DISCURSO DE ANDRÉS MANUEL
LÓPEZ OBRADOR
8 de Septiembre, a un lado de la Plaza de la Solidaridad
Amigas y amigos:
En primer
lugar, muchas gracias de todo corazón por participar en esta asamblea, en la
cual trataremos un asunto de suma importancia para el pueblo de México y la
nación.
Ahora más que
nunca, adquiere relevancia lo que decía el presidente Juárez: “con el pueblo
todo, sin el pueblo nada”.
Debo decir
también que no celebramos este acto en el Zócalo porque, como sabemos, allí se
están manifestando, en defensa de sus derechos, los maestros del país, a
quienes expresamos nuestro respeto y solidaridad.
El tema
principal de esta asamblea es el ponernos de acuerdo y aprobar un plan de
acción para impedir, con la movilización ciudadana pacífica, la privatización
del sector energético nacional y los aumentos a los impuestos.
Desde hace
muchos años, con argumentos y de manera consecuente, hemos venido luchando en
contra de la política económica que se impuso en nuestro país, desde hace
treinta años, y se definió, con mayor énfasis, durante el gobierno corrupto y
entreguista de Carlos Salinas de Gortari.
Hasta hoy, el
resultado de esa política ha sido un rotundo fracaso. En vez de avanzar en el
terreno económico, social, moral y político, hemos retrocedido. Aunque, debe
quedar en claro que este supuesto nuevo paradigma, como le llaman, fue diseñado
y puesto en práctica con el único fin de favorecer a una pequeña minoría de
políticos corruptos y de traficantes de influencias, a costa del sufrimiento de
la inmensa mayoría del pueblo de México.
En nuestro
país, esta política fue aplicada, por primera vez, cuando la dictadura de
Porfirio Díaz. Recordemos que, en ese entonces, se entregaron a particulares
nacionales y, sobre todo, a extranjeros las tierras, las aguas, los bosques,
las riquezas mineras, el petróleo. Y, para ello, se cancelaron los derechos
políticos y las libertades de los ciudadanos. Inclusive, se fortaleció el viejo
régimen colonial esclavista.
Por eso, aún
cuando este modelo económico se ha venido implantando en otros países del
mundo, para nosotros el llamado neoliberalismo, no es más que neoporfirismo.
No obstante,
los promotores de la actual política económica, con el cinismo que los
caracteriza, desde el principio hasta la actualidad, no han dejado de hablar de
que se trata de lo nuevo, de la modernidad, cuando en realidad es un regreso al
pasado, el volver a una de las épocas más siniestras de la historia de México.
Además, hay
suficientes pruebas de que la política económica aplicada, desde 1983, ha
provocado la ruina del país. Y no podría ser de otra forma, porque solo ha
consistido en trasladar bienes y riquezas del pueblo y de la nación, a un
pequeño grupo.
A estas
alturas, conviene preguntar: ¿en qué se benefició el pueblo de México con la
entrega de la banca nacional? Hoy, casi todos los bancos están en manos de
extranjeros; han sido rescatados con el presupuesto público, con el dinero de
todos los mexicanos; no cumplen con su función de otorgar créditos; cobran
excesivos intereses y comisiones por encima de las tasas internacionales y, año
con año, obtienen miles de millones de pesos de utilidades que transfieren a
sus países de origen.
¿En qué se
beneficiaron los mexicanos con la privatización del sistema de telecomunicaciones?
¿Qué no, acaso, el servicio de telefonía y del internet es de los más caros,
atrasados y lentos del mundo?
¿Qué
beneficios se han obtenido del monopolio de los medios de comunicación, cuyos
concesionarios han recibido dinero a raudales del presupuesto público? Son
guardianes del régimen corrupto con prácticas totalitarias que van desde la
manipulación, el ocultamiento de la verdad, hasta el desprestigio y destrucción
de opositores.
¿En qué se
avanzó con la privatización de los Ferrocarriles Nacionales, si en 20 años las
empresas extranjeras no han construido nuevas líneas férreas, eliminaron los
trenes de pasajeros y cobran lo que quieren por el transporte de carga?
Una imagen de
lo más dolorosa de este funesto retroceso, es el caso de La Bestia o tren de la
muerte.
