LEMA

! POR LA LIBERACION ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS !







04 diciembre 2012

MAL INICIO DE SEXENIO


Lo que mal inicia mal acaba, dice la conseja popular, y el sexenio de Peña Nieto no pudo iniciar de peor manera, primero con un ilegal traspaso de mando a la media noche, y despues en el acto formal de toma de protesta, con un Congreso convertido en bunker policiaco, en medio de protestas de los grupos parlamentarios de oposición.
Pero lo peor estuvo en las calles del Centro Histórico, donde provocadores al estilo de los tiempos del viejo PRI, hicieron que se desatara la brutal represión, que tan bien ensayada tiene el grupo Atalcomulco, con resultado de decenas  de heridos y detenidos.
A pesar de que AMLO y los jovenes del #Yosoy132, llamarón a manifestarse pacificamente, la provocación y la ira de grupos radicalizados, hicieron que los destacamentos policiacos y paramilitares, desataran la violenta represión, no vista en los últimos años en la capital de la republica.
Las escenas de represión en contra de jovenes, mujeres y ancianos, traen a la memoria los dias del 68 y el 71, cuando la barbarie desatada por los gobiernos priistas de Diaz Ordaz y Echeverria, provocaron las más grandes masacres de la  historia  contemporanea de nuestro país.
Las viejas tacticas de infiltrar provocadores, para culpar a la gente de disturbios y desmanes, fue utilizada este sábado negro, para acusar a las fuerzas democráticas de los mismos, versión ampliamente difundida por los medios oficialistas, con las chachalacas de televisa y milenio a la cabeza de la difamación.
El antecedente de esta forma de “gobernar” de Peña Nieto es la brutal represión ejercida en 2006, en contra de los pobladores de Atenco, por el delito de haberse opuesto a malbaratar sus tierras, en donde el cártel de Atlacomulco pretendia hacer un aeropuerto.
Mientras en Palacio Nacional, el gobernante entrante, daba un mensaje lleno de “buenas intenciones”, afuera, la realidad contradecia sus palabras y ponía al descubierto sus verdaderas intenciones, que es acallar a las voces dicidentes, al estilo de las dictaduras militares.
Y aun a pesar de firmar pactos (en donde siempre ganan los ricos y pierden los pobres), con la “oposición domesticada", no podrá borrar el carácter ilegitimo de su gobierno, pues compró la presidencia, lo que está ampliamente documentado. 
No es posible aspirar a un país desarrollado, mientras se tengan gobiernos productos del engaño, el fraude y la represión, es por esto que la lucha del Pueblo debe continuar de manera organizada y combativa,
Este 1º. de diciembre  regresamos a la Prihistoria, pero también se inició una nueva etapa de Resistencia Civil, y por supuesto el FCR, pasa lista, al lado del Pueblo de México, con las armas de la Educación, la Técnica, la Ciencia y la Cultura.
¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA,CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!


INTERVENCIÓN DEL DIPUTADO RICARDO MONREAL ÁVILA,
 EN LA SESIÓN DE CONGRESO GENERAL 
DEL SÁBADO 1 DE SEPTIEMBRE.

Ciudadano presidente; ciudadanos legisladores; invitados. Ha concluido un gobierno espurio y comienza la pesadilla de la imposición y la ilegitimidad.

Una palabra resume lo que hoy, primero de diciembre de 2012, se inicia en el país. La restauración, la vuelta al pasado, el regreso en U. La etapa que hoy se inicia en el país está lejos, muy lejos del ánimo nacional que despertó el Movimiento de Independencia de 1810; el despertar cívico del Movimiento de Reforma Liberal encabezado por Juárez; o de la fuerza social que moldeó a la Revolución de 1910.

Todo lo contrario, esta farsa de toma de posesión decembrina, es fiel réplica de aquella de diciembre de aquella de 1829 donde un triunvirato conservador formado por Pedro Vélez, Luis Quintanar y Lucas Alamán, asume el control del gobierno. O aquella de 1853 donde López de Santa Anna es proclamado su alteza serenísima y es ungido presidente por onceava ocasión; o aquel día decembrino de 1876 donde Porfirio Díaz asume de facto por primera vez la presidencia de México, perpetuándose en ella más de tres décadas.

