LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







11 junio 2009

DE TRAGEDIA EN TRAGEDIA


Rayuela: Las guarderías para los pobres resultaron ser un pingüe negocio para los ricos.

El País se ha vuelto motivo de la atención de la prensa internacional, pero no por motivos que nos enorgullezcan, sino por el contrario por la cadena de noticias negativas que se suceden por todo el territorio nacional.

Tragedias como la ocurrida en una guardería de Hermosillo Sonora, dónde fallecieron quemados y asfixiados casi medio centenar de bebes y muchos otros heridos de gravedad a causa de un incendio, que solo se explica por la negligencia y la corrupción de las autoridades.

Lo ocurrido tiene su origen en la privatización de los servicios que por ley debe prestar el IMSS, y que sin embargo son subrogados (concesionados) a funcionarios y sus familiares, amigos o compadres.

“ El gobernador Eduardo Bours Castelo admitió que dos de las dueñas de la guardería ABC, que se incendió, son esposas de funcionarios de su gabinete, otro es encargado de finanzas del PRI estatal y una más es tía de Margarita Zavala, esposa del presidente Felipe Calderón Hinojosa.”

Los afanes privatizadores en salud y educación a provocado que existan cientos de "escuelas y clinicas", que funcionan en lugares improvisados e inseguros, dónde pueden ocurrir más tragedias.

La muerte parece que acecha en cada esquina en cualquier momento y a cualquier persona de este País, ya sea por la violencia extrema que se vive en las calles, por enfermedades y brotes epidémicos no atendidos oportuna y adecuadamente, por accidentes en carreteras en mal estado, etc, etc.

Sin embargo todas estas muertes no son producto de la mala suerte o del azar simplemente, sino que tienen causas que se originan en las políticas que privilegian el bienestar de unos cuantos a costa del sufrimiento de todo un pueblo.

La supuesta guerra a los narcos y los secuestros, son otros flagelos que tienen aterrorizado al País

¿Hasta cuándo seguiremos viviendo en la angustia y el terror? ¿hasta cuándo seguiremos soportando gobiernos corruptos, deshonestos, falsos e ineptos?

¡Es hora de despertar y luchar por un verdadero cambio en las instituciones y en el gobierno ¡

El FCR invita a que en las elecciones venideras, razonemos el voto, y elijamos a representantes comprometidos con los movimientos populares.


¡ POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS ¡

-------------------------------------------------------------------------------------

A propósito de la emergencia sanitaria provocada por la aparición del brote epidémico de la influenza, y de la tragedia ocurrida en una guardería en Hermosillo, reproducimos el siguiente artículo, dónde queda de manifiesto que desde 1882 el gobierno y las autoridades de esa época ya se preocupaban por la higiene y la seguridad en las escuelas, cuestión que parece fue olvidada por los gobiernos neoliberales.

EL INICIO DE LA HIGIENE ESCOLAR EN MÉXICO:
CONGRESO HIGIÉNICO PEDAGÓGICO DE 1882

La higiene escolar en México —en tanto tarea de la profesión médica vigilada por el Estado— tiene su origen en el Congreso Higiénico Pedagógico, el cual se reunió en la capital del país en 1882.

El Consejo Superior de Salubridad —en ese momento, la máxima autoridad en materia de salud— convocó al congreso el 18 de enero de 1882, y el 21 de ese mes, tuvo lugar la sesión inaugural del mismo, la cual estuvo presidida por Carlos Diez Gutiérrez, titular de la Secretaría de Gobernación, de la cual dependía el Consejo de Salubridad.

La reunión tenía como objetivo mejorar la salud de los escolares, aprovechando tanto los avances de la pedagogía como los de la higiene; y se proponía resolver: qué condiciones higiénicas debía llenar una casa destinada para establecimiento de instrucción primaria; cuál era el modelo de mobiliario escolar que, siendo económico, podía satisfacer mejor las exigencias de la higiene y que por lo tanto debía preferirse; qué características debían tener los libros y demás útiles para la instrucción, a fin de que no alteraran la salud de los niños; cuál era el método de enseñanza que daba mejor instrucción a los niños sin comprometer su salud; cuál debía ser la distribución diaria de los trabajos escolares de acuerdo con las diferentes edades de los educandos, y qué ejercicios debían practicar éstos para favorecer el desarrollo corporal; qué precauciones debían tomarse en estos establecimientos para evitar entre los niños la trasmisión de las enfermedades; qué requerimientos debía satisfacer una cartilla de higiene para las escuelas de instrucción primaria, y qué medidas serían más a propósito para obtenerlas.

