LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







14 noviembre 2014

MÉXICO DE LUTO



Posicionamiento político de la Asamblea General Politécnica referente a la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa:


 “... Ya me cansé de ver cómo el Estado se vale de los métodos más sangrientos del crimen organizado para desaparecer estudiantes que reivindican justicia; de ver cómo se aprueban reformas que sólo benefician a un puñado de empresarios; de ver cómo suben los precios de la canasta básica y el salario no alcanza para tener una vida digna; que el presupuesto hacia las fuerzas armadas aumente y el de educación sigue siendo insuficiente; de ver cómo hoy es más peligroso ser estudiante que un asesino a sueldo.”

¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!
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EXISTE UN PACTO DE IMPUNIDAD ´


La sociedad civil mexicana sigue indignada por la desaparición de 43 estudiantes de la Escuela Normal (Rural) de Ayotzinapa y el asesinato de seis personas más, el 26 y 27 de septiembre pasado. La comunidad internacional debería respaldar las manifestaciones de protesta que se registran casi a diario en México, según Edgardo Buscaglia, un reconocido analista sobre los fenómenos relacionados con el crimen organizado, investigador principal en derecho y economía de la Universidad de Columbia, advierte que en México hay un pacto de impunidad entre los políticos mexicanos.

“México está en un periodo muy oscuro, quizá el más oscuro de su historia, quizá incluida su independencia porque aun cuando hubo mucha violencia, había idearios y hoy, hay una gran mediocridad, una enorme corrupción política”.

¿En México con el caso de los 43 estudiantes desaparecidos, hemos llegado a un punto de inflexión? - No, cuando lleguen ustedes la gente saldrá a la calle a paralizar el sistema económico o político, están de a poco llegando a la conciencia colectiva de que la situación no va a más, pero aún sigues viendo muchas excusas para no actuar, sigue el síndrome de la “reunionitis” donde la primera reacción de la sociedad civil es escribir un reporte, hacer una manifestación espasmódica y luego reuniones y ésa no es la experiencia que han dado los grandes movimientos pacíficos, olvídate de la revolución. Lo que ha ocasionado cambios y mejoras han sido siempre movimientos caracterizados por una parálisis pacífica del sistema económico y político por parte de un conjunto de ciudadanos que salen en la calle, “no sé cuándo va a ser o cuando será la última gota, pero en Iguala estos jóvenes en realidad son héroes, sufrieron el embate de la violencia más extrema de políticos mafiosos, un municipio de entre los 63 y el 77 por ciento del país que están controlados e involucrados con las mafias”.

¿Qué clase de estrategia debería adoptar la sociedad civil mexicana para enfrentar al poderío de los cárteles? –Bueno, utilizar las mismas técnicas de activismo social, de resistencia civil pacífica que llevó a cabo la sociedad civil italiana después del asesinato del juez Giovanni Falcone y del juez Paolo Borsellino. La misma que utilizó la sociedad civil colombiana durante los peores años, en los 90 y previamente, después del asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán. Las mismas técnicas de activismo pacífico, de resistencia civil pacífica, que aparecieron durante los años 50 y 60 en Estados Unidos, ante el racismo de Estado que existía en ese momento. Las mismas técnicas que usó Gandhi en los años 30 y 40 para lograr la independencia de India.

¿Con manifestaciones masivas?– Los ciudadanos tienen que comenzar a salir a las calles y paralizar el sistema económico pacíficamente, obligándolos puntualmente a que comiencen a limpiar el Estado mexicano, que cuenta con políticos vinculados a diferentes grupos criminales legalizados como empresas legalmente constituidas y políticos ligados a grupos criminales.

¿Por qué la sociedad civil no ha actuado de manera masiva hasta ahora?– Eso es algo que vengo anunciando desde hace ocho años en México y me causa mucha tristeza: que estas cosas no se aborden hasta que no comienza a correr un tsunami de sangre. 
Lamentablemente, la sociedad civil mexicana está muy disipada, muy fragmentada. Hay muchos valientes como el padre Solalinde, pero también hay una parte de la sociedad civil que está corrompida, que se beneficia a través de contratos con el gobierno en los estados y con el gobierno federal, a través de Sedesol (Secretaría de Desarrollo Social). No vemos a la sociedad civil puntualmente rodeando a los congresos, a los poderes legislativos de los estados y el federal, presentándose con una lista puntual. Y si ésta no se cumple, la gente debería mantener rodeado el Congreso. Así se volvería un símbolo de resistencia que llamaría la atención pública internacional. Eso generaría presión hacia el cambio.

