LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







12 abril 2019

CENTENARIO LUCTUOSO DE ZAPATA


“Tenemos que recordar esta fecha, estos 100 años, de lo que podemos catalogar como un cobarde asesinato, porque en Chinameca se traicionó a Emiliano Zapata. En aquel entonces Guajardo, el encargado militar de la zona, lo invitó a un encuentro y al entrar al casco de la hacienda se le disparó por la espalda, a traición. Esto se comentó mucho, fue un acto de traición, pero Zapata, como dice la consigna popular: ‘Zapata vive’, porque fue incorruptible, es el dirigente campesino más leal que se haya tenido en la defensa de los derechos del pueblo. Por eso lo recordamos hoy, a 100 años de su asesinato”. (palabras pronunciadas el 10 de abril, por el presidente de México, Andrés López Obrador)

Como en todo movimiento transformador, existen héroes y traidores, la Revolución Mexicana, no fue la excepción, y caudillos como Zapata y Villa, fueron cobardemente asesinados, por los que sentían que la actuación de estos dos auténticos lideres del pueblo, afectaban sus intereses particulares. Esta lección histórica, debe de ser tomada en cuenta, ahora que nuestro país se encuentra en una nueva transformación, de las estructuras sociales y políticas, que tienden a la mejoría de vida de nuestro pueblo.

El pensamiento conservador y reaccionario, sigue al acecho y poniendo obstáculos y trampas, para hacer fracasar esta lucha pacífica, que el pueblo libró y ganó el 1º de julio del año pasado. Es por eso que las fuerzas progresistas y republicanas, deben estar atentas para impedir que los llamados “fifis” vuelvan hacia atrás la rueda de la historia.

En el FCR no tenemos duda, de que la 4ª. Transformación, convocada y encabezada por AMLO, solo será posible con la participación consciente, activa y organizada del pueblo mexicano.

¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!
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LA CARTA QUE ZAPATA ENVIO A CARRANZA


El del 17 de marzo de 1919, el Caudillo del Sur responsabilizó públicamente al presidente Venustiano Carranza de la crisis generalizada que enfrentaba el país y le pidió que renunciara al cargo. La carta, resguardada en la Colección Cuartel General del Sur en el Archivo General de la Nación, constituye para muchos un acto de insolencia política por la crítica al régimen, y causa de su asesinato.

 1. “Como ciudadano que soy, como hombre poseedor del derecho de pensar y hablar alto, como campesino conocedor de las necesidades del pueblo humilde al que pertenezco, como revolucionario y caudillo de grandes multitudes, que en tal virtud y por eso mismo he tenido oportunidad de reconocer las reconditeces del alma nacional y he aprendido a escudriñar en sus intimidades y conozco de sus amarguras y de sus esperanzas; con el derecho que me da mi rebeldía de nueve años siempre encabezando huestes formadas por indígenas y por campesinos; voy a dirigirme a usted, C. Carranza, por vez primera y última”.

2. “Para triunfar fue preciso pregonar grandes ideales, proclamar principios, anunciar reformas”. 

3. “Para hacer triunfar las reivindicaciones libertarias de la revolución, se necesitaba un dictador. Los procedimientos autocráticos eran inevitables para imponerse a una sociedad refractaria a los principios nuevos”. 

4. “En el terreno económico y hacendario, la gestión no puede haber sido más funesta: bancos saqueados; imposiciones de papel moneda, una, dos o tres veces, para luego desconocer, con mengua de la República, los billetes emitidos; el comercio desorganizado por estas fluctuaciones monetarias. “La industria y las empresas de todo género, agonizando bajo el peso de contribuciones exorbitantes, casi confiscatorias; la agricultura y la minería pereciendo por falta de garantías y de seguridad en las comunicaciones; la gente humilde y trabajadora, reducida a la miseria, al hambre, a las privaciones de toda especie, por la paralización del trabajo, por la carestía de los víveres, por la insoportable elevación del costo de la vida”.

 5. “En materia agraria, ni los ejidos se devuelven a los pueblos, que en su inmensa mayoría continúan despojados, ni las tierras se reparten entre la gente de trabajo, entre los campesinos pobres y verdaderamente necesitados”. 