Para discutir cada uno de estos puntos se nombraron comisiones mixtas, es decir, integradas por médicos y maestros, y sesionó de enero a diciembre del año 82. Su presidente fue Ildefonso Velasco, también presidente del Consejo Superior de Salubridad. Ya el Reglamento del Consejo, del 14 de julio de 1879, había dado a ese organismo sanitario la autoridad para vigilar las condiciones higiénicas de las escuelas.

Por otro lado, con el fin de uniformar la enseñanza elemental e introducir reformas a los establecimientos de instrucción, se formó, también en 1882, una Academia de Pedagogía, integrada por los profesores municipales de uno y otro sexo. Sin embargo, las profesoras no tuvieron cabida en el Congreso Higiénico Pedagógico, pues la mayoría de los médicos y maestros votaron contra su posible participación.

Por entonces, gran número de escuelas se localizaban en vecindades, al lado de caños abiertos o depósitos de basura; los escolares padecían afecciones que los hacían débiles y raquíticos; y muchos alumnos asistían a clases cuando tenían algún padecimiento, por lo que era frecuente que otros contrajeran ahí tuberculosis, tifo, viruela u otras enfermedades infecto-contagiosas. En esa época, las defunciones de menores de 15 años, representaban más del 50% de la mortalidad general. El último objetivo del Congreso era tener generaciones vigorosas, capaces de trabajar y defender a la nación.

Se debatió en el Congreso y se llegó a acuerdos sobre la orientación que debían tener las escuelas (este, noroeste), los materiales de la construcción (sólidos, ligeros, refractarios a la humedad y malos conductores del calor), las condiciones de los salones de clase (bañados por la luz natural directa a la que se consideraba agente poderoso para conservar y aun para restablecer la salud de los niños, bien ventilados y dotados de agua), el espacio que debía estar destinado a cada alumno (1.50 m2 de superficie y de 4.50 a 5 m de altura). También, sobre la existencia de gimnasios, la construcción de inodoros, los ejercicios corporales que podrían realizar, y los libros en que deberían estudiar. En las discusiones en torno a la orientación de las escuelas, se cuestionaba que las decisiones no eran objetivas, pues la orientación propuesta no era compatible con el trazo y dirección de las calles de la capital. Algunos decían que había que pensar en las condiciones reales del país; pero otros, que se trataba de plantear cómo sería una escuela modelo de acuerdo con los criterios científicos.

Fundamental para la higiene fueron las medidas sugeridas para evitar la trasmisión de las enfermedades contagiosas, fueran éstas febriles, como tifo, varicela, viruela, sarampión, escarlatina, angina diftérica y croup; o no febriles, como estomatitis ulcerosa, cremosa o algodoncillo, tosferina, oftalmías purulenta y catarral, sarna, tiñas, sífilis, epilepsia y corea. Se acordó, en las primeras, impedir la asistencia de los niños a la escuela; en las segundas, poner a los alumnos enfermos retirados del resto de los compañeros y a su espalda para que no fueran vistos.

Se buscaba ampliar la intervención de los médicos en el ámbito de la escuela: el Congreso pidió al gobierno que nombrara el número suficiente de médicos inspectores de la higiene escolar, quienes vigilarían que se cumpliese todo lo aprobado por la asamblea.

También se pretendía ampliar la influencia del médico fuera de la escuela: todo niño, al ingresar a un establecimiento de instrucción, debería presentar un certificado médico donde constara que estaba vacunado, que no padecía enfermedad contagiosa alguna y que era apto para los estudios. Se sugirió que los niños fuesen auscultados por el oculista antes de entrar a la escuela. Por otro lado, a todo niño enfermo se le exigiría el certificado de un médico, en el que se estipulara que estaba sujeto al tratamiento conveniente. Todas estas propuestas se llevarían a cabo más tarde.

Aunque se aclaraba que no era tarea del Congreso dictar los programas de estudio sino únicamente fijar las condiciones higiénicas de la enseñanza, los delegados opinaron que la salud de los niños resultaría perjudicada si se les abrumaba con conocimientos. Proponían como materias que los niños debían estudiar: lecto-escritura, aritmética y lecciones sobre objetos comunes, conocida como miscelánea. Luego se incluyeron: nociones de lenguaje y de ciencias, moral y ejercicios musculares; también la higiene.

Para algunos miembros del Congreso, con la higiene del cuerpo y del alma, se desarrollarían las facultades físicas, intelectuales y morales de los educandos.