Lo que hoy se respira en el país es regresión, reversión, involución. Este primer evento político es ilustrativo y premonitorio.

Hay un Estado de sitio a la sede del Poder Legislativo; es vejatorio para los legisladores e insultante para la ciudadanía, tener que cruzar 16 puestos de control, rodear 20 kilómetros de vallas de acero, caminar hasta tres kilómetros para llegar a la casa, a la escuela o al trabajo y sortear miles de pares de botas militares y paramilitares.

La sede del Congreso de la Unión convertida en un vulgar cuartel de gendarmería. De ese tamaño es el miedo y la reacción que despertó en el gobierno impuesto el solo anuncio de los jóvenes del movimiento Yo soy 132, de que vendrían a San Lázaro a ejercer el más elemental de los derechos ciudadanos, el de manifestación y el de la libertad de expresión, como aconteció en 1968 y en 1971.

Los gobiernos del PRI son incapaces de procesar la protesta juvenil. Sólo disponen de un recurso: la fuerza del Estado.

Ayer esa fuerza se usó para masacrar a los jóvenes. Hoy se está usando para reprimirlos. Carlos Valdivia es el primer asesinato político recientemente muerto hace unos minutos por soldados con una bala de goma y por gases lacrimógenos. ¿Se sienten contentos? Sigan gritando y sigan riéndose.

En esta era de la imposición, el primer acto legislativo y político convenido entre el PRI y el PAN, fue la contrarreforma laboral, la más cruel e injusta en contra de los trabajadores, que sepultó las conquistas de la clase obrera.

Muchos trabajadores y jóvenes del país no conocen el alcance y el perjuicio que les causará. El PRI y el PAN son responsables de mantener los salarios mínimos más bajos del mundo, equiparables con países como Haití.

El PRI y el PAN son responsables de elevar a rango constitucional la corrupción, la deshonestidad y la impunidad.

La adquisición de un avión presidencial por más de 350 millones de dólares es quizá el más gráfico ejemplo de los tiempos de retroceso que soplarán a partir de hoy en el país. En un gobierno fiscalmente vulnerado y en un país socialmente empobrecido, comprar un avión de tal lujo y ostentación no es precisamente un signo de altura de miras, sensibilidad o moderación, sino todo lo contrario, de autismo, frivolidad y gloria vana. La restauración no puede ni debe ser el destino de una gran nación como lo es México.

La presidencia cambió de siglas como ahora, pero el país no cambia de rumbo, no cambia de dueños. En los últimos 25 años el rezago económico, la degradación social, el atraso educativo y el deterioro político han tenido un rostro bipartidista.

Con el PRI el país creció apenas el 2 por ciento en promedio; con el PAN menos del 1.9 por ciento. En un solo día, con aquel error de diciembre del 94, el PRI dejó sin empleo a cinco millones de trabajadores. En dos años, el PAN anuló la fuente de trabajo de siete millones de mexicanos y mexicanas.

PRI y PAN han sido una portentosa fábrica de pobres. El priismo heredó el PAN 13 millones de mexicanos en pobreza extrema. El PAN le entrega hoy al PRI 12 millones de nuevos pobres. 25 millones de mexicanos que sobreviven con dos dólares al día, es decir, el PRIAN produce un millón de nuevos pobres por año.

En 25 años los gobiernos del PRI y del PAN dispusieron de la renta petrolera más alta en la historia económica de México. Más de 15 billones de pesos, equiparables sólo con la riqueza que extrajo la corona española de la Nueva España. En qué lo gastaron. En una sola expresión se los digo: corrupción y dispendio.

En 25 años la democracia no se ha traducido en progreso y bienestar para el país por una poderosa razón: PRI y PAN hicieron de la transición una transacción. Hay transacción, no transición cuando se promueven reformas que benefician a las elites políticas y económicas, no a los ciudadanos.

Hay transacción, no transición cuando la democracia se reduce a un sistema para la circulación de las elites, pero no para la movilidad social y política de los ciudadanos. Hay transacción, no transición cuando se busca imponer una visión conservadora y fundamentalista de nación.

Hay transacción, no transición sobre todo cuando se tiene a un IFE timorato, mediocre, omiso y cómplice de las violaciones constitucionales, de la ominosa compra de los votos y el uso desmedido del dinero ilegal; cuando se tiene a un tribunal electoral que actúa como comparsa de las peores prácticas de la perversión política. Anuló y negó justicia, actuaron como simples farsantes de toga y birrete.

Los consejeros y magistrados electorales enterraron impunemente la libertad y la autenticidad del sufragio. Fueron actores de la más grande simulación democrática. Pero lo más grave, elevaron a rango constitucional la compra del voto, el uso ruin de la miseria y la pobreza para obtener votos, el uso ilegal e ilimitado del dinero, la intervención grotesca de los poderes fácticos y la subasta de cargos en razón del dinero y bajo el poder.

Por todo ello, no podemos reconocer a quien compró el cargo más representativo del país con recursos económicos de los que aún se desconoce el origen y el monto. La historia nos enseña que aquél que compra la presidencia, termina vendiendo el país.

En Movimiento Ciudadano no queremos firmar un pacto que busca lavar y olvidar el pecado original de quien incurrió en estas lacras, vicios y trampas. Firmar ese acuerdo sería reconocer y volverse cómplice de los delitos que hemos denunciado en tribunales nacionales e instancias internacionales.

No firmaremos pactos políticos con las élites burocráticas ni con los grupos de poder oligárquico. Los compromisos que asumimos con México son para la historia, no para la fotografía; son para el cambio verdadero, no por un cambio cosmético. No impulsaremos simplemente la alternancia de siglas, sino el siglo de la alternancia mexicana.

Este, ciudadanos legisladores, ciudadanos mexicanos, es un día triste para todos. El luto nacional recorre el país, dista mucho la fastuosidad de este recinto afuera, con los de afuera. Allá hay desánimo, hay enojo social, hay inseguridad, desempleo, pobreza y miseria, riñe con la comodidad de las curules, riñe con sus trajes bien cortados que lo único que saben hacer es chiflar y gritar; riñe con sus emolumentos económicos, que son bien pagados.

Nosotros seguiremos luchando hasta lograr el objetivo superior de la transformación del país. Seguiremos señalando con razón y argumentos que la justicia en México se vende al mejor postor. Que los ministros, consejeros y magistrados son nombrados por cuota política, despreciando la honestidad y talento de jueces y académicos rectos, que es una justicia putrefacta la que ustedes encabezan.

Seguiremos elevando la voz contra este régimen de oprobio, corrupción, inmoralidad y caducidad. Seguiremos denunciando la compra descarada de los votos, el uso del sistema financiero, el lavado de dinero a favor del PRI, la alineación de los poderes fácticos en contra de la libertad del sufragio, la intervención ilegal de los gobernadores y presidentes municipales que saquearon los finanzas; seguiremos defendiendo las causas de los estudiantes; seguiremos denunciando a los gobiernos genocidas como el de Calderón que ha dejado al país en un océano de sangre y violencia por su guerra torpe y absurda, y por la complicidad impune de los altos mandos.

Seguiremos defendiendo el petróleo y la energía de la privatización. Seguiremos denunciando el saqueo y el pillaje, seguiremos alzando la voz contra los feminicidios, contra los crímenes de odio, contra las desapariciones forzadas, contra todo aquello que es una lacra y que ustedes...

Concluyo, presidente. Seguiremos defendiendo nuestros principios.

Sépanlo bien, no vamos a transar dádivas con el poder. No actuaremos con sumisión ni obediencia al poder corruptor del gobierno, seguiremos siendo solidarios y simpatizantes de líderes sociales y honestos, congruentes como Andrés Manuel López Obrador, el líder más importante, con mayor autoridad moral que tiene México.

Salud, compañeros, síganse riendo, síganse riendo, burlándose del pueblo de México.

IGNACIO MANUEL ALTAMIRANO

De raza indígena pura, hasta los 14 años tuvo la oportunidad de asistir a la escuela,  en dónde aprendió a leer,  a escribir y aritmética, siguió estudiando y se convirtió en escritor, periodista, maestro y político liberal . Cultivó el cuento y el relato, la crítica y la historia; el ensayo y la crónica, la poesía y la novela. Sus obras retratan la sociedad mexicana de la época. Abogó y sentó las bases de la instrucción primaria gratuita, laica y obligatoria. Fundó la Escuela Normal de Profesores de México.

LA NAVIDAD EN LAS MONTAÑAS

I

El sol se ocultaba ya; las nieblas ascendían del profundo seno de los valles; deteníanse un momento entre los obscuros bosques y las negras gargantas de la cordillera, como un rebaño gigantesco; después avanzaban con rapidez hacia las cumbres; se desprendían majestuosas de las agudas copas de los abetos e iban por último a envolver la soberbia frente de las rocas, titánicos guardianes de la montaña que habían desafiado allí, durante millares de siglos, las tempestades del cielo y las agitaciones de la tierra.

Los últimos rayos del sol poniente franjaban de oro y de púrpura estos enormes turbantes formados por la niebla, parecían incendiar las nubes agrupadas en el horizonte, rielaban débiles en las aguas tranquilas del remoto lago, temblaban al retirarse de las llanuras invadidas ya por la sombra, y desaparecían después de iluminar con su última caricia la obscura cresta de aquella oleada de pórfido.

Los postreros rumores del día anunciaban por dondequiera la proximidad del silencio. A lo lejos, en los valles, en las faldas de las colinas, a las orillas de los arroyos, veíanse reposando quietas y silenciosas las vacadas; los ciervos cruzaban como sombras entre los árboles, en busca de sus ocultas guaridas; las aves habían entonado ya sus himnos de la tarde, y descansaban en sus lechos de ramas; en las rozas se encendía la alegre hoguera de pino, y el viento glacial del invierno comenzaba a agitarse entre las hojas.

 II 

 La noche se acercaba tranquila y hermosa: era el 24 de diciembre, es decir, que pronto la noche de Navidad cubriría nuestro hemisferio con su sombra sagrada y animaría a los pueblos cristianos con sus alegrías íntimas. ¿Quién que ha nacido cristiano y que ha oído renovar cada año, en su infancia, la poética leyenda del nacimiento de Jesús, no siente en semejante noche avivarse los más tiernos recuerdos de los primeros días de la vida?

Yo ¡ay de mí! al pensar que me hallaba, en este día solemne, en medio del silencio de aquellos bosques majestuosos, aun en presencia del magnífico espectáculo que se presentaba a mi vista absorbiendo mis sentidos, embargados poco ha por la admiración que causa la sublimidad de la naturaleza, no pude menos que interrumpir mi dolorosa meditación, y encerrándome en un religioso recogimiento, evoqué todas las dulces y tiernas memorias de mis años juveniles.

Ellas se despertaron alegres como un enjambre de bulliciosas abejas y me transportaron a otros tiempos, a otros lugares; ora al seno de mi familia humilde y piadosa, ora al centro de populosas ciudades, donde el amor, la amistad y el placer en delicioso concierto, habían hecho siempre grata para mi corazón esa noche bendita. 

Recordaba mi pueblo, mi pueblo querido, cuyos alegres habitantes celebraban a porfía con bailes, cantos y modestos banquetes la Nochebuena. Parecíame ver aquellas pobres casas adornadas con sus Nacimientos y animadas por la alegría de la familia: recordaba la pequeña iglesia iluminada, dejando ver desde el pórtico el precioso Belén, curiosamente levantado en el altar mayor: parecíame oír los armoniosos repiques que resonaban en el campanario, medio derruido, convocando a los fieles a la misa de gallo, y aun escuchaba con el corazón palpitante la dulce voz de mi pobre y virtuoso padre, excitándonos a mis hermanos y a mí a arreglarnos pronto para dirigirnos a la iglesia, a fin de llegar a tiempo; y aun sentía la mano de mi buena y santa madre tomar la mía para conducirme al oficio.

Después me parecía  llegar, penetrar por entre el gentío que se precipitaba en la humilde nave, avanzar hasta el pie del presbiterio, y allí arrodillarme admirando la hermosura de las imágenes, el portal resplandeciente con la escarcha, el semblante risueño de los pastores, el lujo deslumbrador de los Reyes magos, y la iluminación espléndida del altar. Aspiraba con delicia el fresco y sabroso aroma de las ramas de pino, y del heno que se enredaba en ellas, que cubría el barandal del presbiterio y que ocultaba el pie de los blandones. Veía después aparecer al sacerdote revestido con su alba bordada, con su casulla de brocado, y seguido de los acólitos, vestidos de rojo con sobrepellices blanquísimas. Y luego, a la voz del celebrante, que se elevaba sonora entre los devotos murmullos del concurso, cuando comenzaban a ascender las primeras columnas de incienso, de aquel incienso recogido en los hermosos árboles de mis bosques nativos, y que me traía con su perfume algo como el perfume de la infancia, resonaban todavía en mis oídos los alegrísimos sones populares con que los tañedores de arpas, de bandolinas y de flautas, saludaban el nacimiento del Salvador. El Gloria in excelsis, ese cántico que la religión cristiana poéticamente supone entonado por ángeles y por niños, acompañado por alegres repiques, por el ruido de los petardos y por la fresca voz de los muchachos de coro, parecía transportarme con una ilusión encantadora al lado de mi madre, que lloraba de emoción, de mis hermanitos que reían, y de mi padre, cuyo semblante severo y triste parecía iluminado por la piedad religiosa.

III

Y después de un momento en que consagraba mi alma al culto absoluto de mis recuerdos de niño, por una transición lenta y penosa, me trasladaba a México, al lugar depositario de mis impresiones de joven. Aquél era un cuadro diverso. Ya no era la familia; estaba entre extraños; pero extraños que eran mis amigos, la bella joven por quien sentí la vez primera palpitar mi corazón enamorado, la familia dulce y buena que procuró con su cariño atenuar la ausencia de la mía.

Eran las posadas con sus inocentes placeres y con su devoción mundana y bulliciosa; era la cena de Navidad con sus manjares tradicionales y con sus sabrosas golosinas; era México, en fin, con su gente cantadora y entusiasmada, que hormiguea esa noche en las calles corriendo gallo; con su Plaza de Armas llena de puestos de dulces; con sus portales resplandecientes; con sus dulcerías francesas, que muestran en los aparadores iluminados con gas un mundo de juguetes y de confituras preciosas; eran los suntuosos palacios derramando por sus ventanas torrentes de luz y de armonía. Era una fiesta que aun me causaba vértigo.

*Capitulos I-III (de IX), de la Novela publicada en 1871
www.navidadlatina.com/cuentosypoesias


                                  EL FCR, LES DESEA, QUE AUN A PESAR DE TODO,
                                        CELEBREN LAS FIESTAS DECEMBRINAS 
                                   EN COMPAÑÍA DE SUS AMIGOS Y FAMILIARES.
                                                                      ¡SALUD¡

07 noviembre 2012

EDITORIAL CON CALAVERAS


EPITAFIO


  
I
La parca, con indecencia,
nos ha dado un levantón
con su esbirro Calderón y
su espiral de violencia.
Se enseñoreó la demencia
en las tierras del nopal
y esta guerra criminal
usó de señuelo al narco,
que fue pretexto de un parco,
enano, ebrio y chacal

II
70 mil masacrados
-dicen- fue saldo final
en un sexenio infernal
de plagios y asesinados.
Y seguimos “endrogados”
-el consumo no bajó-,
la mafia creció y creció,
impera la delincuencia
y el país, con inclemencia,
en la tumba sucumbió.

III
Esta vida es un suspiro
que se escapa en un segundo,
es una ilusión el mundo,
un simple sueño guajiro.
La Parca nos tiene al tiro
y la guadaña esta presta
para cortarnos la testa
de certero guadañazo,
pues solo estamos de paso
y solo entender nos resta.

IV
Y solo entender nos resta:
nada se opone a la muerte,
hay que aceptar esta suerte
cuando La Parca se apresta;
pues se ha de cumplir su gesta,
la de segar la existencia.
Es pues una impertinencia
y necedad a raudales
negar que somos mortales…
¡No hay indultos, ni clemencia!

FÉLIPE CALDERÓN

Felipe, que Satanás
te arroje hasta los infiernos,
te ponga tridente y cuernos
y que te juzgue Caifás.
Que un lado de Barrabás
tengas ígneo socavón;
enlutaste la Nación
con tu guerra oropelera
e irás a hirviente caldera,
… ¡A-se-si-no... re- cabrón!


ENRIQUE PEÑA NIETO

Te espera inmundo panteón
en los arcanos ignotos
por haber comprado votos
y “ganar” esta elección
con radio, televisión,
mas tarjetas de Soriana…
Enrique, así no se gana;
cuando mucho, se agandalla…
¡Tu intelecto es de peor laya,
¡Tú mente es hueca e insana!


EL XANTOLO, LA FIESTA DEL DÍA DE MUERTOS EN HIDALGO
Ofrenda del Xantolo, en Pachuca Hidalgo

* Dentro de la Región de Sierra y la Huasteca hidalguense se celebra el día de muertos como pocos lugares en nuestro país. El Xantolo (palabra introducida al náhuatl por la deformación de la frase latina festiumominum sanctorum, que quiere decir fiesta de todos los santos), la tradición más importante de esta región, la cual aún se mantiene muy arraigada. Este peculiar culto a los muertos, en el que se les recuerda y venera de manera especial.

Acompañada de danzas, cantos y típicos platillos, la celebración del Xantolo o Día de Muertos  se caracteriza por la devoción, el esmero y la unión con que los habitantes de las pequeñas comunidades que esperan la llegada de sus familiares y amigos que ya no se encuentran con ellos. La fiesta de muertos en la sierra y la huasteca hidalguense (Xantolo), sorprende por su colorido a través de los años, la celebración es sagrada.

 El 2 de noviembre es el día de todos los santos y el día 3 es el día de la bendición; día de la despedida. El 2 de noviembre se recibe a todos los fieles difuntos y se prenden cohetes para avisar que se está ofrendando. Se hacen rezos. A la gente que está de visita en alguna casa se le ofrece comida de la ofrenda porque se tiene la creencia de que esa persona que está de visita es como si tomara el alma del difunto y estuviera allí para recibir sus alimentos.

** Éstas son las impresiones de Jorge, un (malogrado) viajero enamorado de la luz, el sabor de la comida, la música y los panteones de esta zona.
Una tarde me tomo desprevenido, justo cuando estaba entretenido en desordenar la ; distraído. Siempre sucede lo mismo cuando ocurre cosas importantes: a uno lo pillan; como cuando te enamoras que te rodea de golpe una luz vibrante y sopla un viento vigoroso, y no puedes dejar de verlo y sientes como te rechinan los cimientos... y empiezas a vivir de otra manera: empiezas a vivir y a morir.
Cuando llegó ese momento tuve la visión de escoger el lugar adecuado: Tianguistengo, cerca de Tlahuelompa, la capital de las campanas. Fue un acierto el insistir. En lo alto de una montañade la Huasteca hidalguense, frontera indescifrable con la sierra, en la cima de un nudo volcánico donde el tiempo es húmedo, fresco, con el roció en las alas de los insectos. En ese cementerio multicolor desde el que, en los días claros y luminosos, se pueden ver a un costado las montañas con nieve, y cuando me atrevo a mirar al cielo lo tengo más cerca u eso me permite volar y flotar de vez en cuando.
Tengo una ventaja extra. Cada trece lunas llegan danzantes un poco atolondrados pero siempre respetuosos a despertarme para cruzar al otro lado. La nostalgia es canija.
Las mujeres hilan flores para colgarlas junta al papel picado, preparan la comida para servirla en ollitas de barro recién cocidas, adornan los altares con frutas tropicales y prenden las velas y el copal.
Preparan la fiesta con esmero. Reciben primero a los chiquitos, a los angelitos y les dan solo tamales de ajonjolí y dulces mientras les cantan las mañanitas: “...hoy por ser día de los muertos te las cantamos así...”.
Después llegamos a los mayores puntualmente. El camino fosforescente está tapizado de hojas amarillas de cempasuchil, de tal manera que uno no se extravíe... la memoria se debilita y necesita de referencias que la refresquen. Además, la vista empieza a dejar de deslumbrarse con la luz... uno camina, flota, siguiendo el brillo polar, el reflejo de siete colores pandeados a punto de desvanecerse, la luz plateada de los sueños y fantasías y la transparencia de la lluvia cuando es fina y no se siente.
Hay otro gran auxilio: las voces que cantan sin temor las melodías que penetran suavemente con la alegría y tesón. ¡Que placer escucharlas! Es cuando uno empieza a flaquear con la nostalgia.
Voces seductoras que uno finalmente no acaba de olvidar. ¿Para que? ¿Por qué tendría que hacerlo?, son del pasado, son carnales, son insistentes, son bocanadas de otra vida. La música es irresistible, la banda de metales y tambores que llaman y llaman y acaban por prender... la fiesta esta preparada y es un gozo acudir con los otros, los que se han quedado sin sentirlo.
Regresar y comer esos tamales, esos inmensos, gloriosos, voluptuosos tamales (zacahuil), acompañados de chocolate con agua. Y después unos tragos de sotol o pulque... y meterse en la fiesta, ver el recuerdo de facciones casi desconocidas, hurgar en eso que llamaba amor y dejar que las sombras de las nubes tracen por momentos los rasgos verdaderos sobre esa máscara inmutables, los accidentes del viento que danzan disfrazados y no paran hasta el día de San Andrés, a finales de noviembre.
Cuando acabamos agotados por el baile, la danza, la música que hipnotiza, y las ollas de comida que empiezan a aparecer con menos frecuencia, la charla empieza a navegar por causes mas rápidos y traicioneros, aunque más excitantes y traicioneros, aunque más excitantes y sorpresivos. Me preguntan con frecuencia y de soslayo ¿Y, como es la vida aquí tan cerca de Dios y tan lejos aún de los gringos? Es un tiempo continuo, sincronizado y armónico con la sonrisa de los niños y con la mirada de los chamanes. Es una espiral hacia fuera, amplia, vasta; una visión panorámica sobre la selva tropical, los ríos, las grutas, las antenas de los insectos y las orejas de las liebres.
Es una delicia platicar sin prisa y sobresaltos mayores del sabor de la tierra, del color de la penumbra, del eco sordo de las pisadas del ganado, de los anhelos jóvenes y desbocados, viejos y claridosos. Volver y nunca acabar de sorprenderse de las resquebrajaduras, crujidos y sopetones que esconden las arrugas y cicatrices... como la tierra que no se empapa de cuando en vez.



JOSÉ GUADALUPE POSADA 
 (Aguascalientes, 2 de febrero de 1852 - Ciudad de México, 20 de enero de 1913), grabador mexicano. Desde el estallido de la Revolución  hasta su muerte, el maestro Posada trabajó incansablemente en la prensa dirigida a los trabajadores, ésta constituye hoy una crónica de la sociedad y la política de su época. 

Por Diego Rivera

En México han existido siempre dos corrientes de producción de arte verdaderamente distintas, una de valores positivos y otra de calidades negativas, simiesca y colonial, que tiene como base la imitación de modelos extranjeros para proveer a la demanda de una burguesía incapaz, que fracasó siempre en sus intentos de crear una economía nacional y que ha concluído por entregarse incondicionalmente al poder imperialista.