¿Cuál ha sido
el beneficio para los mexicanos de la entrega de concesiones por 50 millones de
hectáreas, el 25 por ciento del territorio nacional, para la explotación del
oro, la plata y el cobre? Los trabajadores mineros mexicanos ganan, en
promedio, 16 veces menos que los mineros de Estados Unidos y Canadá.
Un dato: las
empresas de este ramo han extraído en sólo 10 años el doble de la plata y del
oro que se llevaron los españoles en 300 años, sin pagar nada de impuestos por
la explotación de esta riqueza, con el añadido de la destrucción y la
contaminación impune de nuestro territorio.
Y así
podríamos seguir preguntando a estos políticos irresponsables y corruptos,
sobre los beneficios en la privatización de otras empresas públicas, como las
líneas aéreas, puertos, aeropuertos, carreteras, ingenios azucareros, complejos
petroquímicos, plantas de fertilizantes y muchas más.
En realidad,
nada bueno ha significado esta política para el desarrollo de México. En 30
años, ni siquiera en términos cuantitativos, hemos avanzado. En este tiempo nos
hemos colocado, incluso, por debajo de Haití, en cuanto a crecimiento
económico.
La constante
ha sido, como se advierte en la actualidad, el estancamiento económico y la
falta de oportunidades de empleo, que ha obligado a millones de mexicanos a
emigrar o a buscarse la vida en actividades, consideradas como informales. Hoy,
más de la mitad de los mexicanos trabaja de esa forma precaria y sin ninguna
seguridad social.
Tampoco
debemos pasar por alto que, por culpa de la actual política económica, es
decir, por el abandono de las actividades productivas y del campo, por la falta
de empleos y por la desatención a los jóvenes, se desató la inseguridad y la
violencia que ha cobrado miles de muertes en nuestro país.
Por todo ello,
resulta indignante e inaceptable que ahora, de manera descarada y prepotente,
pretendan despojar a la nación del sector energético para cancelar por completo
el futuro del pueblo y de las nuevas generaciones.
Aunque aquí ya
se ha dicho y muy bien, de todas maneras conviene explicar, de manera sencilla,
qué es lo que traman con la llamada reforma energética.
En primer
lugar, como ellos mismos lo han señalado, quieren con la reforma al artículo 27
de la Constitución, otorgar contratos de utilidad compartida, es decir,
pretenden que se compartan las ganancias del petróleo, que son del pueblo de
México, con empresas petroleras extranjeras.
Téngase en
cuenta que hoy los ingresos anuales, por ventas de petróleo y derivados,
representan alrededor de 125 mil millones de dólares y el 90 por ciento es
utilidad o ganancia.
Y esta gente,
estos ambiciosos, estos enfermos de codicia, enajenados, tienen la intención de
que las empresas extranjeras contratadas para la exploración y perforación de
pozos, se queden hasta con el 50 por ciento de las utilidades, como lo aseguró
Luis Videgaray, secretario de Hacienda, porque, según él, cito textualmente eso
es lo razonable.
Todo ello con
la mentira de que hay que sacar el petróleo de las aguas profundas y que no hay
inversión ni tecnología, cuando lo cierto es que las reservas probadas de
petróleo están en la costa del Golfo de México, en tierra y en aguas someras.
Asimismo, como
aquí se ha dicho, desde la expropiación petrolera, los trabajadores y técnicos
mexicanos, siempre han sabido hacer su trabajo, siempre han sabido cómo extraer
el petróleo. En cuanto a la falta de inversión, baste decir que Pemex es de las
empresas más rentables del mundo y que, desde luego, tiene recursos suficientes
para autofinanciarse.
Pero además,
se pueden liberar fondos, como lo propuse durante la campaña, con un plan de
austeridad y combatiendo la corrupción que llevan a cabo funcionarios y
contratistas de Pemex y del gobierno en general.
Es cosa, nada
más de amarrarle las manos a los salinistas, a los panistas, como Fox y
Calderón; a los discípulos de Montiel; a los gobernadores corruptos; a los
líderes sindicales como Romero Deschamps; y cerrarle la llave del presupuesto a
los dueños de los medios de comunicación.
Hay que
reducir los elevadísimos sueldos y los privilegios de la alta burocracia,
empezando por cancelar la compra por 7 mil millones de pesos, eso vale el avión
de Peña Nieto, así como muchas otras extravagancias que ofenden a los
mexicanos.
De modo que no
hay ninguna razón para privatizar el petróleo. Se trata de un vil y descarado
atraco, que significaría entregar de 30 a 40 mil millones de dólares anuales a
las empresas extranjeras.