Al abordar los métodos de enseñanza, el Congreso discutió acerca de la disciplina en los centros educativos; este tema dio lugar a fuertes debates. Para algunos delegados, el castigo corporal —medio más generalizado entonces de procurar dirigir la conducta de los educandos— era tanto irracional como inmoral, y proponían en su lugar la disciplina de las consecuencias, que consistía en hacer comprender al niño que su acción tenía una consecuencia, que sería su castigo. Pero, para otros, abandonar el castigo físico era equivalente a minar la escuela, el hogar, y las bases del orden y de la moralidad en que descansaba la sociedad; proponían reglamentar el castigo, más no eliminarlo. Finalmente, se llegó a una propuesta conciliatoria de ambas posiciones.

Cuando Flores escribió su historia de la medicina (1886), aún no se habían construido edificios ad hoc para escuelas o colegios, sino que, en el caso de los establecimientos nacionales, se seguían aprovechando los conventos, iglesias u otros edificios de la época virreinal; y los colegios municipales y particulares estaban acomodados en casas ordinarias alquiladas.

Por ello, si bien el gobierno federal y los municipios destinaban fuertes sumas a las dotaciones de las escuelas, no había en los salones de clase ni suficiente aire ni adecuada luz. Pero el Congreso del año 82 había sembrado una simiente.

En 1889, 1890 y 1891, se reunieron en la ciudad de México los Congresos Nacionales de Instrucción Pública, donde se trataron nuevamente las cuestiones de higiene escolar, y quedaron definitivamente aceptadas treinta y dos resoluciones relativas a ubicación, orientación, construcción, iluminación, ventilación, capacidad, mobiliario y anexos (patios e instalaciones sanitarias, entre otros). Más tarde, se construirían expresamente, en diferentes zonas del país, algunas de las llamadas «escuelas modelo», que iban a tomar en cuenta las sugerencias del Congreso Higiénico Pedagógico y de los Congresos Nacionales de Instrucción Pública.

La Dirección General de Instrucción Primaria se creó en 1896. La propuesta de los médicos del Congreso Higiénico Pedagógico de establecer una Inspección Médica e Higiénica de las Escuelas, se hizo realidad el 3 de julio de ese año. A partir de ese día, hubo inspectores médicos en las escuelas primarias del Distrito Federal y en los territorios sobre los que el Consejo Superior de Salubridad tenía jurisdicción (Tepic y Baja California).

Se estipularon como obligaciones de los médicos inspectores: cuidar, en las escuelas, la salud de los niños y las condiciones higiénicas del edificio, mueblajes y útiles; e informar a la Dirección General mensualmente, y en caso de urgencia en el acto, acerca de los resultados de las visitas que hicieren a las escuelas.

Como había sugerido el Congreso Higiénico-Pedagógico, la Academia Nacional de Medicina convocó a principios del siglo XX, a un concurso para elegir la mejor cartilla sobre enfermedades infecciosas para la enseñanza primaria. Querían que el niño conociera las afecciones para huir de ellas. Ganó la titulada: «La limpieza es hija del honor y madre de la salud», que contenía un texto y un atlas de ilustraciones, y que había escrito Luis E. Ruiz.

Porfirio Diaz y Justo Sierra
inaugurando una escuela modelo

CONCLUSIONES

El Congreso Higiénico Pedagógico tuvo importancia por varias razones: fue señal de la preocupación que el Estado, los reformadores, los médicos, los maestros y la población en general tenían por el niño: se pensó en dicha reunión en la manera de preservar su salud física, mental y espiritual —aprovechando tanto los avances de la pedagogía como los de la higiene—; se empezó a hablar de construir muebles acordes con su tamaño; se consideró la importancia del juego, así como la necesidad de desterrar de las escuelas el maltrato físico. Todo ello, en el contexto de una reconstrucción de la imagen de «niñez», como fenómeno que sólo podía ser entendido cabalmente por la profesión médica.

A partir de esa fecha, se autorizó a los médicos a penetrar a las escuelas (sobre todo las de las zonas urbanas) para inspeccionar a los locales y los niños, tarea que fue sostenida con fondos públicos, utilizando los recursos de la medicina clínica y preventiva y ligando la salud escolar al sistema establecido de salud pública. La fuerza de los médicos derivó de su visión de que la escuela era un asunto médico tanto como pedagógico.
Para muchos, las ideas de higiene escolar alcanzaron precisión científica por primera vez en el Congreso Higiénico-Pedagógico de 1882. Puede decirse que en todos lados y hasta el final de porfiriato, la mayoría de las escuelas siguieron estando situadas en casas que el Estado o los particulares arrendaban; puede asegurarse también que la higiene escolar dejaba mucho que desear. Pero es innegable que se hicieron entonces notables progresos.