¿Qué medidas puntuales habría que adoptar?– En primer lugar habría que implementar en la práctica, a través de causas penales, los tipos penales relacionados con el conflicto de interés: tráfico de influencias, malversación y desvío de fondos, que son los tres tipos de corrupción política más frecuentes. Hay que reformar los códigos penales para que el conflicto de interés se tipifique como delito, como se define en Canadá, en Japón, en Francia, en Alemania. El tráfico de influencias de los políticos tiene que definirse mejor en el código penal. Esto es un trabajo del Poder Legislativo y tiene que hacerse de manera urgente. La malversación de fondos puede observarse por doquier en México, en donde se otorgan contratos públicos a empresas de familiares, de amigos.

La tercera medida consiste en establecer y activar unidades de investigación patrimonial autónomas en cada estado mexicano para que comiencen a investigar a estos políticos y sus prácticas de desvío de fondos hacia empresas, muchas de ellas ligadas a la delincuencia organizada.

Para eso hay que recabar pruebas…– Eso lo tienen que hacer las instituciones mexicanas o las instituciones supranacionales ligadas a Naciones Unidas, como fue el caso de la CICIG (Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala). Algo así podría establecerse en México para tratar esos temas si no se pueden procesar bajo el sistema judicial mexicano debido al pacto de impunidad que existe en México. Con estas cuatro medidas ya podríamos empezar a limpiar al Estado mexicano. 

La corrupción política es el padre y la madre de la expansión de la violencia organizada en México. Le da un incentivo a grupos criminales de origen mexicano y de otros países: centroamericanos, peruanos e incluso europeos, para ubicarse en México con impunidad e intentar capturar pedazos del Estado mexicano a fin de aumentar sus negocios y expandirse regionalmente. México es un paraíso patrimonial, es una cabeza de playa ideal para cualquier grupo criminal del planeta, dada la existencia de impunidad como la que hay ahí.

Eso requiere una enorme presión de la sociedad civil…– Eso se hizo bajo presión. No fue una convicción bajo condiciones normales, que los políticos decidieran hacerlo un buen día. La corrupción política le da el incentivo a la delincuencia organizada a ser violenta. Porque grupos criminales intentan captar a diputados, senadores, alcaldes, gobernadores y los usan para aniquilar y neutralizar a sus grupos adversarios. Esa orgía de violencia está energizada por la corrupción política al más alto nivel. Si se acaba con la corrupción política y se comienza a atacar patrimonialmente a esos grupos criminales, se vuelven más pequeños, como sucedió en Colombia.

¿Cómo se traduciría esa situación en México?– Quedarían grupos pequeños que ya no tendrían la capacidad de enfrentarse al Estado mexicano de igual a igual y de generar este tipo de masacres masivas, que son crímenes de lesa humanidad en donde políticos están involucrados. Eso tiene que generarse a través de un movimiento masivo en México, no quemando edificios de gobierno. Esto no se soluciona con violencia porque así se le da la excusa a las autoridades corruptas para reprimir, para sacar el Ejército a la calle y a matarlos. Esto se soluciona con un movimiento social pacífico, en donde los medios internacionales estén al lado viendo cómo la población presiona e intenta rescatar a su Estado, de limpiarlo de esta podredumbre que se tiene en México.

MÉXICO, UN ESTADO FALLIDO PLANIFICADO
RAÚL ZIBECHI

 “Vivos se los llevaron, vivos los queremos”, grita María Ester Contreras, mientras veinte puños en alto corean la consigna sobre el estrado de la Universidad Iberoamericana de Puebla, al recibir el premio Tata Vasco en nombre del colectivo Fuerzas Unidas por Nuestros Desaparecidos en México (Fundem), por su trabajo contra las desapariciones forzadas. La escena es sobrecogedora, ya que los familiares, casi todas madres o hermanas, no pueden contener llantos y lágrimas cada vez que hablan en público. 

Nada que ver con la genealogía de las desapariciones que conocemos en el Cono Sur. En México no se trata de reprimir, desaparecer y torturar militantes sino algo mucho más complejo y terrible. Una madre relató la desaparición de su hijo, un ingeniero en comunicaciones que trabajaba para IBM, secuestrado por el narco para forzarlo a construir una red de comunicaciones a su servicio. “Le puede tocar a cualquiera”, advierte, diciendo que toda la sociedad está en la mira y que, por lo tanto, nadie debería permanecer ajeno.
Fundem nace en 2009, en Coahuila, y ha logrado reunir a más de 120 familias que buscan a 423 personas desaparecidas, que a su vez trabajan con la Red Verdad y Justicia, que busca a 300 migrantes centroamericanos desaparecidos en territorio mexicano. “Daños colaterales” los llamó el expresidente Felipe Calderón, tratando de minimizar la tragedia de las desapariciones. “Son seres que nunca tuvieron que haber desaparecido”, replica Contreras.