6. “En la mayoría, por no decir en la totalidad de los Estados, los gobernadores han sido impuestos por el centro; en el Congreso de la Unión figuran como diputados y senadores criaturas del Ejecutivo y en las elecciones municipales los escándalos han rebasado los límites de lo tolerable y aun de lo verosímil”. 
7. “Usted llamó con toda malicia, al movimiento emanado del Plan de Guadalupe, ‘Revolución constitucionalista’, siendo así que en el propósito y en la conciencia de usted estaba el violar a cada paso y sistemáticamente la Constitución”.

 8. “Usted gobierna saliéndose de los límites fijados al Ejecutivo por la Constitución: usted no necesita de presupuestos aprobados por las Cámaras; usted establece y deroga impuestos y aranceles; usted usa de facultades discrecionales en Guerra, en Hacienda y en Gobernación; usted da consignas, impone gobernadores y diputados, se niega a informar a las Cámaras; protege al pretorianismo y ha instaurado en el país, desde el comienzo de la era "constitucional" hasta la fecha, una mezcla híbrida de gobierno militar y de gobierno civil, que de civil no tiene más que el nombre”.

 9. “Usted ofreció y anunció que por medio de un régimen dictatorial que disfrazó con el nombre de Primera Jefatura, haría la paz en la República, mantendría la cohesión entre los revolucionarios, consolidaría el triunfo de los principios de reforma (…).  “Nadie cree ya en usted, ni en sus dotes de pacificador, ni en sus tamaños como político y como gobernante”. 

10. “Es tiempo de retirarse, es tiempo de dejar el puesto a hombres más hábiles y más honrados. Sería un crimen prolongar esta situación de innegable bancarrota moral, económica y política. “La permanencia de usted en el poder es un obstáculo para hacer obra de unión y de reconstrucción, escribió al jefe del ejército constitucionalista, quien ordenó a sus fuerzas perseguir y cazar al revolucionario. Emiliano Zapata pidió a Venustiano Carranza que renunciara a la Presidencia
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PARTE OFICIAL DEL ASESINATO DE ZAPATA


Al G. Gral. Gildardo Magaña. Cuartel General. 

Tengo la profunda pena de poner en el superior conocimiento de usted, que hoy, como a la una y media de la tarde, fue asesinado el C. General en jefe, Emiliano Zapata, por tropas del llamado coronel Jesús M. Guajardo, quien, con toda premeditación, alevosía y ventaja, consumó la cobarde acción en San Juan Chinameca. 

Para que usted quede debidamente enterado del trágico suceso voy a relatar los siguientes detalles: Tal como se lo comunicó a usted oportunamente, en virtud de haber llegado hasta nosotros informes sobre la existencia de hondos disgustos entre Pablo González y Jesús Guajardo, el C. General Zapata se dirigió a este último, invitándolo a que se uniera al movimiento revolucionario. 

A esta carta contestó Guajardo manifestando estar dispuesto a colaborar al lado del jefe siempre que se le dieran garantías suficientes a él y a sus soldados. Con los mismos correos que pusieron esa carta en manos del jefe, éste contestó a Guajardo ofreciéndole toda clase de seguridades y felicitándolo por su actitud, ya que lo juzgaba hombre de palabra y caballero y tenía confianza en que cumpliría al pie de la letra sus ofrecimientos. Las negociaciones siguieron todavía en esa forma, es decir, llevadas por correspondencia y de toda la documentación adjunto a usted copias debidamente autorizadas. 

El día dos del actual, el ciudadano general en jefe dispuso, que para arreglar definitivamente el asunto pasara al cuartel de Guajardo, en San Juan Chinameca, el C. coronel Feliciano Palacios, quien permaneció aliado de Guajardo hasta ayer, a las cuatro de, la mañana, hora en que se nos incorporó y misma a la que, según nos dijo, marchaba Guajardo rumbo a Jonacatepec. 

Aquí debo hacer mención de un hecho que hizo que el ciudadano general en jefe acabara de tener confianza en la sinceridad de Guajardo. Las versiones que circulaban en público, asegurando que Guajardo estaba en tratos para rendirse al ciudadano general Zapata, se acentuaron a tal grado, que varios vecinos de algunos pueblos que en esos días visitamos, pidieron al ciudadano general en jefe, que fuesen castigados los responsables de saqueos, violaciones, asesinatos y robos cometidos en dichos pueblos por gente de Victoriano Bárcenas, a la sazón bajo las órdenes de Guajardo. 

En vista de esta justa petición, el ciudadano general Zapata se dirigió a Guajardo, por conducto de Palacios, pidiéndole hiciera la debida averiguación y procediera al castigo de los culpables. Guajardo, entonces, separó de entre los soldados de Bárcenas, a cincuenta y nueve hombres, que eran al mando del "general" Margarito Ocampo y del "coronel" Guillermo López, todos los cuales fueron pasados por las armas, por órdenes expresas de Guajardo, en un lugar llamado Mancornadero. 

Esto sucedió ayer. Guajardo se encontraba en Jonacatepec, plaza que dijo había capturado al enemigo. Al saberlo nosotros nos dirigimos a Estación Pastor, y de allí, Palacios, por orden del jefe, escribió a Guajardo diciéndole que nos veríamos en Tepalcingo, lugar a donde iría el general Zapata con treinta hombres solamente, y recomendándole él hiciera otro tanto. El jefe mandó retirar su gente y con treinta hombres marchamos a Tepalcingo, donde esperamos a Guajardo. 

Éste se presentó como a las cuatro de la tarde, pero no con treinta soldados, sino con seiscientos hombres de caballería y una ametralladora. Al llegar a Tepalcingo la columna, salimos a encontrarla. Allí nos vimos por primera vez con el que, al día siguiente, habría de ser el asesino de nuestro general en jefe, quien, con toda nobleza del alma, lo recibió con los brazos abiertos: Mi coronel Guajardo, lo felicito a usted sinceramente, le dijo sonriendo. 

A las 10 P.M. salimos de Tepalcingo rumbo a Chinameca, a donde llegó Guajardo con su columna, mientras que nosotros pernoctamos en Agua de los Patos. Cerca de las ocho de la mañana bajamos a Chinameca. Ya allí, el jefe ordenó que su gente (ciento cincuenta hombres que se nos habían incorporado en Tepalcingo), formara en la plaza del lugar; mientras él, Guajardo; los generales Castrejón, Casales y Camaño, el coronel Palacios y el suscrito, nos dirigimos a lugar apartado para discutir planes de la futura campaña. Pocos momentos después empezaron a circular rumores de que el enemigo se aproximaba. 

El jefe ordenó que el Cor. José Rodríguez (de su escolta), saliera con la gente a explorar rumbo a Santa Rita, cumpliéndose luego con esa orden. Después Guajardo dijo al jefe: Es conveniente, mi general, que salga usted por la 'Piedra Encimada', yo iré por el llano. El jefe aprobó, y con treinta hombres salimos al punto indicado. 

Ya al marchar Guajardo, que había ido a ordenar a su gente, regresó diciendo: Mi general, usted ordena; ¿salgo con infantería o con caballería? El llano tiene muchos alambrados; salga usted con infantería, replicó el Gral. Zapata, y nos retiramos. En Piedra Encimada exploramos el campo y viendo que por ningún lado se notaba movimiento del enemigo, regresamos a Chinameca. Eran las doce y media de la tarde, aproximadamente. 

El jefe había enviado al coronel Palacios a hablar con Guajardo, quien iba a hacer entrega de cinco mil cartuchos y llegando a Chinameca, inmediatamente preguntó por él. Se presentaron, entonces, el capitán Ignacio Castillo y un sargento y a nombre de Guajardo invitó Castillo al jefe para que pasara al interior de la hacienda, donde Guajardo estaba con Palacios arreglando la cuestión del parque. 

