LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







05 marzo 2010

CONGRESO SOCIAL HACIA UN NUEVO CONSTITUYENTE


Al Pueblo de México

Cientos de organizaciones sociales, ciudadanas y políticas de todo el país (agrupadas en su mayoría en los frentes unitarios convocantes), nos hemos reunido en la ciudad de Querétaro los días 5 y 6 de febrero para arrancar los trabajos de lo que está llamado a ser el mayor esfuerzo de unidad de todas las fuerzas transformadoras de nuestra nación y cumplir una cita con la historia en este 2010: la construcción de un Congreso Social verdaderamente representativo del pueblo de México, de su descontento y voluntad de cambio, que siente las bases para la instauración de un nuevo Constituyente y sea sustento de las acciones e iniciativas de la nueva insurgencia que busca rescatar lo mejor de nuestra historia y de nuestro pueblo, para terminar con la pesadilla neoliberal que corroe al país y echar de una vez por todas al régimen autoritario de las mafias que mal gobiernan a nuestra nación. Hemos iniciado así la ruta de conmemoración popular del bicentenario de la Independencia y el centenario de la Revolución Mexicana, en una perspectiva diametralmente opuesta a la farsa de celebración que organiza el gobierno federal, usurpado hoy por los herederos del colonialismo, el porfirismo y el conservadurismo, celebración que constituye una burla y un agravio a nuestra historia y a nuestro pueblo; es el pueblo, que ha resistido a lo largo de estos 200 años, verdadero protagonista de estas gestas históricas, el que ha decidido conmemorarlas luchando, para retomar las aspiraciones de Soberanía Nacional, Democracia y Justicia Social. Para ello, convocamos a la constitución de un Comité Organizador de la Conmemoración Independiente de los Centenarios, que rescate su sentido real desde la perspectiva popular. Llamamos a la formación de comités en todo el país para la realización de esta conmemoración. Al recuperar el sentido popular de nuestra historia en estos centenarios, constatamos la grave pérdida de nuestra soberanía e independencia, y la traición a los ideales de justicia social, democracia y libertad que dieron origen a la Revolución. Hoy es nuevamente necesario construir un proyecto de nación, que retome las aspiraciones históricas de nuestro pueblo e integre las reivindicaciones actuales de la amplia diversidad de nuestra nación.

Con este encuentro abrimos un amplio proceso de reflexión, discusión y elaboración de este proyecto de nación, al cual convocamos a toda la sociedad para hacerlo realidad y ponerlo en marcha. Con ese objetivo, iniciamos la ruta de organización de un Congreso Social ampliamente representativo de nuestro pueblo, que cree las condiciones para la realización de un nuevo Constituyente. Llamamos a toda la ciudadanía, a todas las organizaciones, movimientos y luchas, al pueblo en general, a participar activamente en la construcción desde abajo; que nadie se quede afuera, todas y todos cabemos en el Congreso Social.

El Congreso Social es parte de la lucha por conquistar una verdadera democracia desde el pueblo que haga valer su voluntad. Esto significa impulsar todas las iniciativas y actividades que lo hagan posible, entre ellas, las que permitan la salida de Felipe Calderón. Como parte de este proceso acordamos un plan de lucha que integra actividades y reivindicaciones que realizaremos en todo el país, durante este año de los centenarios, cuyos ejes centrales son el estallamiento de la Huelga Nacional y las actividades nacionales del 16 de septiembre y del 20 de noviembre. Llamamos a una actividad inmediata propuesta para el 16 de marzo a las 12:00 hrs, de emplazamiento a huelga por solidaridad con el SME y los Mineros, entre los que se encuentran los de la histórica mina de Cananea, con acuerdo de las asambleas correspondientes de las organizaciones sindicales. Hoy 7 de febrero, en la sede del Sindicato Mexicano de Electricistas, símbolo actual de la resistencia de nuestro pueblo contra el neoliberalismo y el autoritarismo; llamamos al pueblo de México, a la resistencia y la desobediencia civil; a organizarse en el Congreso Social, y sumarse a este esfuerzo unitario para cumplir esta cita con la historia; acabar con las calamidades que aquejan al país y alcanzar por fin un México independiente, soberano, libre, democrático y socialmente justo.

¡O SON ELLOS O SOMOS NOSOTROS! ¡LIBERTAD, REBELDÍA, DEMOCRACIA Y PODER POPULAR! ¡CON LOS TRABAJADORES TODO, SIN LOS TRABAJADORES NADA! ¡UNIDOS Y ORGANIZADOS, VENCEREMOS!