Y por si fuese
poco, este desfalco a la hacienda pública, quieren taparlo aumentando los
impuestos, lo que hoy por la tarde darán a conocer con la envoltura de reforma
hacendaria.
Aquí abro un
paréntesis para comentarles que sí es muy importante lo que todos hacemos, el
que participemos y nos movilicemos; de acuerdo a la ley, se tiene como plazo
para presentar el presupuesto del año próximo, el término legal es del 1 de
septiembre al día 8.
Por este
movimiento, de eso no tengo la menor duda, como yo iba a estar en la mañana,
decidieron ellos presentar su propuesta hasta la tarde del día de hoy, el
último día en que se vence el plazo, porque no querían que supiéramos lo que
van a dar a conocer, como si fuese un misterio.
¿Qué es lo que
van a dar a conocer dl día de hoy? Los aumentos a impuestos. Eso sí, bien
envueltos. Así como manejaron la iniciativa de reforma energética, que
utilizaron de manera vil e infame la imagen del general Lázaro Cárdenas, así a
partir de hoy, con todos los medios de comunicación, desde luego con honrosas
excepciones, van a decir que esa reforma hacendaria nos conviene a todos los
mexicanos.
Cuando en
realidad lo que quieren es tapar el hueco, el hoyo, que dejaría la entrega de
las ganancias del petróleo a extranjeros, aumentando los impuestos a todos los
mexicanos.
Hoy va a
hablar Peña de este asunto, pero ya de una vez les adelantamos cuál es el
propósito, que es lo que realmente están tramando, ya no van a volver a engañar
al pueblo de México.
En esencia,
van a proponer a los mexicanos que paguemos la factura por la entrega de las
ganancias del petróleo a extranjeros.
Sí, está
claro, van a entregar utilidades del petróleo, van a reducir los derechos que
actualmente paga Pemex, para que las empresas extranjeras ya no paguen
derechos.
De esta manera
no se va a recibir la cantidad que actualmente entre Pemex a la Secretaría de
Hacienda y ese déficit, ese faltante lo quieren llenar, tapar, aumentando los
impuestos a todos los mexicanos.
Esa es en
esencia la estrategia perversa que quieren imponer, pero hay algo más. Con la
reforma al artículo 28 constitucional, están considerando privatizar la
refinación del petróleo, la petroquímica, el gas, la industria eléctrica, el
transporte y la distribución de los energéticos. Con lo cual, se dejará a
nuestro país sin la posibilidad de utilizar, de manera integral, al sector
energético como palanca del desarrollo nacional.
Es decir,
dejarían al Estado mexicano sin ninguna opción para promover la industria
nacional y para fomentar nuevas fuentes de energía, habría posibilidad para impulsar
el desarrollo del país, para crear empleos y para reducir los precios de las
gasolinas, el diesel, el gas y la luz, en beneficio de los consumidores y de
las empresas.
Por eso, es
sumamente grave lo que están queriendo imponer. Sin exagerar, es un acto de
traición a la patria, de mayor o igual magnitud, que los consumados por Santa
Anna, Porfirio Díaz o Carlos Salinas de Gortari.
De ese tamaño,
de esa dimensión, es la traición que quieren consumar con estas dos reformas,
con la llamada reforma energética y con la llamada reforma hacendaria.
Todo esto lo
advertimos desde la campaña, desde el debate. Dijimos con mucha claridad que
los que se creen amos y señores de México, buscaban imponer a Enrique Peña
Nieto, como lo hicieron con la compra de millones de votos y traficando con la
pobreza de la gente, con el único propósito de tener en la Presidencia de la
República a un paniaguado, ignorante de la historia, frívolo, un simple
personaje de escenografía.
Agréguese que
si permitimos esta felonía, el país se seguirá hundiendo, desgraciadamente. No
es cierto, como ellos sostienen, que ese es el camino hacia el crecimiento, el
empleo y el bienestar. Si así fuera, ya se estarían viendo, ya estaríamos
viendo los beneficios.
¿Qué a caso no
llevan 30 años aplicando sus llamadas reformas estructurales, que sólo han
dejado ruina, incertidumbre y violencia?
