LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







20 abril 2015

CUMBRES EN PANAMÁ




La VII Cumbre de las Américas que la Organización de Estados Americanos (OEA) realizó en la República de Panamá del 8 al 11 de abril, en dónde se reintegró con todos sus derechos a Cuba, -que había sido expulsada en Punta del Este Uruguay en 1963-, ha sido un triunfo para toda Latinoamérica y el fracaso de la política imperial norteamericana en la Región.

Paralelamente en la Universidad de Panamá, se realizó la Cumbre de los Pueblos, en dónde más de 3 mil delegados de todo el Continente, condenaron al imperialismo yanqui y dieron su apoyo incondicional a la Revolución Bolivariana y a su presidente Maduro, quienes han sido amenazados por Obama.

En estos dos eventos históricos, el Frente Cultural Revolucionario, estuvo presente como parte del Movimiento Mexicano por la Paz y el Desarrollo.  Mostrando su solidaridad con los Pueblos hermanos del Continente. 


El FCR, lamenta la perdida de dos grandes intelectuales 
que fallecieron este mes


¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!

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RETRATO DE LA CUMBRE DE LAS AMÉRICAS*

Los grandes medios de comunicación presentaron la Cumbre de las Américas en Panamá como el inicio de una nueva era de convivencia. Ponderaron el fin de la guerra fría y atribuyeron a Obama una postura de distención opuesta a la belicosidad de Maduro. También contrastaron la reintegración de Cuba a la región con el aislamiento de Venezuela y evaluaron al encuentro como un éxito de la diplomacia estadounidense. Este diagnóstico fue expuesto antes y después del cónclave, como si la reunión no hubiera aportado nada relevante. Pero este relato omitió que 33 de los 35 mandatarios presentes rechazaron la imputación de Venezuela como una “amenaza a la seguridad estadounidense”. Todos reclamaron la derogación de la orden ejecutiva, que dispone bloqueos de bienes y restricciones a los visados de ciudadanos de ese país. Esta exigencia fue expuesta en enfáticos discursos que ningún socio del imperio contradijo. El propio Obama prefirió retirarse del plenario para eludir esos cuestionamientos. En un marco adverso Estados Unidos debió posponer su agenda. 


Obama necesitaba ganar la pulseada desatada por el decreto contra Venezuela para retomar las iniciativas de hegemonía imperial. El afianzamiento de esa dominación fue el objetivo inicial de la primera Cumbre (Miami-1994) y del lanzamiento posterior del ALCA (Quebec-2001). El naufragio de este proyecto en Mar del Plata (2005) determinó el aislamiento del gigante del norte en el último cónclave (Cartagena-2012). La creación de nuevos organismos sin presencia estadounidense (UNASUR-2008 y CELAC-2011) acentuó ese retroceso e incentivó el reconocimiento de Cuba. Después de 53 años David le ganó al Goliat. 

El imperio no pudo quebrar la revolución cubana y Obama debió liberara los cinco luchadores que mantenía cautivos. Raúl Castro inauguró el retorno del país a los encuentros presidenciales, con un categórico reclamo de inmediata derogación de la orden contra Venezuela.    Obama recurrió a las sonrisas para lidiar con la generalizada oposición a su decreto. Optó por la discreción y no pudo impedir la ausencia de una declaración final del encuentro. Un borrador plagado de criterios neoliberales -en materia de salud, cambio climático y transferencias de tecnología- terminó en el archivo. Los grandes medios omitieron estos datos. Sólo vieron lo que previamente habían imaginado. Invirtieron la realidad y presentaron como un logro estadounidense la derrota que sufrió Obama.   

Todas las teorías que han contrapuesto el “nuevo realismo diplomático” de Castro con el “vetusto radicalismo discursivo” de Maduro, ignoran el concertado liderazgo que asumieron ambos gobiernos, en la batalla contra el decreto yanqui.