México, DF, a 7 de febrero de 2010.


¡ POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS ¡

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EL BLOQUE LATINOAMERICANO Y CARIBEÑO

Por: Raúl Zibechi

La creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños forma parte del viraje mundial y continental, caracterizado por el declive de la hegemonía estadunidense y el ascenso de un conjunto de bloques regionales que van dando forma a un nuevo equilibrio global. La creación de este organismo sin la presencia de Canadá y Estados Unidos, se venía gestando desde tiempo atrás, pero comienza a cobrar cuerpo meses después del notable fracaso de la OEA para resolver la crisis provocada por el golpe de Estado en Honduras, país que por el momento no forma parte del organismo en gestación.

La decisión, que se preparó durante los dos años anteriores impulsada por el presidente Lula, completa un largo proceso de autonomización de la región respecto de la superpotencia. Miremos atrás para observar el profundo cambio producido en la región. Desde su creación en 1948, la OEA respondió a los intereses de Washington. Cuando Cuba fue expulsada en 1962, ningún país votó en contra para evitarse problemas con Estados Unidos, aunque seis se abstuvieron, entre ellos Argentina, Brasil y México. En 1983, la creación del Grupo de Contadora (Colombia, México, Panamá y Venezuela) para buscar salidas a las guerras civiles centroamericanas, representa el primer intento por dotar a la región de voces que se aparten del coro impuesto por la Casa Blanca y el Pentágono. Fue la intervención del primer ministro sueco, Olof Palme, la que resultó decisiva para que se formara este grupo que se fue ampliando, pese al rechazo de Washington.

En 1990 el Grupo de Río sustituyó a Contadora (ya convertido en Grupo de los Ocho), con la incorporación de los países sudamericanos que hasta ese momento no lo integraban, más la Comunidad del Caribe y los países de Centroamérica. En 2008 adquirió su actual fisonomía con la incorporación de Guyana, Haití y Cuba, y en 2010 durante la celebración de su 21 reunión, la Cumbre de la Unidad en la Rivera Maya, dio el paso definitivo al generar la nueva Comunidad de Estados. Son dos décadas y media de lenta construcción que culmina un proceso iniciado cuando la ofensiva imperial contra Nicaragua, El Salvador y Guatemala parecía omnipotente, que cuaja cuando se vive una coyuntura nueva.


La Declaración de Cancún, suscrita por los 32 presidentes (con la única ausencia de Honduras), señala que el objetivo del nuevo organismo es ''profundizar la integración política, económica, social y cultural de nuestra región'', defender el ''multilateralismo'' y ''pronunciarse sobre los grandes temas y acontecimientos de la agenda global''.
En el apartado dedicado a crisis económica promueve
la creación de una nueva arquitectura financiera regional o subregional, incluyendo la posibilidad de realizar pagos en monedas nacionales y evaluar la creación de una moneda común, así como la cooperación entre bancos nacionales y regionales de fomento. Un claro énfasis en la integración, sin establecer plazos, puede rastrearse en el espíritu del documento. Sin embargo, los dos aspectos centrales y los más concretos que firmaron los presidentes son los apartados dedicados a ''energía'' y a la ''integración física en infraestructura''. Se propone enfrentar los desafíos energéticos promoviendo la expansión de fuentes de energía renovables y ''promoviendo el intercambio de experiencias y transferencia de tecnología sobre programas nacionales de biocombustibles'', entre otros, para permitir a ''las economías más pequeñas y los países menos desarrollados alcanzar un acceso justo, equilibrado y constante a las diversas formas de energía''.

Respecto de la infraestructura, se propone intensificar las obras para la conectividad y el transporte aéreo, marítimo, fluvial y terrestre, así como el transporte multimodal. Quien dice integración vía obras de infraestructura y biocombustibles, dice Brasil, país que lidera a la región en ambos rubros y es el
primer productor mundial de etanol, a la par de Estados Unidos.

Pero el documento dedica un apartado a ''desastres naturales'', en el que llama a crear mecanismos para ''dar una respuesta regional rápida, adecuada y coordinada a los mismos''. También aquí puede verse la mano brasileña, escaldada doblemente luego de la anémica reacción de la OEA en Honduras y de la brutal intervención-invasión de la Cuarta Flota en Haití. Aunque la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe es aún una declaración de intenciones, que habrá de dar sus primeros y verdaderos pasos en las cumbres de Caracas (2011) y Chile (2012), cuando deberá dotarse de estatutos, el hecho de que se haya puesto en marcha es lo más significativo. Su creación debe leerse desde tres ángulos.

