LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







12 noviembre 2011

¿DÍA DE MUERTOS O HALLOWEEN?

 
Como Señala el Maestro Pablo Moctezuma: En México la visión de la muerte es diferente a la de Estados Unidos y Europa. Aquí entendemos la dualidad vida-muerte y se ve la muerte como algo natural, se convive con cariño y cercanía con nuestros muertos. Mientras que la cultura gringa del Halloween es de miedo, susto y espanto.
 
Son dos visiones muy distintas, nosotros vemos la muerte como parte de la vida y seguimos en relación con los que se han ido, ellos los apartan con terror y tienen un culto a lo monstruoso a lo violento como se ve en los disfraces de Halloween. Es importante seguir con nuestra cultura, que es mas sabia y humana.
  
El “American way life” se basa en la violencia, porque así se formaron los United States of America;  en una lógica de guerra y de invasión sobre otros pueblos (incluido el nuestro), donde el terror y el “valor del dólar” es el dominante.
 
Esta cultura de la violencia es la que tratan de imponer a través de películas y series gringas, dónde nos la machacan y repiten a diario en Cine y televisión, y que desgraciadamente poco a poco va penetrando en la sociedad mexicana.
 
De tal manera que la violencia que se inicia, a veces desde la familia y el bulling en las escuelas, y posteriormente en su forma más cruel en el crimen organizado (oficial y extraoficial), se vuelve parte del acontecer cotidiano.
 
Tenemos que valorar nuestras tradiciones que vienen desde épocas  prehispánicas, y  que son las que nos han dado identidad en el mundo, somos un pueblo con Cultura y en esencia pacifico, recordemos que México nunca ha agredido a nadie, sólo se ha defendido de las agresiones externas.
 
La derecha, los poderes mediáticos y un sector de la población enajenada en los antivalores gringos, son los que han ido deformando el tejido social y orillando a vivir un clima de violencia, como el que hoy enluta a miles de familias.
 
Es momento de retomar el camino histórico de México y volver a su vocación pacifista, pero para eso hace falta un gobierno Democrático y Nacionalista, que defienda a la Patria, y eso sólo se ve en la Izquierda.

¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS ¡

ORIGEN DEL DIA DE LOS MUERTOS
EN MEXICO

Yo lo pregunto

Yo Netzahualcoyotl lo pregunto:
¿Acaso de veras se vive con raíz en la tierra?
Nada es para siempre en la tierra:
Sólo un poco aquí.
Aunque sea de jade se quiebra,
aunque sea de oro se rompe,
aunque sea plumaje de quetzal se desgarra.
No para siempre en la tierra:
sólo un poco aquí.

 La muerte es el destino inexorable de toda vida humana y es natural que nos asuste y angustie su realidad, sobre todo cuando vemos de cerca el peligro de morir o cuando afecta a nuestros seres queridos. La muerte se nos presenta cuando menos no lo esperamos pero muchas personas suelen tenerle miedo, pero lo que no saben es que, la muerte es un ciclo más de nuestras vidas, una etapa más que debemos de cumplir pero pocos sabemos aceptarlo.


LOS MEXICAS (AZTECAS) Y EL CULTO A LA MUERTE

La fiesta de muertos está vinculada con el calendario agrícola prehispánico, porque es la única fiesta que se celebraba cuando iniciaba la recolección o cosecha. Es decir, es el primer gran banquete después de la temporada de escasez de los meses anteriores y que se compartía hasta con los muertos. En la cultura Náhuatl se consideraba que el destino del hombre era perecer. 
 
Este sentimiento de la representación del destino se debe entender en el sentido de que el pueblo azteca se concebía como soldados del Sol, cuyos ritos contribuían a fortalecer al Sol-Tonatiuh en su combate divino contra las estrellas, símbolos del mal y de la noche o de la oscuridad. Los aztecas ofrecían sacrificios a sus dioses y, en justa retribución, éstos derramaban sobre la humanidad la luz o el día y la lluvia para hacer crecer la vida. El culto a la muerte es uno de los elementos básicos de la religión de los antiguos mexicanos. 
 
Creían que la muerte y la vida constituyen una unidad. Para los pueblos prehispánicos la muerte no es el fin de la existencia, es un camino de transición hacia algo mejor. Esto salta a la vista en los símbolos que encontramos en su arquitectura, escultura y cerámicas, así como en los cantos poéticos donde se evidencia el dolor y la angustia que provoca el paso a la muerte, al Mictlán, lugar de los muertos o descarnados que esperan como destino más benigno los paraísos del Tlalocan.