Lo que sí
puede asegurarse es que, si hoy, la política anti popular y entreguista, ha
dejado un saldo de 53 multimillonarios con 53 millones de pobres (un multimillonario
por cada millón de pobres). Si se privatiza el sector energético, esta cifra de
la ignominia y de la desigualdad obscena, monstruosa, pasaría, en tres años, a
63 multimillonarios con 63 millones de pobres.
Con el
agravante, y esto lo subrayo, que van a entrar a escena nuevos actores
económicos y políticos del extranjero que, con más dinero, influencia y poder,
tratarán de imponerse durante mucho tiempo, por encima de nuestros derechos
como nación libre, independiente y soberana.
Amigas y amigos:
Como se
comprenderá, son tiempos de definición. O actuamos ahora o nos costará más, en
todo sentido, retomar el camino de la honestidad, la justicia, el desarrollo,
la paz, la democracia y la independencia.
Estoy
convencido que si todos los que estamos aquí hacemos lo que nos corresponde,
podemos impedir, con la movilización ciudadana pacífica, la privatización del
sector energético y los aumentos a los impuestos.
Sí podemos
lograrlo, depende de nosotros, tenemos la experiencia. Cuando era jefe de
Gobierno y me desaforaron, ?quién me sacó a flote? El pueblo movilizado, porque
el pueblo es mucha pieza.
En la
democracia es el pueblo el que manda, va a depender de nosotros. Todo depende
que hagamos, antes que nada, el compromiso de que vamos a dedicar todo nuestra
imaginación, nuestro tiempo y nuestro esfuerzo para salir victoriosos en este
desafío.
Por eso, les
pregunto si vamos a ir hacia adelante. ¡Vamos!
Ahora bien,
les propongo una estrategia y dos acciones inmediatas. La estrategia consiste
en reafirmar el compromiso y aplicar, en la práctica, en todos nuestros actos,
el principio de la no violencia.
La violencia
no destruye el autoritarismo, lo perpetua. Nuestro movimiento es, ha sido y
seguirá siendo pacífico. Por eso, debemos evitar, por todos los medios, la
provocación.
¿Está claro?
Cuidar, entre
todos, que no haya infiltrados. No permitir que se introduzcan halcones del
gobierno en nuestro movimiento, provocadores que se hacen pasar por radicales y
extremistas, cuando en realidad están cumpliendo órdenes desde lo más alto del
poder.
¿Está claro
esto, verdad? Mucho ojo.
Tomando en
cuenta, es muy importante el inicio de este movimiento y de esta lucha, en la
defensa de la economía popular y del petróleo, tomando en cuenta lo que está en
juego, propongo que nadie se tape el rostro, nadie, aunque en nuestro
movimiento somos libres y está prohibido prohibir, es una recomendación que nos
conviene también.
En el
entendido en que no estamos hablando de luchadores sociales que han decidido
hacerlo para evitar la represión.
Pero en
nuestro movimiento procuremos dar la cara, no tenemos nada que ocultar.
En cuanto a
las acciones, les propongo que a partir de ahora, de hoy, todos los órganos de
dirección de Morena: el Comité Ejecutivo Nacional y los comités estatales y
municipales, que están aquí, todos los jóvenes, los consejos, convoquen a la
unidad a todos los ciudadanos de los distintos sectores sociales, económicos y
políticos, para lograr, con la unidad, entre todos, detener las llamadas reformas
energética y hacendaria.
Aquí quiero
poner énfasis en que debe convencerse, persuadirse y llamar a participar en la
movilización ciudadana pacífica a integrantes de las clases medias y del sector
empresarial que también, sin ninguna duda, resultarán afectados.
El diseño de
las reformas energética y hacendaria fue hecha en el extranjero, para beneficio
de las empresas extranjeras, es un compromiso que adquirió Peña con las
empresas petrolera extranjeras, tanto en Inglaterra como en Estados Unidos, y
estos nuevos actores a los que hacía referencia se van a llevar las ganancias y
no les va a preocupar perjudicar al comercio, a la pequeña y mediana empresa
nacional. Van ellos a saquear y a terminar de destruir la empresa nacional.
Por eso no
podemos descartar la participación de todos los ciudadanos, de todas las clases
sociales, porque este golpe es contra México, es contra la mayoría del pueblo
de México.
Por eso
tenemos que convocar a todas y a todos.