En el tiempo corto representa un freno al reposicionamiento de Estados Unidos en Colombia y Panamá con 11 bases militares, pero también en Honduras y Haití. Recordemos que cuando se produjo el ataque de Colombia a Ecuador, primero de marzo de 2008, con el bombardeo del campamento de Raúl Reyes, se aceleraron los tiempos que llevaron a la creación de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) y del Consejo de Defensa Suramericano. El segundo tema se relaciona con el tiempo largo: la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe completa el largo ciclo de autonomización respecto del centro imperial. No es casual que los dos pasos se dieran en momentos de graves tensiones: guerras centroamericanas, hace 25 años; crisis económica y polarización mundial, ahora.


La tercera cuestión tiene carácter geopolítico. México y Centroamérica ya no estarán tironeados sólo desde el norte. El bloque regional tiene muchos problemas y contradicciones internas que lo harán caminar lentamente. Nada de eso le impidió tomar cuerpo desde comienzos de los años 80 del siglo pasado, en una situación de mucho mayor peso y presencia de Estados Unidos, luego ampliarse y, ahora, comenzar a consolidarse. El tiempo largo hace su trabajo; lenta, pero inexorablemente, pulveriza el tiempo corto.

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fcr.alternativa@yahoo.com


“¡PRONTO MÉXICO SE LIBERARÁ!”, ANIMA EVO MORALES A LOS REVOLUCIONARIOS DEL PAÍS

El presidente de Bolivia, Evo Morales Ayma, emitió ayer un mensaje a los movimientos indígenas, sociales, obreros e intelectuales, así como a los revolucionarios del país: “Mucha fuerza. ¡Pronto México se liberará!” En un discurso largamente ovacionado por miles de personas que desbordaron el jardín Hidalgo de Coyoacán, el mandatario sostuvo que es posible liberar a América Latina del control de Estados Unidos si hay unidad y organización:

“Hay que tener paciencia, aguantar a la derecha. Seguramente el sentimiento de los pueblos de Latinoamérica es una liberación. La unidad dentro de los movimientos sociales y los partidos de izquierda es necesaria para esa liberación. Ésa es la experiencia que puedo aportar”, dijo. Emocionado por el recibimiento que se le prodigó, y que el mandatario definió como “un acto de rencuentro con los movimientos que luchan y sueñan por un mundo de igualdad y dignidad”, Evo Morales se refirió a la cumbre de países de América en Cancún, y sostuvo que de ese encuentro México podría pasar a la historia “si se decide que Latinoamérica necesita una nueva OEA, sin Estados Unidos. ¡Qué mejor que en esta tierra de Benito Juárez y de Emiliano Zapata!”

Más tarde, en conferencia de prensa que se prolongó durante una hora, a una pregunta sobre sus relaciones con otros jefes de Estado, aseguró que mantiene un trato de amistad con Calderón. “Pero tampoco me pueden pedir que yo me pelee con ningún presidente”, atajó.

También, a otra pregunta Morales Ayma admitió que no ve un cambio inmediato en ese mecanismo internacional, pero “debemos ver hasta dónde podemos avanzar sin el imperio. Mi experiencia es que mejor sin el imperio: sin controles, chantajes, tutela e intentos de golpes de Estado. Al embajador de ese país lo expulsamos. Paz y tranquilidad”.

Alertó que Washington ha modificado sus estrategias de intervencionismo en el continente. “La conspiración es de otra forma: dividir a los movimientos sociales, enfrentar a los regímenes, el retorno de las bases militares en Perú, Colombia, Panamá... Pero nosotros no podemos defendernos con guerra, sino con la conciencia de nuestros pueblos.”

El caso de Honduras, dijo, habla de la “abierta conspiración” del gobierno estadunidense para derrocar al presidente Manuel Zelaya. “Si Washington quería acabar con el golpe de Estado, eso estaba en sus manos. Porque ahí estaba una de sus bases militares. Ésa es una abierta conspiración; una abierta provocación contra los presidentes de los países revolucionarios.”

Satisfecho por el avance de gobiernos surgidos de la izquierda y de los movimientos sociales, ironizó: “El eje del mal sigue creciendo. Antes era sólo Cuba, luego Venezuela, Brasil, Bolivia y Honduras”.