El sacrificio de muerte no es un propósito personal; la muerte se justifica en el bien colectivo, la continuidad de la creación; importa la salud del mundo y no entraña la salvación individual. Los muertos desaparecen para volver al mundo de las sombras, para fundirse al aire, al fuego y a la tierra; regresa a la esencia que anima el universo. Los sacrificios humanos se consideran como el tributo que los pueblos vencedores pagaban a sus dioses, y ellos a su vez alimentaban la vida del universo y a su sociedad. Por otro lado, cuando alguien moría, organizaban fiestas para ayudar al espíritu en su camino. Como en la antigua cultura egipcia, los antiguos mexicanos enterraban a sus muertos envueltos en un "petate", les ponían comida para cuando sintieran hambre, ya que su viaje por el Chignahuapan (del náhuatl: nueva apan, en el río; o "sobre los nueve ríos"), parecido al purgatorio, era muy difícil de transitar porque encontrarían lugares fríos y calurosos.


MICTLAN

Mictlan o Mitlán, en la mitología azteca era el nivel inferior de la tierra de los muertos, y se encontraba muy al norte. Los guerreros que morían en el campo de batalla y las mujeres que morían en el parto no iban al Mictlan después de la muerte, estos iban al Ilhuicatl Tonatiuh(Camino del Sol); los "muertos por agua" (ahogados, tocados por un rayo o de hidropesía) iban al Tlalocan y los pequeños muertos antes de nacer regresaban al Chichihuacauhco (Lugar del árbol amamantador). Para llegar al descanso eterno, se tenía que hacer un duro viaje desde la Tierra a Mictlan, pero les ayuda el guardián del más allá Xólotl (Perro gigante). El Mictlan estaba formado de 9 lugares, 8 tenían retos para los muertos y en el 9 -el más profundo- podían alcanzar el descanso eterno.
 
Las nueve dimensiones del Mictlan eran:
 
Apanohuaia o Itzcuintlan: Aquí había un río caudaloso, la única manera de cruzarlo era con ayuda de Xólotl. Si en vida no se había tratado bien a algún perro, el muerto se quedaba en esta dimensión por la eternidad.
 
Tepectli Monamictlan: Lugar donde los cerros chocan entre si.
 
Iztepetl: Cerro de navajas, este lugar se encontraba erizado de pedernales.
 
Izteecayan: Lugar en el que sopla el viento de navajas, este era un sitio con una sierra compuesta de ocho colinas y nevaba copiosamente.
 
Paniecatacoyan: Lugar donde los cuerpos flotan como banderas; este lugar estaba al pie de la última colina del Izteecayan y ahí empezaba una zona desértica muy fría, compuesta de ocho páramos que había que recorrer.
 
Timiminaloayan: El lugar donde flechan, aquí se decía era un sendero en cuyos lados manos invisibles enviaban puntiagudas saetas hasta acribillar a los pasantes.
 
Teocoyocualloa: Lugar donde las fieras se alimentan de los corazones. En este pasaje, una fiera salvaje abría el pecho del difunto para comerle el corazón, ya que sin este órgano, la persona caía en un charco donde era ferozmente perseguida por un caimán.
 
Izmictlan Apochcalolca: El camino de niebla que enceguece, en este lugar; se tenían que vadear nueve ríos antes de llegar al sitio donde le esperaba su descanso mortal.
 
Chicunamictlan: Aquí las almas encontraban el descanso anhelado. Era el más profundo de los lugares de los señores de la muerte.
 
Después de pasar todos estos obstáculos, se llega a la liberación de su tonalli (alma). El viaje póstumo dura cuatro años. El rey de Mictlan era Mictlantecuhtli, y la reina era Mictecacíhuatl. Entre los demás dioses de Mictlan se encuentran, Acolmiztli, Chalmecacíhualt, Chalmecatl y Acolnahuácatl.
 
 SENTIDO MEXICANO DE LA MUERTE
 En el México contemporáneo tenemos un sentimiento especial ante el fenómeno natural que es la muerte y el dolor que nos produce. La muerte es como un espejo que refleja la forma en que hemos vivido y nuestro arrepentimiento. Cuando la muerte llega, nos ilumina la vida. Si nuestra muerte carece de sentido, tampoco lo tuvo la vida, "dime como mueres y te diré como eres". Haciendo una confrontación de los cultos prehispánicos y la religión cristiana, se sostiene que la muerte no es el fin natural de la vida, sino fase de un ciclo infinito. Vida, muerte y resurrección son los estadios del proceso que nos enseña la religión Cristiana. De acuerdo con el concepto prehispánico de la muerte, el sacrificio de la muerte -el acto de morir- es el acceder al proceso creador que da la vida. El cuerpo muere y el espíritu es entregado a Dios (a los dioses) como la deuda contraída por habernos dado la vida. Pero el cristianismo modifica el sacrificio de la muerte. La muerte y la salvación se vuelven personales, para los cristianos el individuo es el que cuenta.Las creencias vuelven a unirse en cuanto que la vida sólo se justifica y trasciende cuando se realiza en la muerte. La creencia de la muerte es el fin inevitable de un proceso natural. Lo vemos todos los días, las flores nacen y después mueren. Los animales nacen y después mueren. Nosotros nacemos, crecemos, nos reproducimos en nuestros hijos, después nos hacemos viejos y morimos. A menudo en un accidente perdemos a nuestros seres queridos, un amigo, un hijo o un hermano. Es un hecho que la muerte existe, pero nadie piensa en su propia muerte. En las culturas contemporáneas la "muerte" es una palabra que no se pronuncia. Los mexicanos tampoco pensamos en nuestra propia muerte, pero no le tenemos miedo porque la fe religiosa nos da la fuerza para reconocerla y porque quizas también somos un poco indiferentes a la vida.
 