Por otra parte la Cumbre de los Pueblos consolidó una tradición de reuniones paralelas a los cónclaves presidenciales. A diferencia del encuentro oficial el evento popular fue coronado con una importante declaración final. En ese cierre hubo un estallido de entusiasmo cuando se percibió el triunfo logrado contra el decreto de Obama. Ese clima aportó el mejor barómetro para evaluar lo sucedido en Panamá. Se obtuvo un éxito diplomático que afianza las esperanzas populares en América Latina.  

*Claudio Katz   Economista, investigador del CONICET
www.lahaine.org/katz/
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La inauguración de la Cumbre de los Pueblos se inauguró la tarde del jueves 9 de abril de 2015 en un ambiente cargado de alegría y consignas combativas y antiimperialistas. Miles de personas, principalmente de las organizaciones panameñas que organizan la cumbre, pero también de delegados internacionales marcharon desde la Plaza Porras hasta el Paraninfo de la Universidad de Panamá como el primer acto de esta Cumbre delos Pueblos.

En un Paraninfo abarrotado diversas delegaciones tomaron la palabra previo al acto formal, el cual se inició con la reflexión del compañero Egberto Cobos, vicepresidente de la Federación Sindical Mundial, quien advirtió a la gusanera cubana y venezolana que “Panamá no es Miami”, y que aquí encontrará su respuesta cada vez que intenten ir a la calle. Posteriormente el conjunto folklórico de la Facultad de Humanidades, dirigido por la profesora Anais Morán presentó una muestra de la cultura panameña.

El segundo discurso estuvo a cargo del Dr. Fernando Cebamanos, presidente del Frente Amplio por la Democracia (FAD), quien a nombre del comité organizador de la cumbre, presentó un informe y resumió los temas a desarrollar, haciendo énfasis en denunciar la política injerencista de Estados Unidos en el continente. Finalmente, el Rector de la Universidad de Panamá Dr. Gustavo García de Paredes dio las palabras de inauguración, haciendo un recuento de los próceres que han luchado por una Latinoamérica independiente.

Finalizado el acto inaugural los presentes se trasladaron al estacionamiento de la Facultad de Administración Pública, para participar del concierto del trovador cubano Silvio Rodríguez. Miles de personas, especialmente jóvenes, corearon con Silvio sus canciones, durante casi dos horas. Algunos de más edad con lágrimas en los ojos decían que pensaron que nunca lo iban a poder escuchar en vivo. Silvio agradeció a la Cumbre de los Pueblos por esa posibilidad de cantar en Panamá. De esa manera emotiva y combativa termino el primer capítulo de este encuentro de pueblos.

DECLARACIÓN FINAL 

Nosotros, los Pueblos de Nuestra América, convocados en la Cumbre de los Pueblos, Sindical y de los Movimientos Sociales reunidos en la Universidad de Panamá entre los días 9, 10 y 11 de 2015, con más de 3,500 delegados/as representando a centenares de nuestras organizaciones obreras, sindicales, campesinas, pueblos originarios, estudiantiles, de mujeres, sociales y del movimiento popular.

En el marco de un debate unitario, fraterno y solidario, los participantes en conferencias y en las 15 mesas de trabajo de la Cumbre de Los Pueblos 

DECLARAMOS:

Nosotros, los Pueblos de Nuestra América, expresamos nuestro firme respaldo a la Proclamación de América Latina y el Caribe como Zona de Paz y libre de colonialismo, tal como fue acordado por unanimidad por todos los Gobiernos de Nuestra América en Enero de 2014 por la Segunda Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

En tal sentido, rechazamos el acoso militar, agresiones y amenazas de toda índole que despliega Estados Unidos y sus aliados estratégicos contra nuestra Región a través de Bases Militares, Sitios de Operaciones e instalaciones similares, que sólo en los últimos 4 años han pasado de 21 a 76 en Nuestra América, 12 de ellas en Panamá y exigimos la derogación del pacto de Neutralidad, que permite la intervención militar norteamericana a la República de Panamá.

Iraq, Afganistán, Somalia, Palestina, Mali, República Centroafricana, Siria, Ucrania, Nigeria, Pakistán, Congo, Mauritania, Libia y Yemen son sólo algunas de las más recientes intervenciones militares norteamericanas con su secuela de muerte y desolación. No queremos dicha situación en Nuestra América.

Así, apoyamos las Declaraciones de la Secretaría General de UNASUR que solicita la exclusión de todas las bases militares en nuestra Región de Paz y la afirmación de que ningún país tiene derecho a juzgar la conducta de otro ni muchísimo menos a imponerle sanciones o castigos por cuenta propia.

Nosotros, los Pueblos de América, respaldamos al pueblo cubano y su Revolución, saludamos el regreso a casa de los cinco héroes cubanos, producto de la solidaridad internacional y de la lucha incansable de su pueblo. Exigimos, junto con todos los pueblos del Mundo, el levantamiento inmediato e incondicional del bloqueo genocida contra la República de Cuba por parte del Gobierno de los Estados Unidos y el cierre inmediato de la base militar de Guantánamo, sin más condición que la del respeto a las Leyes Internacionales y a la Carta de las Naciones Unidas.

Nosotros, los Pueblos de América, expresamos, nuestro apoyo incondicional e irrestricto a la Revolución Bolivariana y al gobierno legítimo encabezado por el compañero Nicolás Maduro.  Por tanto rechazamos la injusta, injerencista e inmoral Orden Ejecutiva del Gobierno de los Estados Unidos que ha pretendido señalar a la República Bolivariana de Venezuela como una amenaza a su seguridad nacional y que ya ha merecido el rechazo unánime de todos los países de Nuestra América.

Nosotros, los Pueblos de América, reafirmamos que Puerto Rico es una Nación Latinoamericana y Caribeña, con su propia e inconfundible identidad e historia, cuyos derechos a la Independencia y la Soberanía son violados por una tutela colonial impuesta hace más de un siglo de forma arbitraria por parte del imperialismo norteamericano; por esa lucha histórica por lograr la soberanía y autodeterminación de Puerto Rico, muchos y entre ellos purgan cárceles como  Oscar López Rivera, del cual exigimos su inmediata libertad.

Nosotros, los Pueblos de América, reiteramos nuestro apoyo solidario y esperanzado a los Diálogos por la Paz en Colombia, que se realizan entre el Gobierno de Colombia y las FARC-EP, solicitamos la apertura de una mesa similar con el ELN con el fin de transitar en la construcción de un proceso de paz firme y duradera con Justicia Social.  Saludamos las gestiones realizadas por distintos gobiernos para facilitar el éxito de este proceso.  

Nosotros, los Pueblos de América, reiteramos nuestro apoyo permanente e incondicional a la República Argentina en sus gestiones para la recuperación de las Islas Malvinas, así mismo, nuestro respaldo al Estado Plurinacional de Bolivia en su justa y postergada aspiración de una salida propia al Mar. Reclamamos el inmediato retiro de las tropas de ocupación en Haití, acción que permitirá su autodeterminación. 

Exigimos al gobierno de México la presentación con vida de los 43 estudiantes normalistas desaparecidos forzosamente en Ayotzinapa.

Nosotros, los Pueblos de América, manifestamos la necesidad imperiosa de la construcción y profundización de una sociedad nueva, con justicia social y con equidad de género, con la participación activa de los jóvenes y de los diferentes actores sociales, con la solidaridad como un principio fundamental para el desarrollo integral y soberano de nuestros pueblos.  

Hoy existen en Nuestra América algunas lacayos del imperialismo que intentan sostener e imponer al modelo neoliberal como la solución a los problemas y necesidades de nuestros pueblos, modelo que ha demostrado ser el más eficaz instrumento para profundizar la pobreza, la miseria, la desigualdad,  la exclusión y la más injusta distribución de la riqueza que se conoce.

Ante esta situación manifestamos y convocamos a luchar y defender nuestros recursos naturales, la biodiversidad, la soberanía alimentaria, nuestros bienes comunes, la madre tierra y la defensa de los derechos ancestrales de los pueblos originarios y las conquistas y derechos sociales. La lucha por el empleo, el trabajo y salario digno, la seguridad social, las pensiones, la negociación colectiva, la sindicalización, el derecho de huelga, la libertad sindical, salud ocupacional, los derechos económicos y sociales, el respeto a los migrantes y afro descendientes, la erradicación del trabajo infantil y esclavo, justicia con equidad de género. 

Todo esto es y será posible si trabajamos en unidad y con el objetivo de construir correlación de fuerzas que permita sustituir del poder al bloque dominante por uno social y político que defienda los intereses de nuestros pueblos. A 10 años de la derrota del ALCA reafirmamos nuestra lucha contra las nuevas formas de tratados de libre comercio TLC, TPC, TISA, la Alianza del Pacífico. Así también, seguimos sosteniendo que la deuda externa de nuestros países es incobrable e impagable por ilegítima e inmoral.

Nosotros, los Pueblos de América, saludamos los procesos de integración que priman la autodeterminación y la soberanía de nuestros pueblos, procesos como ALBA y la CELAC, procesos que han fortalecido la unidad latinoamericana. Creemos necesario complementar estos procesos con la participación de organizaciones sociales, sindicales, populares, para fomentar aún más una integración desde y para los pueblos.

Dado los días 9,10 y 11 de Abril de 2015
Universidad de Panamá, Ciudad de Panamá

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EDUARDO GALEANO
Cronista de la esperanza, escribiente del dolor*


(Uruguay 1940-2015)

No es fácil construir un relato histórico sin manipular los hechos desvirtuando la realidad. De allí la importancia de los cronistas. Qué decir de Bartolomé de las Casas y su Brevísima relación de la destrucción de las Indias, o de Guamán Poma de Ayala y El primer nueva crónica y buen gobierno. Los buenos cronistas dejan huella, sus obras son patrimonio cultural de la humanidad, lectura obligada para reconstruir periodos históricos, dan cuenta de las guerras de conquista imperial y sus atrocidades, describen estados de ánimo de hombres y mujeres inmersos en la pesadez de una historia que los invisibiliza. Son los notarios de los llamados pueblos sin historia, sin pasado, sin memoria, sin derecho a la existencia. 

A esa estirpe responde Galeano. Sus relatos condensan en pocas palabras, a veces en una frase, décadas o siglos de ignominia, explotación y estupidez. Su obra apela a la conciencia, a la reflexión ética. Rescata el juicio crítico, no se deja llevar por una actitud displicente. Galeano hace pensar, su obra no resulta indiferente al lector. Sus crónicas estremecen. Sin necesidad de recurrir a construcciones lingüísticas engominadas, ni explicaciones barrocas, deja hablar a los protagonistas, presenta la verdad de los hechos, toma partido, pero guardando un escrupuloso sentido del deber del cronista. No altera los hechos ni oculta la manipulación de quienes llevados por la fama se transforman en escribanos menores, meretrices del poder. De la historia oficial dijo que era historia mutilada, una larga ceremonia de autoelogio de los mandones que en el mundo son. Sus reflectores, que iluminan las cumbres, dejan la base en la oscuridad.