En su discurso vespertino, planteó que no se puede olvidar al pueblo cubano ni a Fidel Castro. “La lucha no ha sido en vano, y ahí viene otro compañero, Hugo Chávez. Qué bonita es la cooperación entre algunos presidentes de Latinoamérica, pero acuérdense de lo que les digo: el capitalismo no es ninguna solución para la humanidad. Pronto veremos en Latinoamérica al socialismo comunitario, estoy convencido de eso.”

Evo Morales se refirió ampliamente a la experiencia de Bolivia y a su esfuerzo por recuperar los bienes nacionales, que le permitió ingresos extraordinarios con los cuales su país dejó de ser “un país indigno y mendigo y hemos empezado a dignificar a todos los bolivianos”. Expuso que al inicio de su gobierno persistía la incertidumbre de lograr un superávit no obtenido durante 65 años.

No obstante, dijo, la sola recuperación de los hidrocarburos libró a Bolivia del déficit fiscal. “Pasó el tiempo y en septiembre (de 2006) revisamos nuestra macroeconomía. ¡Había plata! El gobierno no tiene que mandar al gabinete económico a Estados Unidos para hacerse de plata para pagar aguinaldos. Se acabó eso. Sobró plata. El primer año de nuestro gobierno con superávit fiscal”, expresó.

Antes, refirió, 70 por ciento de la inversión privada se concretaba con créditos contratados en el exterior o con cooperación internacional, y el otro 30 por ciento con impuestos y regalías de las trasnacionales adueñadas del petróleo. “Pero el año pasado 70 por ciento de la inversión fue con nuestra plata, pero en poco tiempo toda la inversión será con plata boliviana.”

La senadora Rosario Ibarra de Piedra, presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, afirmó en su bienvenida: “Vivimos en una América a la que el poeta (Rubén Darío) llamó la América fragante de Cristóbal Colón. Era bella, hermosa, pero hoy huele a sangre, a crímenes, a corrupción, y sobre todo hay muertos, fraudes y engaños”.

Afirmó que así como Espartaco al ser crucificado dijo que volvería y serían millones, “así somos millones los bolivianos, los argentinos, los mexicanos que podemos hacer un solo país del continente... Somos muchos y los poderosos, los usurpadores, son unos cuantos. Así, con el dedo, sin hacerles daño, los podemos hacer a un lado”.

La mazahua Elisa Segundo aseguró que la lucha de Morales en Bolivia “es también nuestra lucha, porque él también sufrió como nosotros. Él sí es presidente de los indígenas. Es el único hombre reconocible de América, porque nos escucha. ¡Sigamos adelante con él y venceremos!”

La Jornada, 22 de febrero

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CARLOS MONTEMAYOR

El escritor, poeta, tenor, defensor de los pueblos indígenas y activista social Carlos Montemayor falleció este lunes 1º de marzo, a los 62 años, víctima del cáncer estomacal que padecía, su deceso ocurrió a las 03:35 horas tras permanecer ocho días internado en el Instituto Nacional de Cancerología. Le sobreviven su esposa, Susana de la Garza y sus hijos Emilio, Alejandra, Jimena y Victoria. El escritor pidió que sus cenizas sean llevadas a la Academia Mexicana de la Lengua, y sea despedido con un homenaje público, sin ceremonia fúnebre.

Es uno de los pilares de la literatura y el pensamiento político del México contemporáneo. En su brillante obra narrativa, poética y ensayística, Montemayor investigó los movimientos guerrilleros en México y dedicó gran parte de su trabajo crítico a la literatura actual y tradicional en varias lenguas indígenas, cuyas obras son determinantes para entender la problemática actual del país.

Para el historiador Miguel León-Portilla, Montemayor fue un crítico severo de la realidad y analizó la problemática social del país con agudeza y profundidad, pero también fue un hombre comprometido con su tiempo, los indígenas, sus causas y su lengua. “En suma, un gran mexicano”. Estos elementos, dijo, se reflejan en su extraordinaria obra. Pero su labor se extendió, añadió, y creó talleres para escritores en lenguas indígenas que les permitió transcribir sus textos al castellano. Para el antropólogo Rodolfo Stavenhagen, el trabajo de Montemayor es importante para revalorar las lenguas indígenas, desde el punto de vista de la literatura.

Carlos Montemayor nació en Parral, Chihuahua, el 13 de junio de 1947. Maestro en Letras Iberoamericanas, fue miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, de la Real Academia Española y de la Asociación de Escritores en Lenguas Indígenas. Trabajó como jefe de redacción de la Revista de la Universidad de México en 1974.

Incansable difusor de la cultura, prologó los libros Ifigenia, cruel de Alfonso Reyes, Desolación de Gabriela Mistral y El pálido pie de Lulú de Hernán Lavín Cerda, entre otros. Realizó antologías sobre Rubén Bonifaz Nuño y Luis de Camões; la traducción de Safo, de Fernando Pessoa, y ensayos literarios sobre la obra de Adolfo Bioy Casares, Ezra Pound y Vicente Huidobro.

Fue políglota y hablaba inglés, el griego arcaico, clásico, vulgar, y latín. Una vez confesó que su primera vocación fue la música, donde incursionó como guitarrista, pianista y tenor. “Sólo canto aquello que siento y en lo que creo. Soy incapaz de cantar una frase que no sienta real o que no me suene verdadera”, dijo.

.En diversas entrevistas dijo que para elaborar sus novelas siempre recurrió a la investigación histórica; sin embargo no por ello puede encasillarse su obra en este género, porque hay imaginación y formas literarias. “Mis novelas son de creación”.

Para Montemayor, el diálogo fue una herramienta que podía dar o arrebatar la vida a un texto y aseguró que algunos escritores mexicanos escribieron como si conversaran, como Juan José Arreola, a quien siempre consideró un conversador genial. “Su libro La feria es una conversación perfecta”, dijo. Y destacó que tanto Agustín Yánez como Juan Rulfo también lo fueron.

Caracterizado por su activismo social en favor de los grupos más vulnerables de México, en su libro Tarahumara se encuentra el compendio más completo sobre los rarámuris de la sierra de Chihuahua. Su interés por las lenguas indígenas inició en 1979 con la preparación de una antología sobre cuentistas oaxaqueños. “Al realizar este trabajo, el impacto fue tan determinante que nunca pude despegarme del estudio de las lenguas indígenas”, detalló en su libro Encuentros en Oaxaca.

De esta manera, escribió en el prefacio del Diccionario del Tzeltal, es “imposible desligar el conocimiento lingüístico de la cultura que una lengua ilumina. Los idiomas no son mecanismos cuyas partes puedan intercambiarse automáticamente. Cada idioma posee un secreto del mundo y nos enseña a comprenderlo de diferente manera. Imposible entender a la humanidad a partir de un solo idioma. Imposible entender a México así. No podrá respetarse a un ser humano, a un pueblo, a un país, sin que se respete y se reconozca su lengua”.

En su libro La literatura actual en las lenguas indígenas de México escribió acerca de la discriminación idiomática y afirmó que “el náhuatl es un sistema lingüístico tan complejo como el alemán; el maya es un sistema tan complejo como el francés; el zapoteco lo es como el italiano; el purépecha como el griego o el español o el inglés lo son, como el ñahñú y el mazateco”.

Como parte de su actividad por las causas sociales de nuestro país, Montemayor integró la Comisión de Intermediación, cuyo fin era promover el diálogo entre el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y el gobierno federal, para tratar en particular el tema de la desaparición de dos de sus miembros: Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez.

Estudió guitarra y dominó algunas obras de Tárrega, Schumann, Scarlatti, Vivaldi y William Byrd. Ofreció conciertos con la Orquesta Sinfónica de Cuba y en el Bellagio Study and Conference Center de Villa Serbelloni de la Fundación Rockefeller. Perfeccionó sus estudios musicales en la Escuela Superior de Música y en el Conservatorio de Canto de España. Montemayor grabó los álbumes El último romántico; Canciones napolitanas e italianas y Canciones de María Grever. Como tenor estuvo en la sala Netzahualcóyotl, en la edición X del Festival Cervantino y en la Sala Ollin Yoliztli.

Entre sus principales obras están Guerra en el paraíso, un relato de los hechos violentos vividos en México a principios de los años setenta abordando la figura de Lucio Cabañas; Mal de piedra donde remite a una de las constantes de Parral, su pueblo natal: la minería. Lo mismo que en Minas del retorno, donde rompe con la tradicional novela lineal. Está por salir a la venta su libro La violencia de Estado en México y después su última novela, Las mujeres del alba. Además de dos nuevos discos que fueron grabados con el pianista Antonio Bravo.

Publicado en http://noticias.universia.net.mx


El FCR, se une a la pena, por la desaparición física de este ilustre mexicano que hoy pasa a la historia, como valiente defensor de las libertades y los derechos humanos