El desprecio, el miedo y el dolor que sentimos hacia la muerte se unen al culto que le profesamos. Es decir, que la muerte puede ser una venganza a la vida, porque nos libera de aquellas vanidades con las que vivimos y nos convierte, al final, a todos por igual en lo que somos, un montón de huesos.

Entonces la muerte se vuelve jocosa e irónica, la llamamos "calaca", "huesuda", "dentona", la "flaca", la "parca". Al hecho de morir de damos definiciones como "petatearse", "estirar la pata", "pelarse" morirse. Estas expresiones son permiten jugar y en tono de burla hacer refranes y versos.

En nuestros juegos está presente con las calaveritas de azúcar o recortes de papel, esqueletos coloridos, piñatas de esqueletos, títeres de esqueletos y cuando hacemos dibujos en caricaturas o historietas.
 
http://cemanahuacmexicotenochtitlan.blogspot.com
Infórmate y participa en: www.radioamlo.blogspot.com
 

(Valencia, España, 21 de mayo de 1927 –Cd. de México, 7 de noviembre de 2011)

El poeta Tomás Segovia murió a los 84 años de edad, víctima de cáncer. El también narrador, ensayista y traductor, quien recibió el pasado octubre el Premio Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval, dejó un libro inédito dedicado al amor y a la vida, que de manera tentativa lleva por título Rastreos.

Tomás Segovia, quien fue una figura del exilio español republicano, durante una lectura de su poesía realizada en el Palacio de Bellas Artes el mes pasado, manifestó: el amor es que le quieran a uno, no por lo que merece, sino por amor, ya que el amor nunca es merecido.

Fue autor de una vasta obra poética: La luz provisional (1950), Cuaderno del nómada (1978), Lapso (1986), Noticia natural (1992), Fiel imagen (1996), Salir con vida (2003), Llegar (2006) y Siempre todavía: poemas 2006-2007, entre otras. En una de las últimas entrevistas concedidas a La Jornada, Segovia expresó: Ya no tengo que demostrar nada a nadie. No tengo ningún temor. La poesía me lleva a la sabiduría.

Con la poesía de lo que se trata es de leer las cosas que suceden, las experiencias significativas y reveladoras a las que hay que darles un vehículo para que tomen forma, se entiendan y lleguen a los demás.

Hugo Gutiérrez Vega consideró a su colega Tomás Segovia como uno de los grandes poetas de la lengua, un renovador de la poesía erótica, un poeta amoroso explícito y audaz, que creía en la libertad del cuerpo, de los alimentos terrenales; un maestro de las formas poéticas, un gran traductor; maestro de traductores y su tarea enriqueció la vida cultural de México.”

El poeta señaló en una ocasión que la sorpresa de la vejez fue la libertad: Los achaques de la vejez los preveo. Sé que luego voy a ser sordo, con dificultades para caminar, dolores de lumbago, pero lo que nunca preví fue la libertad que iba a sentir con la vejez. A esta edad ya no tengo que demostrar nada. Estoy en paz con la vida. Esa es la libertad.

 FIN DE JORNADA

Cae la tarde flotando en la tibieza
Como un gran trapo en unas aguas quietas
El mundo desvaría de fatiga
Hasta los niños saben que a esta hora
Nada ya que se haga
o se diga o se piense

Dejará algún vestigio en ninguna memoria
Ni rastros en ninguna arena
La gente vuelve a sus rediles
Con ecos en sus voces de esquilas melancólicas y tribales balidos
Hay que juntarse y recogerse
Hay que soltarlo todo de las manos
Y dejar allá lejos y a oscuras las tareas
Para que duerman solas

Con la vaga certeza conformista y leal
De que todo regresa con cada nuevo día
Sin ánimo bastante para que no nos baste
Siempre saber que volveremos
Aunque nunca por qué

Pero es que la fatiga misma
Que apaga las preguntas es también
Un modo que tenemos de saber en silencio
Que sólo quien no hubiera de regresar ya nunca
Preguntaría de verdad perdido
En la noche sin fuego ni esperanza.


CANCIÓN DEL DESTINO

Frío y beato el crepúsculo
Calla visiblemente

Habría que aprender de los encinos
Ese modo sencillo y concentrado

De estar magistralmente
En la mitad del aire pálido

Y atender con entera reverencia
A esta mudez e intensidad el tiempo
Que se hace ver solemne
Detenido en lo alto antes del salto

 Todo el conmovedor egoísmo del mundo
Indiferente a su belleza
E incapaz de pactar
Que sólo fatalmente llama

Que sólo atándonos con el destino
se deja amar

Se deja amar.

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