LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







28 enero 2014

EL MUNDO DE LAS LETRAS ESTA DE LUTO

  

  Queridos compañeros: malos vientos vienen soplando.

En pocos días, los latinoamericanos tuvimos que soportar tres golpes muy duros, tres desgracias al hilo: la nueva ley que acuchilló la memoria de la dignidad, entrañable herencia de Lázaro Cárdenas, y las muertes de dos de nuestros poetas más hondos: Juan Gelman y José Emilio Pacheco.

Tres tristezas, tres desafíos.

Vuelan abrazos de muchos brazos, del sur al norte.

Eduardo Galeano


¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!
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JOSE EMILIO PACHECO


De padres campechanos, estudió en La Universidad Nacional Autónoma de México, donde inició sus actividades literarias en la revista Medio Siglo; tradujo del inglés y publicó libros de lírica y narrativa; también trabajó dirigiendo y editando colecciones bibliográficas y diversas publicaciones y suplementos culturales. Al lado de Carlos Monsiváis, compartió la dirección del suplemento de la revista Estaciones; fue .secretario de redacción de la Revista de la Universidad de México y de México en la Cultura, suplemento de Novedades, y fue jefe de redacción de La Cultura en México, suplemento de Siempre! Dirigió la colección Biblioteca del Estudiante Universitario publicada por la UNAM, que reúne obras literarias desde el pasado prehispánico al México contemporáneo. Fue especialista en Literatura mexicana del siglo XIX, así como profundo conocedor de la obra de Jorge Luis Borges, en cuyo honor dictó una serie de conferencias en 1999. Fue investigador del Centro de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) desde hace décadas y ha sido profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México, en la Universidad de Maryland (College Park), en la Universidad de Essex y en algunas otras de Estados Unidos, Canadá, y Reino Unido.

Entre otros galardones recibió el Premio Cervantes (2009); el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2009); el José Donoso (2001); el Octavio Paz (2003); el Pablo Neruda (2004); el Ramón López Velarde (2003); el Premio Internacional Alfonso Reyes (2004); el José Asunción Silva (1996); el Xavier Villaurrutia (1973); el García Lorca (2005) y el Premio Alfonso Reyes otorgado por El Colegio de México (2011).

José Emilio Pacheco fue una figura central de la literatura mexicana, miembro de El Colegio Nacional desde 1986; ingresó en éste con la lectura de su ensayo A ciento cincuenta años de la Academia de Letrán.4 Fue creador emérito del Sistema Nacional de Creadores Artísticos (SNCA). Fue nombrado miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua en mayo de 2006.5 Fue miembro honorario del Seminario de Cultura Mexicana.

Su estilo es conversacional y coloquial, claro y antirretórico; su gran tema es el tiempo; cada poema suyo analiza imaginativamente un elemento que forma la corriente de lo cotidiano; asumiendo valores humanos éticos y sociales, otras veces reflexiona sobre el propio papel de la poesía. Como afirmó Carlos Monsiváis, en su obra domina:

La pasión por la metáfora, la concentración en unas cuantas líneas de un relato casi siempre pesaroso, el gusto por los relatos inesperados, el despliegue del poder de síntesis, el ejercicio múltiple de la metáfora, el juego de analogías como espejos de la devastación, la alabanza jubilosa del paisaje. En poesía, ajusta sus dones melancólicos, su pesimismo que es resistencia al autoengaño, su fijación del sitio de la crueldad en el mundo, su poderío aforístico.

La mayoría de sus títulos poéticos están recogidos en el libro Tarde o temprano (Poemas 1958 – 2000, México, FCE), que reúne sus primeros seis libros de poemas: Los elementos de la noche, El reposo del fuego, No me preguntes cómo pasa el tiempo, Irás y no volverás, Islas a la deriva, Desde entonces, a los que han seguido Los trabajos del mar, Miro la tierra, Ciudad de la memoria y un volumen de versiones poéticas: Aproximaciones. Es autor de dos novelas, Morirás lejos y Las batallas en el desierto, y de tres libros de cuentos: La sangre de Medusa, El viento distante y El principio del placer. Es notoria su labor literaria, periodística, historiográfica y política. Junto a Octavio Paz, Alí Chumacero y Homero Aridjis, compiló la antología Poesía en movimiento. Como traductor se le deben en especial versiones de Cuatro cuartetos, de T. S. Eliot, de Cómo es (Samuel Beckett), Un tranvía llamado deseo (Tennessee Williams), Vidas imaginarias (Marcel Schwob) y De profundis (Óscar Wilde). Ha editado la Antología del Modernismo y obras de autores como Federico Gamboa y Salvador Novo.

Su poema Alta traición es quizá el más célebre entre la juventud mexicana. En su obra narrativa transfigura el mundo infantil y adolescente en el escenario cada vez más ruinoso de la ciudad de México (El viento distante y otros relatos (1963), El principio del placer (1972), Las batallas en el desierto (1981)... En Morirás lejos (1967) trata sobre distintas épocas de persecución (nazismo, guerra romana contra los judíos).

El 21 de abril de 2010 deja una serie de objetos en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes para que se abran 100 años después, en 2110. En el momento de depositarlo dijo: Lo dejo para que quien abra esto en cien años sepa quién fui, porque no creo que nadie recuerde mi obra.


Falleció el 26 de enero de 2014 a las 18:25 hrs a causa de un paro cardiorrespiratorio, posterior a una caída.

“Él se fue quedando dormido y se fue a su sueño, el sueño de su poesía”. Cristina Pacheco
  

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LA TRAVESÍA DE JUAN GELMAN




El viernes 24 por la noche, José Emilio Pacheco terminó de escribir su Inventario y lo envió a la redacción de Proceso. Más tarde tendría un accidente casero que al día siguiente obligó a su hospitalización. A continuación, íntegro, su último texto.

A Gabriel Zaid en sus 80, con 50 años de afecto…

MÉXICO, D.F. (Proceso).- ¿Existirá una palabra para la nostalgia de lo que no fue y estuvo a punto de ser? Por ejemplo, que el Colegio de Tlatelolco hubiera durado lo suficiente para consumar una verdadera literatura mestiza, una fusión de lo indígena y lo español prefigurada por las Liras de Netzahualcoyotl en la versión de su sobrino-nieto Fernando de Alva Ixtlilxóchitl. O que Cervantes hubiese venido a la Nueva España para escribir aquí un Quijote con texturas mexicanas. O que Francisco Javier Clavijero hubiera concluido su Enciclopedia novohispana de la que sólo quedó gloriosamente su Historia antigua de México…
Extremos de América

Otra posibilidad perdida es el encuentro literario de México y Argentina. Ignacio Rodríguez Galván, nuestro mejor poeta del primer romanticismo murió, como Juventino Rosas, en Cuba, cuando se dirigía a Buenos Aires para ocupar un puesto diplomático. Nunca sabremos qué hubiera resultado del encuentro entre la Asociación de Mayo y la Academia de Letrán. Manuel Payno iba a representar a México en las repúblicas del Plata pero la misión se canceló.

Federico Gamboa fue el primero en establecer relaciones con los escritores argentinos. En las páginas de su Diario Rubén Darío dejó su poema “A México”. Por razones políticas Darío no pudo llegar a la capital. El mayor vínculo entre los que Daniel Cosío Villegas llamó los Extremos de América fue Alfonso Reyes en un momento en que otros dos miembros del Ateneo de la Juventud, José Vasconcelos y Pedro Henríquez Ureña, vivían también en ese país.

A la presencia de Reyes en Buenos Aires se debe el que Arnaldo Orfila Reynal haya venido para dirigir el Fondo de Cultura Económica primero y después Siglo XXI y el mundo académico se haya beneficiado con maestros como Raymundo Lida. También gracias a Reyes y su amistad con Victoria Ocampo y José Bianco, Xavier Villaurrutia publicó en las ediciones de Sur Nostalgia de la muerte y que el muy joven Octavio Paz lo reseñara en las páginas de esta revista y escribiera también un comentario sobre José Revueltas.

Los años mexicanos

Un acontecimiento trágico para Argentina y muy benéfico para nuestro país fue el exilio argentino de los setentas. Pero la consumación, hasta el momento, de estas relaciones fue la presencia durante veinte años de Juan Gelman. Sobre todo aquí concluyó su admirable Obra poética con libros de primera línea que no ceden, ni por un instante, a la decadencia ni al agotamiento: Incompletamente, Valer la pena, País que fue será, Mundar, Deatrásalante en su porfía, El emperrado corazón amora.

Estos libros, unidos a Violín y otras cuestiones, El juego en que andamos, Velorio del solo, Gotán, Los poemas de Sidney West, Cólera buey, Fábulas, Relaciones, Hechos, Notas, Carta Abierta, Comentarios, Citas, Hacia el sur y Bajo la lluvia ajena forman los dos tomos de su Poesía reunida, publicada por el Fondo de Cultura Económica en 2011. Las mil 372 páginas constituyen por su extensión y calidad una auténtica hazaña de la poesía en lengua española. Gelman escribió hasta el último día. Hay dos libros a punto de aparecer. Uno de ellos, Amaramara, es un gran homenaje a su esposa.

Su apartamento en la colonia Condesa fue quizás el último refugio en que escritores de todas partes pudieron reunirse para hablar de letras y política, en un ambiente tan propicio como el que hallaron los republicanos en los viejos cafés de la Ciudad de México.

El exilio y el reino

Si uno hace un leve repaso de lo que se ha escrito en este continente verá que gran parte de nuestras literaturas se ha hecho fuera del suelo natal. Desterrar significa quitar la tierra bajo los pies, dejar a la intemperie, derruir la casa, demoler la ciudad de cada uno con todas sus memorias y sus costumbres. “El que se va no vuelve aunque regrese.” Contra la separación del país y de su lengua sólo quedan la defensa y la venganza de escribir. Gelman es el gran poeta del exilio. Su dimensión continental y panhispánica no niega sino acendra su argentinidad esencial, su pertenencia imbatible a Buenos Aires.

Civilización y barbarie

Lo sorprendente es la alegría y el humor que hay en tantos poemas de Gelman, una manera de enfrentarse a los desastres históricos de nuestros países y del mundo entero. Cómo duele pensar en los que escaparon de los pogroms, el genocidio nazi y el gulag y se establecieron en Argentina pensando que hallarían para sus hijos una tierra de paz y prosperidad y al final del camino encontraron los golpes de madrugada a la puerta en el estilo de la Gestapo, los campos de tortura con el añadido local de la picana (contribución monstruosa que debemos al hijo de Leopoldo Lugones) y el exterminio genocida.

El gran Domingo Faustino Sarmiento creyó que el progreso de la Argentina significaba el triunfo de la civilización sobre la barbarie. La llamada “Campaña del Desierto” que representó la eliminación masiva de los pueblos indígenas hizo suponer a la oligarquía que la Argentina quedaba blindada para siempre contra la barbarie. No obstante, los bárbaros reaparecieron bajo el manto de la civilización y como sus defensores. Estaban armados con todas las aportaciones del progreso, por ejemplo los helicópteros desde los cuales arrojaban al Río de la Plata los cadáveres producto de la tortura y a los agonizantes que se hundieron para siempre en el barro acumulado durante siglos en el río que es mar y el mar que es río.

Gelman nunca creyó que la poesía fuera capaz de frenar los tanques, silenciar las ametralladoras o de romper la picana. No le bastó con exponer en verso la materia sangrienta y trágica de sus textos. Si son tan eficaces se debe a la maestría absoluta sobre todas las formas: del epigrama clásico al versículo, del poema en prosa a la experimentación léxica y rítmica. Fue el adelantado de su generación en hacer obras intertextuales en que ya no se sabe quién es el autor: el que escribió el original o quien lo deja intacto y abierto a otras interpretaciones para hacer su lectura irremplazable y apropiarse de él a fin de convertir un texto árabe o judío en un poema de Gelman y anexarlo a la poesía argentina en particular y española en general.

Fue más aventurado que todos los que lo han seguido por este camino. Sin ponerse de acuerdo, prolongó las reivindicaciones del ladino o castellano sefardí que han hecho entre nosotros Myriam Moscona y Angelina Muñiz-Huberman. En Divaxu escribe:

Amarti es istu:
Un havla qui va a dizer/
Un arvulitu sin folyas
Que da solombra

Amarte es esto:
Una palabra que está por decir/
Un arbolito sin hojas
Que da sombra/.

“Argentino hasta la muerte”, Juan Gelman por sus veinte años de vida y de trabajo aquí, deja también en la poesía mexicana una huella radiante que no se borrará.


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FÁBRICAS DEL AMOR

Y construí tu rostro.
Con adivinaciones del amor, construía tu rostro
en los lejanos patios de la infancia.

Albañil con vergüenza,
yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,
para darte la voz,
para poner dulzura en tu saliva.

Cuántas veces temblé
apenas si cubierto por la luz del verano
mientras te describía por mi sangre.

Pura mía,
estás hecha de cuántas estaciones
y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.

Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.
Qué infinito de besos contra la soledad
hunde tus pasos en el polvo.

Yo te oficié, te recité por los caminos,
escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,
te hice un sitio en mi lecho,
te amé, estela invisible, noche a noche.

Así fue que cantaron los silencios.
Años y años trabajé para hacerte
antes de oír un solo sonido de tu alma.

                                                       JG
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EPITAFIO

Un pájaro vivía en mí.
Una flor viajaba en mi sangre.
Mi corazón era un violín.

Quise o no quise. Pero a veces
me quisieron. También a mí
me alegraban: la primavera,
las manos juntas, lo feliz.

¡Digo que el hombre debe serlo!

Aquí yace un pájaro.
Una flor.
Un violín.

                                                 JG
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 SABER

El poema nada en un viento y brilla.

No sabe quién es hasta
que lo arrastran aquí, donde
seguramente morirá
a la intemperie de las bestias.

Me gustaría entender a las bestias
para entender mi bestia. La
 realidad hace gemir con jadeos de animal.

¿Qué gracia fue ganada en su respiración?
Ninguna que no fuera perdida.

Abajo de lo suave crepita la sospecha.
En estas manos.

                                                              JG
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PREGUNTAS

Ya que navegas por mi sangre
y conoces mis límites,
y me despiertas en la mitad del día
para acostarme en tu recuerdo
y eres furia de mi paciencia para mí,
dime qué diablos hago,
por qué te necesito,
quien eres, muda, sola, recorriéndome,
razón de mi pasión,
por qué quiero llenarte solamente de mí,
y abarcarte, acabarte,
mezclarme en tus cabellos
y eres única patria
contra las bestias del olvido

                                        JG
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INDESEABLE

No me deja pasar el guardia.
He traspasado el límite de edad.
Provengo de un país que ya no existe.
Mis papeles no están en orden.
Me falta un sello.
Necesito otra firma.
No hablo el idioma.
No tengo cuenta en el banco.
Reprobé el examen de admisión.
Cancelaron mi puesto en la gran fábrica.
Me desemplearon hoy y para siempre.
Carezco por completo de influencias.
Llevo aquí en este mundo largo tiempo.
Y nuestros amos dicen que ya es hora

                                                          JEP
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ALTA TRAICIÓN

No amo mi patria.
Su fulgor abstracto
     es inasible.
Pero (aunque suene mal)
     daría la vida
por diez lugares suyos,
     cierta gente,
puertos, bosques de pinos,
     fortalezas,
una ciudad deshecha,
     gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
     montañas
-y tres o cuatro ríos.

                                     JEP
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EL MAR SIGUE ADELANTE

Entre tanto guijarro de la orilla
  no sabe el mar
     en dónde deshacerse

¿Cuándo terminará su infernidad
   que lo ciñe
      a la tierra enemiga
        como instrumento de tortura
          y no lo deja agonizar
            no le otorga un minuto de reposo?

Tigre entre la olarasca
  de su absoluta impermanencia
    Las vueltas
      jamás serán iguales
        La prisión
          es siempre idéntica a sí misma

Y cada ola quisiera ser la última
  quedarse congelada
     en la boca de sal y arena
         que mudamente
           le está diciendo siempre:
              Adelante

                                                      JEP



EL FRENTE CULTURAL REVOLUCIONARIO, SE UNE AL DOLOR QUE EMBARGA AL MUNDO DE LAS LETRAS