LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







15 septiembre 2014

¿MÉXICO ES UNA NACIÓN INDEPENDIENTE?



 En este mes patrio, se celebran 204 años de inició de la independencia, y 193 años de consumada, pero tal parece que aún seguimos siendo una Nación dependiente y subordinada a intereses extranjeros.

Los hechos hablan por sí mismo, nuestra economía depende en gran medida del mercado de consumo de los vecinos del norte, la mayoría de las empresas, bancos, minas, etc. están en manos de empresas trasnacionales. 

En el concierto internacional, ocupamos primeros lugares en violencia y corrupción, pero somos de los últimos en educación, deportes, transparencia etc.

Los últimos gobiernos de corte neoliberal han seguido una actitud sumisa y dependiente a los intereses de EE.UU., en materia de política internacional.

El salario es uno de los más bajos en el mundo, y millones de compatriotas viven en miseria extrema igual o peor que en épocas de la colonia, motivo por el cual muchos se ven obligados a emigrar al norte en forma ilegal, aun arriesgando su propia vida.

En ciencia y tecnología,  dependemos del extranjero, puesto que en los últimos años, los gobernantes no han invertido suficientemente en investigación, y los programas educativos han sido mutilados en sus contenidos. 

La explotación de nuestros recursos naturales, no sirve para beneficio del pueblo, sino que los beneficios son aprovechados por empresas extranjeras, y esto se agudizara más, con las recientes contrarreformas aprobadas por la mayoría de legisladores que votaron traicionando a la Patria.

Sin embargo a casi 200 años de vida independiente, han habido momentos en que la independencia y la soberanía, han sido reales, bajo mandatos de presidentes patriotas y nacionalistas, basta recordar a 2 paladines de nuestra historia; Benito Juárez García y Lázaro Cárdenas del Rio.

En el gobierno de Juárez, se promulgaron las leyes de Reforma que limitaron los privilegios y el poder económico y político de la jerarquía eclesiástica, además de vencer la invasión francesa, auspiciada por los sectores conservadores y reaccionarios del País.

Con el gobierno de Cárdenas, el País logró su independencia Económica, al expropiarles a las empresas extranjeras la industria petrolera, y se creó el Instituto Politécnico Nacional, para sentar las bases de la independencia tecnológica.

Estas etapas en la historia de México, se deben de retomar, sí es que queremos que nuestra nación logre los ideales de nuestros próceres, y que son lograr la independencia, la soberanía y la felicidad de nuestro pueblo.

¡VIVA MÉXICO! ¡MUERA EL MAL GOBIERNO!

¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!

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PLAN DE IGUALA
 

 24 de febrero de 1821.

¡Americanos! bajo cuyo nombre comprendo no sólo a los nacidos en América, sino a los europeos, asiáticos y africanos que en ella residen: tened la bondad de oírme. Las naciones que se llaman grandes en la extensión del globo, fueron dominadas por otras; y hasta que sus luces no les permitieron fijar su propia opinión, no se emanciparon. Las europeas que llegaron a la mayor ilustración y policía, fueron esclavas de la romana; y este imperio, el mayor que reconoce la historia, asemejó al padre de familia, que en su ancianidad mira separarse de su casa a los hijos y los nietos por estar ya en edad de formar otras, y fijarse por sí, conservándole todo el respeto, veneración y amor, como a su primitivo origen.

Trescientos años hace la América Septentrional que está bajo la tutela de la nación más católica y piadosa, heroica y magnánima. La España la educó y engrandeció, formando esas ciudades opulentas, esos pueblos hermosos, esas provincias y reinos dilatados que en la historia del universo van a ocupar lugar muy distinguido. Aumentadas las poblaciones y las luces, conocidos todos los ramos de la natural opulencia del suelo, su riqueza metálica, las ventajas de su situación topográfica, los daños que origina la distancia del centro de su unidad, y que ya la rama es igual al tronco; la opinión pública y la general de todos los pueblos es la de la independencia absoluta de la España y de toda otra nación. Así piensa el europeo, así los americanos de todo origen.

Esta misma voz que resonó en el pueblo de los Dolores, el año de 1810, y que tantas desgracias originó al bello país de las delicias, por los desórdenes, el abandono y otra multitud de vicios, fijó también la opinión pública de que la unión general entre europeos y americanos, indios e indígenas, es la única base sólida en que puede descansar nuestra común felicidad. ¡Y quién pondrá duda en que después de la experiencia horrorosa de tantos desastres, no haya uno siquiera que deje de prestarse a la unión para conseguir tanto bien! ¡Españoles europeos! vuestra patria es la América, porque en ella vivís; en ella tenéis a vuestras amadas mujeres, a vuestros tiernos hijos, vuestras haciendas, comercio y bienes. ¡Americanos! ¡Quien de vosotros puede decir que no desciende de español! Ved la cadena dulcísima que nos une; añadid los otros lazos de la amistad, la dependencia de intereses, la educación e idioma y la conformidad de sentimientos, y veréis son tan estrechos y poderosos, que la felicidad común del reino es necesario la hagan todos reunidos en una sola opinión y en una sola voz.

Es llegado el momento en que manifestéis la inconformidad de sentimientos, y que nuestra unión sea la mano poderosa que emancipe a la América sin la necesidad de auxilios extraños. A la frente de un ejército valiente y resuelto, he proclamado la independencia de la América Septentrional. Es ya libre, es ya señora de sí misma, ya no reconoce ni depende de la España ni de otra nación alguna. Saludadla todos como independiente, y sean nuestros corazones bizarros los que sostengan esta dulce voz, unidos con las tropas que han resuelto morir antes que separarse de tan heroica empresa.

No le anima otro deseo al ejército, que el conservar para la santa religión que profesamos, y hacer la felicidad general. Oid, escuchad las bases sólidas en que funda su resolución.

1a. La religión católica, apostólica, romana, sin tolerancia de otra alguna.

2a. La absoluta independencia de este reino.

3a. Gobierno monárquico templado por una Constitución análoga al país.

4a. Fernando VII, y en sus casos los de su dinastía o de otra reinante serán los emperadores, para hallarnos con un monarca ya hecho, y precaver los atentados funestos de la ambición.

5a. Habrá una Junta ínterin se reúnen Cortes, que haga efectivo este plan.

6a. Esta se nombrará Gubernativa, y se compondrá de los vocales ya propuestos al señor virrey.

7a. Gobernará en virtud del juramento que tiene prestado al Rey, ínterin éste se presenta en México y lo presta, y hasta entonces se suspenderán todas ulteriores órdenes.

8a. Si Fernando VII no se resolviese a venir a México, la Junta o la Regencia mandará a nombre de la nación, mientras se resuelve la testa que debe coronarse.

9a. Será sostenido este gobierno por el ejército de las Tres Garantías.

10a. Las Cortes resolverán si ha de continuar esta Junta, o substituirse una Regencia mientras llega el emperador.

11a. Trabajarán luego que se unan, la Constitución del imperio mexicano.

12a. Todos los habitantes de él, sin otra distinción que su mérito y virtudes, son ciudadanos idóneos para optar cualquier empleo.

13a. Sus personas y propiedades serán respetadas y protegidas.

14a. El clero secular y regular, conservado en todos sus fueros y propiedades.

15a. Todos los ramos del Estado y empleados públicos, subsistirán como en el día, y sólo serán removidos los que se opongan a este plan, y substituidos por los que más se distingan en su adhesión, virtud y mérito.

16a. Se formará un ejército protector, que se denominará de las Tres Garantías, y que se sacrificará del primero al último de sus individuos, antes que sufrir la más ligera infracción de ellas.

17a. Este ejército observará a la letra las ordenanzas; y sus jefes y oficialidad continuarán en el pié en que están, con la expectativa no obstante a los empleos vacantes, y a los que se estimen de necesidad o conveniencia.

18a. Las tropas de que se componga, se considerarán como de línea y lo mismo las que abracen luego este plan; las que lo difieran y los paisanos que quieran alistarse, se mirarán como milicia nacional, y el arreglo y forma de todas, lo dictarán las Cortes.

19a. Los empleos se darán en virtud de informes de los respectivos jefes, y a nombre de la nación provisionalmente.

20a. Ínterin se reúnen las Cortes, se procederá en los delitos con total arreglo a la Constitución española.

21a. En el de conspiración contra la independencia, se procederá a prisión, sin pasar a otra cosa hasta que las Cortes dicten la pena correspondiente al mayor de los delitos, después de lesa Majestad divina.

22a. Se vigilará sobre los que intenten sembrar la división y se reputarán como conspiradores contra la independencia.

23a. Como las Cortes que se han de formar son Constituyentes, deben ser elegidos los diputados bajo este concepto. La Junta determinará las reglas y el tiempo necesario para el efecto.

Americanos: He aquí el establecimiento y la creación de un nuevo imperio. He aquí lo que ha jurado el ejército de las Tres Garantías, cuya voz lleva el que tiene el honor de dirigírosla. He aquí el objeto para cuya cooperación os invita. No os pide otra cosa que lo que vosotros mismos debéis pedir y apetecer: unión, fraternidad, orden, quietud interior, vigilancia y horror a cualquier movimiento turbulento. Estos guerreros no quieren otra cosa que la felicidad común. Uníos con su valor, para llevar adelante una empresa que por todos aspectos (si no es por la pequeña parte que en ella he tenido) debo llamar heroica. No teniendo enemigos que batir, confiamos en el Dios de los ejércitos, que lo es también de la paz, que cuantos componemos este cuerpo de fuerzas combinadas de europeos y americanos, de disidentes y realistas, seremos unos meros protectores, unos simples espectadores de la obra grande que hoy ha trazado, y que retocarán y perfeccionarán los padres de la patria. Asombrad a las naciones de la culta Europa; vean que la América Septentrional se emancipó sin derramar una sola gota de sangre. En el transporte de vuestro júbilo decid: ¡Viva la religión santa que profesamos! ¡Viva la América Septentrional independiente de todas las naciones del globo! ¡Viva la unión que hizo nuestra felicidad!

ACTA DE INDEPENDENCIA

La Nación Mexicana que, por trescientos años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido.

Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados, y está consumada la empresa, eternamente memorable, que un genio superior a toda admiración y elogio, amor y gloria de su Patria, principió en Iguala, prosiguió y llevó al cabo, arrollando obstáculos casi insuperables.

Restituida, pues, esta parte del Septentrión al ejercicio de cuantos derechos le concedió el Autor de la Naturaleza, y reconocen por inenagenables y sagrados las naciones cultas de la tierra; en libertad de constituirse del modo que más convenga a su felicidad; y con representantes que puedan manifestar su voluntad y sus designios; comienza a hacer uso de tan preciosos dones, y declara solemnemente, por medio de la Junta Suprema del Imperio, que es Nación Soberana, e independiente de la antigua España, con quien, en lo sucesivo, no mantendrá otra unión que la de una amistad estrecha, en los términos que prescribieren los tratados: que entablará relaciones amistosas con las demás potencias ejecutando, respecto de ellas, cuantos actos pueden y están en posesión de ejecutar las otras naciones soberanas: que va a constituirse, con arreglo a las bases que en el Plan de Iguala y tratado de Córdoba estableció, sabiamente, el primer Jefe del Ejército Imperial de las Tres Garantías; y en fin que sostendrá, a todo trance, y con el sacrificio de los haberes y vidas de sus individuos, (si fuere necesario) esta solemne declaración, hecha en la capital del Imperio a veinte y ocho de setiembre del año de mil ochocientos veinte y uno, primero de la Independencia Mexicana.
[Transcripción a partir del ejemplar que se conserva de los dos que se realizaron; la relación de firmantes tal como la ofrece Lucas Alamán, Historia de Méjico..., Méjico 1852, tomo 5, págs. 337-338. Lucas Alamán se refiere a la copia conservada en la salón de sesiones de la cámara de diputados (destruida medio siglo después en el incendio que ese recinto sufrió en 1909), y lamenta que «la otra fue vendida por un empleado infiel a un viajero curioso: cuando el autor de esta obra sirvió en el ministerio de relaciones exteriores e interiores de 1830 a 1832, sabiendo que la copia extraviada existía en Francia, solicitó recobrarla y no lo pudo conseguir, aunque ofreció una suma considerable por ella». Pero años más tarde esa otra copia reapareció en la biblioteca de Maximiliano, efímero emperador fusilado, y tras permanecer en manos privadas fue devuelta a México mediado el siglo XX.]

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HIDALGO

Sonaron las campanas de Dolores
Voz de alarma que el cielo estremecía,
Y en medio de la noche surgió el día
De augusta Libertad con los fulgores.

Temblaron de pavor los opresores 
E Hidalgo audaz al porvenir veía, 
Y la patria, la patria que gemía,
Vio sus espinas convertirse en flores.

¡Benditos los recuerdos venerados 
De aquellos que cifraron sus desvelos
En morir por sellar la independencia;
Aquellos que vencidos, no humillados, 
Encontraron el paso hasta los cielos
Teniendo por camino su conciencia!

MANUEL ACUÑA

HIDALGO Y MORELOS

¡Hidalgo y Morelos, palabras radiosas!
Pregunta esos nombres al monte y al plano 
a cielos y a mares, a todas las cosas, 
y así te dirán:

El monte de nieve y eternos basaltos 
que siglos y siglos sus crestas irguió:
“Morelos, Hidalgo”, dirá, son más altos, 
más altos que yo!
El sol, alma fuente de vivos destellos, 
Imán de los mundos que el Padre creó:
“¡Hidalgo, Morelos!” dirá “¡son más bellos, 
más bellos que yo!”

Y fuentes y prados y valles y cielos, 
cantando los nombres de luz de los dos, 
dirán con miles voces: “¡Hidalgo, Morelos, 
bendígalos Dios!”

AMADO NERVO

GUERRERO

En los montes del Sur, Guerrero un día
alzando al cielo la serena frente, 
animaba al ejército insurgente 
y al combate otra vez lo conducía.

Su padre, en tanto, con tenaz porfía, 
lo estrechaban en sus brazos tiernamente 
y en el delirio de su amor ardiente 
sollozando a sus plantas le decía:

Ten piedad de mi vida desgraciada;
vengo en nombre del rey, tu dicha quiero;
poderoso te hará; dame tu espada.

¡Jamás!, llorando respondió Guerrero;
Tu vos es, padre, para mí sagrada, 
más la voz de mi patria es lo primero!

JOSE ROSAS MORENO

EL GRITO DE LA INDEPENDENCIA

Golpes suenan en la puerta,
en la puerta del cuarto, 
golpes y voces que llaman 
ansiosas al Cura Hidalgo.

Se hace luz, en las estancias 
se pasean los caballos, 
entran Allende y Aldama, 
al cuarto del viejo cura.
Y sin más rodeos y preámbulos 
dicen: "estamos perdidos: 
¿qué resolución tomamos?"

Oye la nueva, tranquilo, 
con calma y sosiego, Hidalgo. . . 
"No estamos perdidos," contesta "
aquí no queda más que ir a coger gachupines"

Mientras se ajusta las armas, 
y ordena que venga un criado 
para que dé chocolate, 
a sus valientes aliados.

Manda llamar a los serenos, 
y a su hermano don Mariano; 
se encendieron unas teas, 
que agitaban unos cuantos.

Las veruquientas campanas, 
despiertan al vecindario; 
gentes a pie y de a caballo 
acuden al llamamiento.

Y en una de las ventanas, 
erguido, grande, sublime; 
asoma su busto, Hidalgo. . . . 
Y grita: ¡Muera el mal gobierno! . . . 
¡Viva nuestra Madre Santísima de Guadalupe! ¡Viva América!

¡Viva México!! Viva México! ¡Viva México!

¡Viva Allende! . . . ¡Viva Aldama! . . . 
¡Viva Abasolo! ¡Viva Jiménez!

¡Viva la Corregidora de Querétaro! 
Doña Josefa Ortiz de Domínguez!

¡Vivan, vivan todos los que lucharon 
y murieron por la Independencia Mexicana!!

¡Viva el Padre de la Patria Mexicana 
don Miguel Hidalgo y Costilla!

GUILLERMO PRIETO

A LA CORREGIDORA

Al viejo primate, las nubes del incienso;
Al héroe, los himnos; A Dios, el inmenso 
De bosques y mares solemne rumor;
Al púgil que vence, la copa murna;
Al mártir, las palmas; y a ti –la heroína—
Las hojas de acanto y el trébol en flor.

Hay versos de oro y hay notas de plata;
Mas, busco, señora, la estrofa escarlata 
Que sea toda sangre, la estrofa oriental:
Y húmedas, vivas, calientes y rojas.
A mí me entienden las trémulas hojas 
Que en gráciles redes columpia el rosal.

¡Brotad, nuevas flores! ¡Surgid a la vida!
¡Despliega tus alas, gardenia entumida!
¡Botones, abríos! ¡Oh, mirtos, arded!
¡Lucid, amapolas, los ricos briales!
¡Exúberas rosas los pérsicos Chales 
De sedas joyantes al aire tended!

¿Oís un murmullo que, débil, remeda
El frote friolento de cauda de seda
En mármoles tersos o limpio marfil?
¿Oís?... ¡Es la savia fecunda que asciende, 
Que hincha los tallos y rompe y enciende 
Los rojos capullos del príncipe Abril!

¡Oh, noble señora! La tierra te canta
El salmo de vida, y a ti se levanta 
El gérmen despierto y núbil botón;
El lirio gallardo de cáliz erecto;
Y fúlgido, leve, vibrando, el insecto
Que rasca impaciente su blanda prisión!

La casta azucena, cual tímida monja, 
Inciensa tus aras; la dalia se esponja 
Como ave impaciente que quiere volar, 
Y astuta, prendiendo se encaje a la piedra, 
En corvos festones circunda la yedra, 
Celosa y constante, señora, tu altar!

El chorro del agua con ímpetu rudo, 
En alto su acero, brillante desnudo, 
Bruñido su casco, rizado el airón, 
Y el iris por banda, buscándote salta
Cual joven amante que brinca a la alta
Velada cornisa de abierto balcón.

Venid a la fronda que os brinda hospedaje 
¡Oh pájaros raudos de rico plumaje;
Los nidos aguardan; venid y cantad!
Cantad a la alondra que dijo el guerrero 
El alba anunciando: ¡Desnuda tu acero, 
Despierta a los tuyos… Es hora…Marchad!

M. GUTIERREZ NAJERA