Un comunicado de Fundem, con motivo de la Tercera Marcha de la Dignidad celebrada en mayo, destaca que “según la Secretaría de Gobernación, hasta febrero de 2013, se contaban 26,121 personas desaparecidas”, desde que Calderón declaró la “guerra al narcotráfico” en 2006. En mayo de 2013, Christof Heyns, relator especial de ejecuciones extrajudiciales de las Naciones Unidas, dijo que el gobierno reconoció 102,696 homicidios en el sexenio de Calderón (un promedio de 1,426 víctimas por mes). Pero en marzo pasado, tras 14 meses del actual gobierno de Peña Nieto, el semanario Zeta contabilizaba 23,640 homicidios (1,688 al mes).

La cadena informativa Al Jazeera difundió un análisis donde se comparan las muertes provocadas por el Estado Islámico (EI) con las masacres del narco mexicano. En Irak, en 2014, el EI ha acabado con la vida de 9,000 civiles, en tanto el número de víctimas de cárteles mexicanos en 2013 sobrepasó las 16,000. Los cárteles llevan a cabo cientos de decapitaciones todos los años. Han llegado a desmembrar y mutilar los cuerpos de las víctimas, para después exponerlos para atemorizar a la población. “Con el mismo propósito, los cárteles también atacan a niños y mujeres, y, al igual que el EI, publican las imágenes gráficas de sus delitos en las redes sociales”.

La pregunta no es, no debe ser, quiénes son más sanguinarios, sino porqué. Desde que sabemos que Al Qaeda y el Estado Islámico han sido creados por la inteligencia estadunidense, bien vale la pregunta sobre quiénes están detrás del narcotráfico.

Diversos estudios y artículos periodísticos de investigación destacan la fusión entre autoridades estatales y narcos en México. La revista Proceso destaca que “desde el primer trimestre de 2013 el gobierno federal fue alertado por un grupo de legisladores, activistas sociales y funcionarios federales acerca del grado de penetración del crimen organizado en las áreas de seguridad de varios municipios de Guerrero”, sin obtener la menor repuesta (Analizando los vínculos detrás de la reciente masacre de los estudiantes de Ayotzinapa (seis muertos y 43 desaparecidos), el periodista Luis Hernández Navarro concluye que el hecho “ha destapado la cloaca de la narco-política guerrerense”. 

Raúl Vera fue obispo en San Cristóbal de las Casas cuando la jerarquía decidió apartar de esa ciudad a Samuel Ruiz. Pero Vera siguió el mismo camino de su antecesor y ahora ejerce en Saltillo, la ciudad del estado de Coahuila de donde provienen varias madres que integran Fundem. Y se reúnen en el Centro Diocesano para los Derechos Humanos. El obispo y las madres trabajan codo a codo.
En 1996 Vera denunció la masacre de Acteal, donde 45 indígenas tzotziles fueron asesinados mientras oraban en una iglesia de la comunidad, en el estado de Chiapas, entre ellas 16 niños y adolescentes y 20 mujeres. Pese a que la masacre fue perpetrada por paramilitares opuestos al EZLN, el gobierno intentó presentarlo como un conflicto étnico.

Por su larga experiencia, sostiene que la masacre de Ayotzinapa, “es un mensajito al pueblo, es decirnos: vean de lo que somos capaces”, como sucedió en San Salvador Atenco en 2006, cuando militantes del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, que participaban en La Otra Campaña zapatista, fueron brutalmente reprimidos con un saldo de dos muertos, más de 200 detenidos, 26 de ellas violadas. El gobernador a cargo del entuerto era Enrique Peña Nieto, el actual presidente.

Esos “mensajes” se repiten una y otra vez en la política mexicana. El padre Alejandro Solalinde, quien participó en el Foro de Derechos Humanos, coordina la Pastoral de Movilidad Humana Pacífico Sur del Episcopado Mexicano y dirige un albergue para migrantes que pasan por México hacia Estados Unidos, asegura que recibió información de que los estudiantes fueron quemados vivos. Luego de ser ametrallados, los heridos fueron quemados, como le relataron policías que participaron en los sucesos y “reventaron por conciencia” 

Si el modo de asesinar revela un claro mensaje mafioso, deben develarse los objetivos, hacia quiénes apuntan y por qué. La respuesta viene de la mano del obispo Vera. Destaca la íntima relación entre los cárteles y las estructuras política, judicial y financiera del Estado, al punto que es imposible saber dónde comienza uno y acaba el otro. Constatar esa realidad lo lleva a asegurar que los dirigentes de su país “son el crimen organizado” y que, por lo tanto, “no estamos en democracia”.

Pero el obispo enfoca su reflexión hacia un punto neurálgico que permite desatar el nudo. “El crimen organizado ha ayudado al control de la sociedad y por eso es socio de la clase política. Ellos han conseguido que el pueblo no se organice, no crezca”. 

Por último, no se trata de una confluencia casual sino de una estrategia. Uno de sus constructores sobre el terreno, es el general Óscar Naranjo, quien fue uno de los más destacados “arquitectos de la actual narco-democracia colombiana” bajo el gobierno de Álvaro Uribe, como lo denunciara Carlos Fazio. Naranjo, un protegido de la DEA y “producto de exportación” de Estados Unidos para la región, se convirtió en asesor del gobierno de Peña Nieto.

Fazio destaca una información de The Washington Post donde el rotativo asegura que “siete mil policías y militares mexicanos fueron entrenados por asesores colombianos”. No hace falta hacer volar la imaginación para descubrir dónde se comenzó a fabricar el Estado fallido mexicano.

Pero hay más. “El gobierno de Estados Unidos ha ayudado a algunos cárteles a través de la Operación Rápido y Furioso”, por la cual “involuntariamente” 2 mil armas fueron a parar a manos de los narcos, recuerda la página antiwar.com. Es posible, reflexionan sitios dedicados al análisis estratégico como el europeo dedefensa.org, que el caos mexicano sea favorecido por la creciente parálisis de Washington y la cacofonía que emiten sus diversos y contradictorios servicios. Sin embargo, todo indica que hay algo deliberado. Que pueda volverse boomerang a través de su extensa y porosa frontera, tampoco debería ponerse en duda.


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 “CUARENTA Y TRES”

Qué se puede decir que no sangre
que no mate el olvido
que sea un grito sin fin
que taladre las piedras
y que corra en los ríos:
Que son 43
Que eran 43
Que serán 43
Que fueron 43 las voces que
silenció la infamia:
Cuarenta y tres las esperanzas
Cuarenta y tres los sueños
Cuarenta y tres los hijos
Cuarenta y tres hermanos
Cuarenta y tres amigos
Cuarenta y tres millones
clamando por justicia

María Guerra Tejada
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*México está de luto. México está sangrando. Qué más tenemos que aguantar para decir basta. El país está secuestrado por una pandilla de neandertales, ladrones y asesinos. ¿En qué país quieres vivir tú?, en el que el simple hecho de exigir tu derecho a una vida digna y justa, signifique que te van a desaparecer y a matar.

¿Qué chingada madres es eso? Soñemos con el México que queremos y hagámoslo realidad actuando sin miedo. Tú tienes el poder de transformar la realidad.

En un cuarto lleno de luz no hay lugar para la oscuridad, pero en un cuarto lleno de oscuridad, con un solo pinche foco lo puedes iluminar y ese foco podría ser Ayotzinapa.

De alguna forma todos somos responsables de lo que pasó, reflexionen y platiquen, júntense; tenemos que unirnos, ser un mismo pueblo, ser una gran luz, no por nada somos la raza dorada del pueblo del sol. Luz y fuerza, hermanos.

“Ustedes son el futuro de México, no dejen que las garras de la malicia de estos pendejos los agarren”. 

*Palabras de León Larregui  cantante y compositor del grupo ZOE en concierto en Foro Sol.
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                                                                  NOTIPOEMA

No aceptamos tener este destino,
No queremos tener tan triste suerte,
No nacimos del brazo de la muerte
En perversas jugadas de casino.

La ruleta macabra, los mercados,
El dinero, el discurso y la oratoria,
La falsa indignación de una victoria
Mentirosa y falaz, dados cargados.

No quisiera pensar en la estampida,
El dolor y los malos contratiempos
No deben empujarnos a la huida.

Tenemos que curarnos las heridas,
Recemos por que lleguen nuevos tiempos
Y el valor principal sea nuestra vida.

+ Jorge Saldaña.+
 (1931 Banderilla Ver.- 2014 Cd. De México)
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SOY POLITÉCNICO:

Porque aspiro a ser todo un hombre.
Porque exijo mis deberes antes que mis derechos,
Por convicción y no por circunstancia.
Para alcanzar las conquistas universales y ofrecerlas a mi pueblo.
Porque me duele la Patria en mis entrañas y aspiro a calmar sus dolencias.
Porque ardo en deseos de despertar al hermano dormido.
Para prender una antorcha en el altar de la Patria,
Porque me dignifico y siento el deber de dignificar a mi institución.
Porque mi respetada libertad de joven y estudiante me impone la razón de respetar este recinto.
Porque traduzco la tricromía de mi bandera como trabajo, deber y honor.