Específicamente,
pongo a consideración de ustedes que el domingo 15 de septiembre, el domingo
próximo, en todas las cabeceras de los municipios del país, así como en las
delegaciones del Distrito Federal, se lleven a cabo asambleas informativas,
desde 10 de la mañana hasta las 6 de la tarde, y que en esas asambleas se
informe a la gente, porque hay mucha falta de información, se desconocen muchas
cosas.
Ustedes ya
conocer cómo está el control casi absoluto de los medios de comunicación, en nuestro
país no se garantiza el derecho a la información; por eso tenemos que hacer una
labor de información, de orientación y de concientización entre todos, en las
plazas públicas.
Ahora con la
participación de moneros, de caricaturistas, se ha hecho un folleto, donde se
explica de manera sencilla en qué consiste este intento de despojar al pueblo
del petróleo y cómo quieren también aumentar los impuestos.
Vamos a
buscar la forma de editar esa historieta para que se distribuya y si es
posible, además de las plazas, ir casa por casa informando, orientando y
despertando a la gente. Esta es una labor muy importante.
También les
propongo que nos volvamos a congregar en 15 días, el domingo 22 aquí en la
Ciudad de México, para llevar a cabo desde las 10 de la mañana, de una vez
estamos convocados y avisados todos, una manifestación del Ángel de la
Independencia al Zócalo de esta ciudad.
Aquí quiero
pedirles de manera especial que todos ayudemos, que todos invitemos, que todos
convoquemos a esta manifestación, en el entendido que lo único que puede parar
estas medidas contrarias al interés del pueblo, contrarias al interés del
pueblo, es la movilización ciudadana, es lo único.
O ustedes
creen que se va a poder detener esto en la Cámara de Diputados o en la
Cámara de Senadores? es con la gente, es con el pueblo, no hay otra opción,
otra alternativa.
En suma,
pregunto a ustedes: ¿Se aprueba que actuemos pacíficamente, que convoquemos a
los ciudadanos a luchar juntos, que hagamos en las plazas reuniones informativas
el 15 de septiembre y que celebremos el domingo 22, aquí en la ciudad de
México, una gran marcha nacional en defensa de la economía popular y del
petróleo?
No escuché
bien, levanten la mano.
Muchas gracias
de todo corazón.
Sé que muchos,
muchos, vienen de lejos, haciendo un gran esfuerzo para venir aquí, de
Chetumal, de Tijuana, de Chihuahua, salieron desde el viernes para estar aquí.
Sé que todo
esto significa un gran esfuerzo, pero también sé que es un deber comprometernos
y aplicarnos a fondo. Además, esto es apenas el inicio. Si Peña dejó su anuncio
para la tarde, es porque estaba pensando que nada más era este acto y ya,
llenas y te vas.
No, aquí
estamos y vamos a seguir estando, defendiendo el petróleo y defendiendo la
economía del pueblo.
El día 22, en
el Zócalo, vamos a definir lo que sigue. Pero que quede claro: en estos
momentos, para que les quede muchas ansias de actuar y de trabajar, en estos
momentos la tarea de todos es hacer crecer el movimiento.
¿Está claro?
Tenemos que multiplicarnos a partir de ahora. Sé que lo lograremos, estoy
optimista, porque en cada uno de ustedes hay un activista, un cuadro, un
luchador social, un mexicano, una mexicana con decoro, dignidad y patriotismo.
Por eso estoy
seguro que vamos a lograr frenar las reformas antipatrióticas.
Amigas y amigos:
Está de por
medio ni más ni menos que el destino del pueblo y de la nación. Debe entenderse
que nos quieren regresar al pasado para quitarnos nuestro futuro. Y también el
porvenir de nuestros hijos y de nuestros nietos.
Actuemos con
firmeza y optimismo. Recordemos que somos millones y nos asiste la razón. Que
nadie piense que no se puede, depende de nosotros y tengamos confianza en el
pueblo. Vamos para adelante.
Como decía
Juárez, cuando la intervención extranjera: “Que el enemigo nos venza y nos
robe, si tal es nuestro destino, pero nosotros no debemos legalizar ese
atentado, entregándole voluntariamente lo que nos exige por la fuerza”.
No renunciemos
a nuestros ideales de justicia y libertad. Defendamos los derechos del pueblo y
de la nación.
¡Que viva la Constitución de 1917!
¡Que viva la expropiación petrolera!
¡Que viva el General Lázaro Cárdenas!
¡Abajo los traidores a la patria!
¡Que viva México libre, justo, democrático e independiente!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y
POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!
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