Nunca se mostró sumiso, ni trató de caerle bien a todo el mundo. Actuó en consecuencia. No se dejó intimidar por reyes, terratenientes, tiranos, déspotas, oligarcas, banqueros y plutócratas. Los retrató y expuso sus vergüenzas a través de múltiples escritos. No tuvo piedad y no tenía por qué hacerlo. Se mostró implacable con quienes han querido agradar al poder falseando la realidad. Galeano ha sido la voz de los sin voz, de quienes albergan esperanzas, sienten dolor, tienen miedo, padecen la injusticia y cuyas vidas permanecen en el anonimato. Ha hecho crónica de los pueblos sin historia, sin derechos, avasallados por la mala memoria. Ha sido un notario del tiempo presente. Rescatador de la memoria nunca quieta que no nació para ser ancla, que quiere ser puerto de partida, no de llegada. Su pensamiento es voz de esperanza que denuncia, ataca, defiende, no huye ni se oculta. Es palabra seminal capaz de levantar y forjar conciencias rebeldes. No impone dogmas, simplemente relata, hace crónica. No se cree poseedor de la verdad absoluta, la niega. No hay más verdad que la búsqueda de la verdad, nos dice en su Patas arriba: escuela del mundo al revés.

Es un artesano del pensamiento crítico. Su obra no tiene una hechura industrial, no responde a modas, no se presenta como sucedáneo de una historia académica escrita para docentes y universitarios. Trasciende la coyuntura, expresa un sentir colectivo, es síntesis de América Latina, de sus gentes, de sus proyectos emancipadores, libertadores, descolonizadores, antimperialistas, de quienes luchan contra la hidra del capitalismo, cuya fuerza y reproducción parece no tener límites. Es Las venas abiertas de América Latina. Pero su trabajo trasciende, no se queda en el llanto de la derrota o el fracaso. Galeano se siente comprometido con los ideales de la libertad, la dignidad y la justicia social, por ello su obra tiene una función política que le da sentido a su trabajo. Reclama a los que tienen en el poder grados de responsabilidad por ser cómplices de matanzas, genocidios y aplicar políticas de muerte bajo el signo del neoliberalismo; denuncia a quienes desde posiciones de privilegio parecen no saber que sus actos están ligados a dichas políticas, imputándoles la responsabilidad de su negligencia, y por último escribe para quienes carecen del poder, señalando que sus acciones son el principio de una esperanza, de un hacer, donde no hay sitio para el desánimo.

Galeano nos acercó al fuego, al viento, puso caras y máscaras, abrazó las palabras, nos citó en las noches de amor y guerra y se reivindicó futbolero. Fue el cronista de la esperanza y un escribiente del dolor.

  *Marcos Roitman Rosenmann

GÜNTER GRASS


(Alemania, 1927-2015)

Escritor alemán, figura capital en la literatura alemana después de la II Guerra Mundial. Nació en Danzig (ahora Gdansk, Polonia). Después de servir en la fuerza aérea alemana durante la II Guerra Mundial, estudió en la Academia de Artes de Düsseldorf y en la Academia de Bellas Artes de Berlín. Empezó escribiendo teatro: Tío, tío y Los malos cocineros (1961); estas obras teatrales de Grass no fueron tan bien acogidas como las novelas que las siguieron. Su primera novela, El tambor de hojalata (1959) obtuvo un enorme éxito, y más tarde fue llevada al cine. Después escribió otras novelas: El gato y el ratón (1961), Años de perro (1963), El rodaballo (1977) y Partos mentales (1980). En sus novelas se mezclan de una forma nada convencional el realismo, lo macabro, la fantasía y el simbolismo, todo al servicio del tema de la culpabilidad colectiva. Sus obras presentan habitualmente la lucha de un hombre, a menudo él mismo grotesco en su morfología o en sus percepciones, por preservar su individualidad en medio de lo que Grass concibe como la pesadilla materialista de la vida contemporánea. 

Político comprometido, ofreció algunas veces su apoyo al Partido Socialdemócrata. Sus escritos políticos están recogidos en varios libros, como Alemania, una unificación insensata (1989), Malos presagios (1992) o Discurso de la pérdida: sobre el declinar de la cultura en la Alemania unida (1993). En 1999 recibió el Premio Nobel de Literatura. 

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