El periodismo de nota roja que lucra con el dolor y la tragedia humana, fuente de miedo y desesperanza con escenas gráficas cada vez más crudas, crueles, sangrientas y comentarios que rayan en el insulto y burla, este periodismo es militante. Promueve la mentira y la apología del crimen porque de ello vive. No debe sorprendernos que la víctima aparezca como culpable de su propia tragedia, mientras periodistas sin escrúpulos viven de ello. ¡Sucio y deplorable!
Este periodismo fue bautizado por el Movimiento Estudiantil de 1968 como “Prensa Vendida”. abundan en el gremio de los medios de comunicación, los mercenarios del periodismo, se asumen “independientes” y abogan por el periodismo “neutral”. ¿Habrá periodismo “neutral”?
No existe periodismo sin fuentes y las fuentes siempre tienen un punto de vista. Ese punto de vista es particular del observador, es decir, no es independiente, el periodista tiene que contrastar las fuentes, también, bajo su propio punto de vista y, tampoco es independiente. ¿Cómo hacer periodismo independiente con fuentes que no son independientes? El periodismo “independiente” es una falacia, lo que existe es periodismo militante de uno u otro signo.
Actualmente el periodismo militante de derecha, es pesimista, un lamento eterno y que ve al futuro pensando que todo va a estar peor siempre, porque, en su pensamiento conservador, consideran que todo tiempo pasado fue mejor.
En el pasado, los medios de comunicación oficialistas (públicos y privados), no solo encubrieron la corrupción, la represión y los fraudes, participaron en ellos, fueron parte del régimen antidemocrático.
En Contraposición a la prensa vendida (chayotera), existe un periodismo que se asume militante, que pregona a los cuatro vientos sus principios, defiende causas colectivas, pone por encima de sus intereses los intereses de la sociedad, busca la verdad, aunque duela, acepta que los seres humanos se equivocan y acepta la autocrítica con fines de rectificación.
Este periodismo militante optimista, navega en la corriente del cambio dialéctico permanente, siguiendo el curso espiral ascendente de la historia, el que considera los acontecimientos como una construcción de un futuro mejor y buscando convertir la inevitable tragedia ya ocurrida, no como una simple noticia aislada que nos conmueva y paralice, sino como noticia que ayude a la construcción de conocimiento valioso para construir un mundo mejor con equidad y justicia. Es el periodismo que ha ganado la batalla de las ideas al periodismo vendido al poder y que el poder, ante la derrota, reprime y suprime mediante la violencia y muerte.
Los errores que se rectifican suelen ser una de las mejores fuentes del conocimiento. El periodismo militante acepta el reto de la verdad escurridiza y se arma con las herramientas del pensamiento sistémico, divergente y la teoría de la complejidad.
Como señala AMLO; “El buen periodismo es el que defiende al pueblo y está distante del poder, no el que defiende al poder, el que defiende al pueblo” “Lo que tenemos ahora es un periodismo cercano al poder económico y muy distante del pueblo, es un periodismo de la élite que no defiende al pueblo raso, cuando mucho a la clase media y de ahí para arriba y a la clase media la utilizan nada más como parapeto”
En el FCR luchamos desde siempre, por la Libertades Democráticas, entre ellas desde luego la Libertad de Expresión, pero hay que saber discernir entre la Verdad y la Mentira. Un periodismo Ético debe tener como norma de conducta, en todos los casos, el valor supremo de la Verdad. La 4ª Transformación debe promover el periodismo militante optimista, el que contribuirá en la construcción del mundo mejor para todos que deseamos y ya merecemos.
¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!
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ÉTICA PERIODÍSTICA
Judith Álamo López
La Ética es una disciplina filosófica que estudia el bien y el mal y sus relaciones con la moral y el comportamiento humano. El filósofo griego Aristóteles fue el fundador de la ética como a disciplina que se ocupa de definir el bien del hombre, lo que es bueno para cada uno es bueno para el conjunto: el bien supremo es la felicidad, y comprende comportarse bien y vivir bien en comunidad.
Para el neuropediatra Fernando Novoa, existe un cerebro moral, y explica que desde las concepciones ético filosóficas surgidas en la Antigua Grecia hasta la actualidad, las normas morales son herramientas de control social destinadas a definir lo permitido y lo prohibido, para generar equilibrio entre las facultades intelectuales y las propensiones animales que tienden a dominar nuestro actuar.
Considera que las bases de la neurobiología moderna, desde hace algunas décadas nos han hecho reevaluar -como sociedad- la prioridad que concedemos a la religión, las normas absolutas y la razón pura como base de la moralidad.