Ana María Carrillo: Departamento de Salud Pública, Facultad de Medicina, UNAM,.articulo publicado en la revista mexicana de pediatría Vol. 66, Núm. 2 • Mar.-Abr. 1999
------------------------------------------------------------------------------------------------
Leopoldo Ayala, poeta,

maestro del IPN
y miembro del comité 68

10 de CORPUS (Fragmentos)

Nunca el presente es intocable, si no lo han hecho.
Y para desenmascarar a las palabras
es preciso antes haber enmascarado a las palabras;
cuestión de método pero también cuestión
de cobrar a plomo nuestra vida.

Sagrado corazón de Jesús ya le dieron en la mano
Pobrecito, protégelo Señor.
Hijo de la chingada éste es peor que el otro
Pobrecito, protégelo Señor.
Hoy es jueves para el cuerpo como 71 de nosotros
Hay que decir las horas, y hay que costear las municiones
Los tanques antimotines por primera vez, las varillas eléctricas E.M.
Hoy es jueves como muerte para el pecho y los periódicos.

4 p.m. Más de 10 000 estudiantes, obreros, pueblo.
Santo Tomás, Instituto Técnico, Av. De los Maestros y San Cosme.

“Aquí teniente Jasso, son unos seis mil”
“Acaba de salir una camioneta con propaganda”
y posiblemente con varios lideres, deténgala”

La marcha era para fundir lo que jamás termina
para que la vida no cayera derribada.
y los pedazos lejanos para los antiguos cuerpos
Compañeros, durarán el hecho que ya avanza

La poesía está en la calle
Con una limpidez extraña de seguir, de continuar
de ser siempre más grande que sus pasos: la columna,
del brazo, de espalda a pecho, de canto a palabra

Ya no dibujen las palabras. ¡Vívanlas!

La marcha era para continuar la lucha interrumpida, para generar la materia decisiva.

¡La marcha era para marchar con la Libertad a cuestas!

Al cruzar por Sor Juana los granaderos con armamento de alto poder nos detuvieron por primera vez.
Una bomba de gas lacrimógeno la mano de explosión de un granadero y las 5.05 de la tarde

Mexicanos al grito de guerra
El acero aprestad y el bridón
Y retiemble en sus centros la tierra
Al sonoro rugir del cañón:
Pasamos: Fue la única alegría en los rostros.
Confiados, caminamos.

Interceptadas por onda corta
se grabaron las comunicaciones policiacas.
“los tengo detenidos que hago con ellos…”
aquí teniente, que entren en acción los halcones…
ahí vienen… protéjanlos, protéjanlos, ¡Protéjanlos!

¡Salta la palabra a la calle y se hace manifestación!

La autoridad a mi cargo, no tiene número oficial de muertos. La imaginación del Pueblo hace ver…
No se permitirá ni se tolerara, ninguna manifestación pública.

Los jóvenes son inclusive engañados, porque no están encauzados dentro del camino de la auténtica revolución.

¡Esa V no se ve!, ¡Esa V no se ve!

El primero que cayó fue un obrero de Ayotla Textil como una bóveda oscura su pecho enrojeció. Ahondando entre la gente, su mirada latía toda esperanza. Intentamos avanzar pero sonaron los disparos como un soplo caliente rojo, quiso decir algo pero su aliento fue como una tela negra en medio de la calle, nos dispersamos. corre conmigo. No te separes yo no sé yo que quería, ibamos contra la agonía llevando nuestro miedo entre las manos, permanecimos boca abajo, pegados contra el suelo en sismo las ametralladoras, fusiles, las metralletas

Saltaban la barda guareciente. Agáchate pendejo cuando pasen nos salimos, unos corrieron al panteón ingles y les pegaron, otros se escondieron, los más fueron derecho a la Normal, ahí es donde los querían meter fuego a fuego, colocados en el centro sin que pudiera salir.
Ahí estuvieron hasta pasadas las 12 p.m.

Fábrica de poesía sin vida. Son las 21 hrs.
La ciudad en junio se mantiene como siempre en calma.

Nosotros nos metimos en un puesto de tiro sport en una feria, por aquí joven, están escondidos adelante. Adentro había un muchacho jorobado, y una mujer rasgándose los brazos. Pobrecito, protégelo Señor.

!Ay la muerte ocupando la calle a bocacalle!

Ay los cuerpos y los disparos resonando casi 2 horas o 3 años, y otra vez los mismos días como gérmenes humanos, y la mandíbula de dolor y de la rabia.

Cinco especies de dedos detienen todo lo escrito.
Un sudor endurecido forcejea con mi país.

¡Por nuestros compañeros caídos no un minuto de silencio sino toda una vida de lucha!

Comentarios, criticas o sugerencias:
fcr.alternativa@yahoo.com
Más información del FCR:
www.fcralternativa.blogspot.com

No hay comentarios: