de ser el acontecimiento formal en el que desembocaron los acuerdos de Iguala y los Tratados de Córdoba, y la culminación de la lucha de más de una década para alcanzar la Independencia de México.

Es cierto que, el 27 de septiembre de 1821, cabalgaban al frente de las tropas triunfantes el general Agustín de Iturbide y sus subordinados, los militares realistas y que muy atrás venían los liberales encabezados por Vicente Guerrero, quienes ni siquiera firmaron al día siguiente el Acta de Independencia del Imperio Mexicano; sin embargo, lo vivido en ese día, hace 200 años, marcó para siempre nuestra separación política con España.

Desde entonces, desde ese día, ni Iturbide ni Santana ni ningún otro jefe político conservador dejaron de cumplir con el compromiso de hacer valer la Independencia de México y así quedó demostrado cuando se defendió a la patria ante varios intentos de reconquista que buscaban mantener la subordinación a la monarquía española.

Claro está que, a partir de la independencia política, la nueva nación pasó por pruebas muy difíciles y dolorosas hasta llegar a ser lo que hoy somos gracias a mujeres y hombres que a lo largo de nuestra historia han sabido poner en alto el nombre de México con valor, perseverancia, desinterés y ofrendando hasta la vida misma por nuestra querida patria.

En esta ocasión no hablaré de las confrontaciones internas entre liberales y conservadores ni del Movimiento de Reforma ni de la Revolución Mexicana; tampoco de cómo nuestros antepasados, con heroísmo, enfrentaron invasiones extranjeras para hacer realidad la soberanía nacional.

Este día lo dedicaré a exaltar la importancia que tiene el mantener relaciones de amistad con todas las naciones del mundo. Es obvio que tenemos por historia, religiones, culturas e ideologías políticas, distintas formas de pensar y de actuar. Sin embargo, es también mucho lo que nos une y nosotros predicamos y promovemos la fraternidad universal.

Nos declaramos partidarios de la paz, de la soberanía y del amor. Aunque no olvidamos, sostenemos que es el tiempo del perdón y del respeto mutuo. Ahora, por ejemplo, mantenemos buenas relaciones con la Iglesia Católica gracias, en mucho, a que el papa Francisco es un verdadero cristiano, un defensor de los pobres. Con motivo de esta conmemoración ha enviado una carta a los católicos de México, en la cual, con profunda humildad, reconoce “los errores cometidos en el pasado, que han sido –cito textualmente– muy dolorosos” y, al mismo tiempo, recuerda que el padre Hidalgo tomó del santuario de Atotonilco la imagen de la Virgen de Guadalupe como símbolo de lucha y esperanza. Celebramos la presencia en esta conmemoración del vicedecano del Consejo Cardenalicio, Leonardo Sandri. Es bienvenido a nuestro país.

No hay razón, tampoco, para enfatizar en este día las profundas diferencias históricas que hemos tenido con Francia, porque en los nuevos tiempos esa nación y su gobierno han sabido respetar la dignidad de nuestro pueblo. Un dato: en la exposición que hoy inauguramos, Francia fue el país que más objetos arqueológicos e históricos puso a nuestra disposición. Agradecemos la presencia en este acto de Barbara Pompili, ministra de Transición Ecológica.

Y cómo reclamarle, en estos tiempos, a los rusos el asesinato del gran escritor y político, León Trotski, que estaba asilado en nuestro país; si hasta en la Guerra Fría mantuvimos buenas relaciones y hoy, con elegancia y amabilidad nos envían felicitaciones desde el espacio.  Hace poco, cuando me contagié de COVID, el presidente Vladimir Putin ofreció enviarme médicos para curarme y expresó que deseaba mi pronta recuperación. Hoy nos complace la presencia de Anton Kotyakov, ministro de Trabajo y Protección Social de la Federación de Rusia.

Así con este mismo espíritu se desarrollan también nuestras relaciones con China, Japón, Italia, Irlanda, Bangladesh, Dinamarca, Sudáfrica, Emiratos Árabes, Bolivia, Guatemala, Canadá, Cuba y con todos los países del mundo. En especial, expreso nuestra gratitud por acompañarnos al primer ministro de Belice; y a los cancilleres de India y de Países Bajos. También es muy satisfactorio, como lo hemos constatado, escuchar el mensaje del presidente Biden. Es oportuno recordar que el año pasado, México fue miembro del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con 187 votos a favor, la aprobación mayoritaria más alta de la historia.

La frase, del mejor presidente de México, Benito Juárez, según la cual: “entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”, siempre será la guía de nuestras acciones en materia de política exterior y la cordialidad nunca dejará de ser nuestro principal distintivo. México ha sido, es y seguirá siendo sinónimo de amistad para todos los pueblos del mundo.

¡Que viva la fraternidad universal!

¡Viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!

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En memoria de Guillermo Rivera Torres, 
estudiante de la Vocacional 1, asesinado en la Plaza 

¿Quién? ¿quiénes? Nadie. Al día siguiente nadie.

La plaza amaneció barrida; los periódicos dieron como noticia principal el estado del tiempo y en la televisión, en el radio, en el cine no hubo ningún cambio en el programa. Ningún anuncio intercalado ni un minuto de silencio en el banquete (pues prosiguió el banquete)

Rosario Castellanos

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MI 2 DE OCTUBRE DE 1968 *

Tenía 17 años y una situación familiar muy desfavorable hacia la situación política; incluso estaba en casa de una tía que ejercía mayor control sobre mí que mis propios padres. Esa mañana mi prima y yo fuimos al Centro Histórico y al caminar por la plancha del Zócalo me percaté de que un joven me toma de la mano y me entrega un volante.

Con la lectura del volante me enteré que iba a realizarse la concentración de Tlatelolco; no lo podía creer y considero que hasta ni le di demasiada importancia porque no concebía ¿cómo podía organizarse un acto que pretendía convertirse en manifestación, si las escuelas estaban tomadas y el ejército en todas partes? Creo no le comentamos nada a mi tía, porque ella decidió que esa tarde iríamos a Popotla a visitar a unas amistades. Yo aproveché para buscar a una compañera de Ciencias Biológicas (que vivía en el mismo rumbo) y comentarle lo de la convocatoria al acto de Tlatelolco.

Eran como las 5.45 pm, cuando emprendimos el regreso al domicilio de mis familiares que estaba ubicado sobre la Calzada de la Villa y Río del Consulado (ahora Circuito Interior). No existía aún el Metro, así que supongo que nos íbamos rumbo al Zócalo, para de allí desplazarnos hacia la norteña Calzada de Guadalupe. Mi sorpresa fue enorme y me quede atónita, porque el camión daba vueltas y vueltas y no conseguía pasar la zona de Tlatelolco y sus alrededores. 

Viví el sobresalto y la angustia de la huida y desolación de los estudiantes reprimidos, que corrían desesperados entre las calles buscando una ruta de escape y los soldados que los perseguían con las bayonetas; había trolebuses y autobuses incendiados, la circulación estaba prácticamente detenida y la escena de la retirada de una batalla perdida por uno de los bandos daba un aspecto escalofriante a la vecina zona de la Garita de Peralvillo. 

No estuve en la Plaza de Tlatelolco, pero viví y miré desde las panorámicas ventanas del autobús la angustia, rabia, impotencia y desesperación de los perseguidos y deduje lo que había sucedido. La presencia militar en la zona era imponente.

Llegamos a la casa como a las 9 de la noche y no nos bajamos del autobús por temor a encontrarnos de frente con los soldados. Al llegar a la casa no había comentarios, la gente estaba muy asustada, los noticieros no difundían más que notas contradictorias y todo era culpa de los estudiantes; ¿cómo? Si los había visto correr desarmados, sin zapatos y con la única esperanza de huir de aquel infierno.

Mi prima era de mi edad y estaba en tercer año de preparatoria y cuando le dijo a su mamá que iba a ser su “baile de graduación en la Hacienda de los Morales”, mi tía le contestó que ¿cómo podía ir a celebrar si a nosotras nos constaba cómo los soldados habían matado a tanto muchacho aquel 2 de octubre? y como segunda sorpresa ví que mi prima decidió guardar el luto por aquellos jóvenes y no fue a su graduación.

Yo no hablé ni argumenté cosa alguna, pero en el fondo me agradó y agradecí a ambas que fueran sensibles y guardaran un luto que debió haber sido nacional en aquellos días. Por el contrario, otra hermana de mi madre fue a la Inauguración de la XIX Olimpiada en el Estadio Olímpico de Ciudad Universitaria y “aparentemente la vida continuó como si no hubiese pasado nada”.

Solo 10 días después del crimen de estado, el 12 de octubre Gustavo Díaz Ordaz “Asesino de Tlatelolco” inauguró Las Olimpiadas y con lujo de descaro liberó decenas de palomas como señal de la paz en el Estado Olímpico; ante la opinión pública nacional e internacional, trató de ocultar que, previamente, las bayonetas militares habían manchado de sangre el blanco pecho de estas palomas.

No volví a ver mi escuela, hasta diciembre del 68, concluidas las competencias deportivas de la Olimpiada cuando el ejército desocupó las escuelas politécnicas, después de haberlas mancillado por meses. El recibimiento fue singular; un miembro del Comité de Lucha y militante del Partido Comunista, nos esperaba en el auditorio de la escuela, donde la escenografía era un simbólico ataúd; muchos de los representantes de la Sociedad de Alumnos primero y después Comité de Huelga, estaban presos. 

*Guadalupe Ana María Vázquez Torre



 


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