La ciencia ha permitido establecer, con claridad, que el sustento de la moral humana no surge de dichos elementos, sino que está dado por el intercambio puro de químicos, lo que hace posible el proceso de sinapsis que experimentan las neuronas, en la corteza prefrontal del cerebro.
En otras palabras, si bien la moralidad tiene sustento en la química, la capacidad plástica de nuestro cerebro nos distingue del resto de los animales; nos concede la capacidad de diferenciar lo correcto de lo incorrecto, el bien del mal, y no solo nos preocupamos de nuestra propia supervivencia. Por esta condición somos capaces de sacrificar nuestra existencia como individuos en beneficio de una idea, credo y por los demás.
En fin, los avances neurocientíficos demuestran que los seres con un cerebro estructuralmente sano, disponen de un cerebro moral que sabe distinguir de forma natural el bien del mal, claro que la plasticidad neuronal también recibe el impacto del aprendizaje y de las experiencias emocionales vividas.
El periodismo es una actividad profesional que, en términos generales, consiste en la obtención, tratamiento, interpretación, redacción y difusión de informaciones, a través de los medios de comunicación social como la prensa, la radio, la televisión y el Internet, entre otros.
"Todo el periodismo debe ser investigativo por definición, y la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodismo como el zumbido al moscardón”, consignaba el escritor Gabriel García Márquez, quien sostenía que "el periodismo es el mejor oficio del mundo".
Según el profesor José María Desantes la ética es la guía de los actos humanos e informativos que modelará el ser profesional y constituirá la medida de su cualificación. Se llama ética si comprende todos los aspectos personales, y Deontología si solo se refiere a los actos específicos profesionales.
El profesor estadunidense John C. Merrill ve en la ética “la rama de la filosofía que ayuda a los periodistas a determinar lo que es correcto hacer en el periodismo.”
El credo de Benjamín Harris es considerado el documento pionero en la materia, aparecido en Boston en 1690. En él se encuentran ya los conceptos de verdad, objetividad y exactitud como cualidades esenciales de la noticia informativa. Se condenan los falsos rumores y se proclama el derecho a rectificar los eventuales errores. Ya Harris, como sus seguidores, se comprometían a poner en práctica esos criterios morales, haciendo una especie de profesión de fe voluntaria. Su idea y sus criterios se han venido repitiendo de diversas formas hasta nuestros días de una manera casi rutinaria.
En México han sido muchos los periodistas que a nivel nacional e internacional han sido auténticos luchadores por los derechos y libertades del hombre, desde la época de la independencia hasta nuestros días. Mencionaré sólo algunos que fueron heroicos por su valor y virtud para enfrentar los poderes constituidos y esparcir la semilla de la libertad:
En la época de independencia, destacó José Joaquín Fernández de Lizardi, el Pensador Mexicano, quien se pronunció abiertamente por la abolición de la esclavitud. En la segunda mitad del siglo XIX, emergieron decenas de periodistas liberales con una gran calidad, como Ignacio L. Ramírez, Manuel Altamirano, Guillermo Prieto, Justo Sierra, Vicente Riva Palacio.
Durante la Revolución sobresalieron por su activismo periodístico, los hermanos Enrique, Ricardo y Jesús Flores Magón, Francisco Zarco y Belisario Domínguez, quien fue asesinado por denunciar al usurpador y asesino Victoriano Huerta. Los periodistas no gozaban de prerrogativas. Durante la lucha armada el encarcelamiento fue la medida tradicional para reprimir a quienes incomodaban al porfirismo o a los insurrectos, siendo muy elevado el número de periodistas encarcelados o asesinados durante este periodo.
Un hito, sin duda, lo constituyó la promulgación de la Constitución de 1917, adelantada a su tiempo, en ella se plasman la libertad de expresión y de prensa, como garantías consagradas en los artículos sexto y séptimo.
Después de 1924, en México surgen poco a poco empresarios periodísticos afines al régimen en turno, los costos de producción de las grandes rotativas, el pago de salarios a trabajadores técnicos e intelectuales no hacía costeable el negocio sin el subsidio gubernamental. Ya durante el régimen de partido único, este modus operandi de las empresas periodísticas se afianzó, las presidencias en turno subsidiaban a a los grandes diarios a cambio de apoyo informativo.
Al surgir la radio y la televisión, medios masivos de difusión por excelencia, que dispusieron de concesiones y permisos gubernamentales para operar. Éstos siguieron un esquema en que la publicidad y el subsidio gubernamental fue por décadas la principal forma de subsistir.
En la segunda mitad del siglo XX los principales medios se convirtieron en consorcios en manos de las élites económicas aliadas al poder político presidencial. Y aquí una hipótesis: ¿La dependencia financiera acabó con la libertad necesaria para ejercer la ética periodística?