Todavía departimos cerca de media hora con Castillo, y después de reiteradas invitaciones, el jefe accedió: Vamos a ver al coronel, que vengan nada más diez hombres conmigo, ordenó, y montando su caballo -un alazán que le obsequiara Guajardo el día anterior- se dirigió a la puerta de la hacienda. Lo seguimos diez, tal como él ordenara, quedando el resto de la gente, muy confiada, sombreándose debajo de los árboles y con las carabinas enfundadas. 

La guardia parecía preparada a hacerle los honores. El clarín tocó tres veces llamada de honor y al apagarse la última nota, al llegar el general en jefe al dintel de la puerta, de tal manera más alevosa, más cobarde, más villana, a quemarropa, sin dar tiempo para empuñar ni las pistolas, los soldados que presentaban armas descargaron dos veces sus fusiles, y nuestro general Zapata cayó para no levantarse más. Su fiel asistente, Agustín Cortés, moría al mismo tiempo. Palacios debe haber sido asesinado también, en el interior de la hacienda. 

La sorpresa fue terrible. Los soldados del traidor Guajardo, parapetados en las alturas, en el llano, en la barranca, en todas partes, (cerca de mil hombres), descargaban sus fusiles sobre nosotros. Bien pronto la resistencia fue inútil; de un lado éramos un puñado de hombres consternados por la pérdida del jefe, y del otro, un millar de enemigos que aprovechaban nuestro natural desconcierto para batimos encarnizadamente. Así fue la tragedia. 

Así correspondió Guajardo, el alevoso, a la hidalguía de nuestro general en jefe. Así murió Emiliano Zapata; así mueren los valientes, los hombres de pundonor, cuando los enemigos para enfrentarse con ellos, recurren a la traición y al crimen. Como antes digo a usted, mi general, adjunto copias debidamente autorizadas de todos los documentos relativos. y haciéndole presente mi honda y sincera condolencia, por la que nunca será bien sentida la muerte de nuestro ciudadano general en jefe, reitero a usted, mi general, las seguridades de mi subordinación y respeto. 

Reforma, Libertad, Justicia y Ley.

Campamento revolucionario en Sauces, Estado de Morelos.
10 de abril de 1919. El secretario particular mayor, Salvador Reyes Avilés



Corrido de La Muerte de Zapata

Escuchen señores, oigan
El corrido de un triste acontecimiento
Pues en Chinameca ha muerto a mansalva
Zapata, el gran insurrecto

Abril de 1919 en la memoria
Quedará del campesino
Como una mancha en la historia

Campanas de villa Ayala
¿Por qué tocan tan dolientes?
Es que ya murió Zapata
Y era Zapata un valiente

El gran Emiliano que amaba a los pobres
Quiso darles libertad
Por eso los hombres de todos los pueblos
Con él fueron a luchar

De Cuautla hasta Amecameca
Matamoros y el Ajusco
Con los pelones del viejo don Porfirio
Se dio gusto

Trinitaria de los campos
De las vegas de Morelos
Si preguntan por Zapata
Di que ya se fue a los cielos

Don Pablo González
Le ordena a Guajardo que le finja un rendimiento
Y al ver a zapata disparan sus armas
Al llegar al campamento

A la orilla de un camino
Corté una blanca azucena
A la tumba de Zapata
La llevé como una ofrenda

Señores ya me despido
Que no tengan novedad
Cual héroe murió Zapata
Por dar tierra y libertad
 


El Frente Cultural Revolucionario (FCR), y el Movimiento Mexicano por la Paz y el Desarrollo (MOMPADE), han participado en la Solidaridad con nuestro hermano pueblo de Venezuela, con las siguientes actividades;

30 y 31 de marzo; Marcha y Conferencia “Si a la Paz, no a la OTAN” en la Ciudad de Washington D.C.

6 de abril; Concierto por la Paz y la Solidaridad Latinoamericana, en el SME

12-14 abril; Misión de Solidaridad con la Revolución   Bolivariana, en Caracas Venezuela.
  


La ilegal detención de Assange dentro de la Embajada de Ecuador en Londres, marca una clara violación al Derecho Internacional y a la Libertad de Expresión.

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