Cada quien tendrá una respuesta, en mi opinión luego de más de 40 años de ejercicio profesional, creo que no es así. Formada en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Generación 1973-1977, los maestros de entonces, periodistas de amplio prestigio, coincidían en que el profesional del periodismo debería adoptar un modo ético de vida.
Julio Scherer, reciente aún el golpe a Excélsior, sostenía que había que defender el derecho de la sociedad a conocer la verdad por encima de cualquier otro valor, aún a costa de una posible "amistad" con el poderoso, ellos no tienen amigos sino intereses, te utilizan, alertaba.
Fernando Benítez, autor de Los Indios de México, recomendaba dedicarle atención y corazón al vulnerable, quizá nuestra crónica emocione al poderoso y siembre un cambio para los olvidados.
El maestro Francisco Javier Sánchez Campuzano, de la asignatura Propaganda y Relaciones Públicas, nos mostró las formas ocultas de la propaganda, nos puso la grabación en español de sendos discursos políticos incendiarios, populistas, que ocasionaron emocionados aplausos entre el estudiantado. Luego nos dijo que las exaltadas piezas oratorias eran traducciones grabadas por locutores expertos en doblaje, y eran discursos pronunciados por Hitler y Mussolini, y nos advirtió: no sean aplaudidores traten de ser críticos.
Antonio Delhumeau, director de la Facultad de Ciencias Políticas, nos daba Ciencias y Técnicas de la Información y nos instruía sobre cómo elaborar investigaciones periodísticas. Nos advertía sobre los peligros de atenernos a la información de los boletines de prensa, pues sólo eran instrumentos parciales propagandísticos o comerciales.
Manuel Buendía, de la materia Oficinas de Prensa, nos recomendaba leer mucho para estar alerta y no dejarnos manipular por el gobernante corrupto ni ser cómplices de grupos delincuenciales, creía que siempre había forma de hacer la denuncia. Su doctrina, lamentablemente, le costó la vida.
Muchos más maestros de la licenciatura de Periodismo y Ciencias de la Comunicación Colectiva, nos formaron en la ética práctica: centrada el compromiso con la verdad, la independencia, el respeto a los derechos del hombre y la responsabilidad social. Esos valores en el periodista ético se anteponen al bien personal o material.
Cuando el periodismo no llega a ser trascendente, cosa que ocurre a menudo, se acoge forzosamente a normas políticas, a normas económicas o a normas egocéntricas. Todas ellas son prostituciones del periodismo. Cuando mucho, juzgadas benévolamente, son manifestaciones circunstanciales e incompletas del periodismo", asegura el periodista Jorge Santacruz.
"En la tradición política, los gobiernos en turno —sean neoliberales o socialistas— suelen presentarse como mártires de la crítica periodística. Les disgustan las informaciones de lo que hacen mal y, también, las opiniones críticas que evidencian sus acciones equivocadas.
El periodismo tiene las funciones de informar y formar opinión. La información debe ser neutra y veraz, apegada a los hechos, sin involucrar opiniones ni sentimientos. La información es tendenciosa y se convierte en propaganda cuando distorsiona la realidad, cuando la sesga, para beneficiar a intereses particulares en agravio del interés común.
Al periodismo también le es permitida la opinión, pero diferenciada con toda claridad de la información. Esta es subjetiva, implica juicios de valor, por lo tanto, es parcial.
El artículo periodístico será válido cuando esté sustentado en hechos verídicos, axiomas e inferencias lógicas; cuando el porqué del tema propuesto se demuestre absolutamente y se plantee —al menos— una posible solución.
La crítica bien sustentada nunca podrá ser calificada de tendenciosa. La opinión periodística lo será cuando falsee los datos, cuando la información no se pueda verificar, cuando la exposición de las ideas sea ilógica.
La evolución de los medios de comunicación ha sido compleja, al amparo del poder se ha reconfigurado el espectro radiotelevisivo y periodístico. Hay una triste realidad que amerita atención: los trabajadores de los medios, profesionales y técnicos, han visto la depauperización de su salario profesional y muchos padecen de falta de empleo.
La relación poder político-prensa ha estado marcada por un insano intercambio comercial, a cambio de créditos, concesiones y contratos de publicidad gubernamentales, se ha sacrificado la veracidad. Los intereses económicos han silenciado conciencias de periodistas e intelectuales y medios de comunicación, existe la información "a modo" para defender intereses específicos ajenos al bien común. La propaganda disfrazada prevalece hasta nuestros días.
Actualmente, con la apertura de los medios digitales, y la presencia de los llamados youtubers, la ética no siempre forma parte de la ecuación, puesto que dichos espacios priorizan el "click" fácil o la visita al contenido, sin importar si este es real o falso.
Aun así, hay periodistas y medios comprometidos con la ética profesional, existen informadores, investigadores, articulistas, especialistas y medios de comunicación que mantienen una línea de independencia y de servicio.
fcr.alternativa@yahoo.com
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(Ciudad de México, 15 de noviembre de 1776- 21 de junio de 1827)
Para Fernández de Lizardi, la comunicación del pensamiento ha de estar vinculada a la libertad. Una de las principales luchas que abanderó el mexicano con su pluma fue la de poder escribir libremente. Por ello explicaba a sus lectores, en el número inaugural de El Pensador Mexicano, que existe un modo de esclavizar que consiste en poner trabas a la expresión
Así el hombre que piensa, siempre que se halla imposibilitado de comunicar sus pensamientos al público por medio de la prensa, es un mudo intelectual, y mientras más vivamente piense, mientras sea más penetrativo, tanto más ha de sentir el yugo insoportable de esta cadena
Los periódicos de Lizardi también suelen comenzar con una dedicatoria a los lectores. De este modo, en el primer número de El Pensador Mexicano el periodista brinda su obra a los potenciales “consumidores” de su publicación. A usted dedico mi tal cual trabajo, porque ¿a quién sino al lector se le dedican los libros? Si le gustare, podrá comprar este papel y los que le sigan; si no, tan amigos como siempre
La sinceridad y la necesidad de expresarse siempre en libertad acarrearon al Pensador Mexicano, no pocos problemas: encarcelamientos, excomunión, múltiples censuras y un sinfín de rencillas con otros escritores.
La admiración que despertaba en sus seguidores y las polémicas que se gestaban en torno a su figura provocaron, además, que el hablar de Lizardi se transformara en un negocio rentable. En varios de sus folletos, el Pensador se defiende contra aquellos que lo atacan despiadadamente, e indica que todo escritor público ha de velar por la verdad, pero siempre respetando a quien es objeto de crítica.
En suma, el Pensador supo defenderse y defender la actividad de escritor que respetaba y desempeñaba juiciosamente. Para el Lizardi ilustrado, el escritor debía comportarse siempre como un “amante del bien común” y tener como principal tarea el proponer medios para la felicidad general, en el sentido que el siglo XVIII le otorgó al término felicidad; es decir, como la consecución del bienestar en el mundo a nivel individual y colectivo
Las ideas políticas y sociales reflejadas en los trabajos de prensa de nuestro autor ponen de manifiesto los dos principales objetivos éticos de su producción y de su vida: demostrar a los habitantes de la Nueva España y luego a los ciudadanos de la patria mexicana, que era posible, con educación y trabajo, conseguir esa añorada sociedad feliz, y, en segundo término, denunciar las ambigüedades y egoísmos que lo estaban impidiendo.
Fernández de Lizardi fue ante todo un educador nato y, tanto su periodismo como su producción en general, responden a la premisa pedagógica de instruir al pueblo con miras a conseguir la armonía social. Por ello, según él mismo explica, este “médico del público” muchas veces, al velar por la salud de la patria, debe administrar bebidas saludables a sus habitantes, aunque sepan amargas y resulten ingratas al paladar
En resumidas cuentas, Lizardi retrata en su obra periodística a un escritor de nuevo cuño –moderno en las formas, pero tan virtuoso como los sabios admirados desde antiguo– que, junto a otros agentes sociales como los educadores, los trabajadores y las mujeres, está llamado a abonar la tierra para que germinen ciudadanos ejemplares capaces de forjar la nueva nación independiente.
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LOS HERALDOS
Uno a uno fueron cayendo
los heraldos de la tierra y
bajo está sábana de césped
florecieron sus gargantas primitivas.
Cual fuego antes extinto
yo bebí de sus frutos sempiternos
algunos amargos y otros dulces
al abrir los labios renacieron golondrinas.
Palabras que ahora son espadas luminosas,
palabras resonando como campanas
Océanos de memoria, a donde las
Euménides nos conducen.
Los hijos de mercurio, se bañan bajo el sol
viajan entre las sombras,
iluminando palacios de niebla, y estrellas apagadas
y de las grietas de su pecho.
Han parido la aurora,
¿a dónde han ido los heraldos de mercurio?
¿a qué palacio nocturno han ido a alumbrar?
Condenados por el espíritu que se esconde,
rompen sus cadenas, afilan sus voces,
hacen retumbar
La tierra, nos ofrecen el fruto de la memoria
Mónica Ariza Linares
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10 de abril; “ZAPATA VIVE”
www.telesur.net
www.noticieroenredes.com
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www.fcralternativa.blogspot.com
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