La otra corriente, la positiva, ha sido obra del pueblo, y engloba el total de la producción, pura y rica, de lo que se ha dado en llamar "arte popular". Esta corriente comprende también la obra de los artistas que han llegado a personalizarse, pero que han vivido, sentido, trabajado expresando la aspiración de las masas productoras. De estos artistas el más grande es, sin duda, José Guadalupe Posada, el grabador de genio. 

Posada, tan grande como Goya o Callot, fue un creador de una riqueza inagotable, producía como un manantial de agua hirviente. 
Posada, intérprete del dolor, la alegría y la aspiración angustiosa del pueblo de México, hizo más de quince mil grabados; así lo asegura el editor Vanegas Arroyo. 

Mano de obrero, armada de un buril de acero, hirió el metal ayudado por el ácido corrosivo para arrojar los apóstrofes más agudos contra los explotadores. 

Precursor de Flores Magón, Zapata y Santanón, guerrillero de hojas volantes y heróicos periódicos de oposición. 

Ilustrador de los cuentos y las historias, las canciones y las plegarias de la gente pobre. Combatiente tenaz, burlón y feroz; bueno como el pan y amigo de divertirse, cuyo reducto fue un humilde taller instalado en una puerta cochera, a la vista, pero al flanco de la iglesia de Santa Inés y de la Academia de San Carlos. 

¿Quiénes levantarán el monumento a Posada? Aquellos que realizarán un día la Revolución, los obreros y campesinos de México. 

Posada fue tan grande, que quizá un día se olvide su nombre. Está tan integrado al alma popular de México, que tal vez se vuelva enteramente abstracto; pero hoy su obra y su vida trascienden (sin que ninguno de ellos lo sepa), a las venas de los artistas jóvenes mexicanos cuyas obras brotan como flores en un campo primaveral, después de 1923. 
La producción de Posada, libre hasta de la sombra de una imitación, tiene un  acento mexicano puro. 

Analizando la labor de Posada, puede realizarse el análisis completo de la vida social del pueblo de México. 

Los valores plásticos que contiene la obra de Posada son todos los más esenciales y permanentes de la obra de arte. 

La composición de Posada, de un extraño dinamismo, mantiene, sin embargo, el equilibrio más grande de los claros y oscuros en relación a la superficie del grabado. 

El equilibrio a la par que el movimiento, es la calidad máxima del arte clásico mexicano; es decir, el pre-cortesiano.
 
Del arte clásico mexicano es propio también el amor al carácter y el empleo, a la vez terrible y drolático, de la muerte, convertida en elemento plástico. 

Posada: la muerte que se volvió calavera, que pelea, se emborracha, llora y baila. La muerte familiar, la muerte que se transforma en figura de cartón articulada y que se mueve tirando de un cordón. La muerte como calavera de azúcar, la muerte para engolosinar a los niños, mientras los grandes pelean y caen fusilados, o ahorcados penden
de una cuerda.

La muerte parrandera que baila en los fandangos y nos acompaña a llorar el hueso en los cementerios, comiendo mole o bebiendo pulque junto a las tumbas de nuestros difuntos.. 

La muerte que es, en todo caso, un excelente tema para producir masas contrastadas de blanco y negro, volúmenes recientemente acusados y expresar movimientos bien definidos de largos cilindroides formando bellos ángulos en la composición, magistral utilización de los huesos mondos. 

Todos son calaveras, desde los gatos y garbanceras, hasta Don Porfirio y Zapata, pasando por todos los rancheros, artesanos y catrines, sin olvidar a los obreros, campesinos y hasta los gachupines. 

Seguramente, ninguna burguesía ha tenido tan mala suerte como la mexicana, por haber tenido como relator justiciero de sus modos, acciones y andanzas, al grabador genial e incomparable Guadalupe Posada. 

Su buril agudo no dio cuartel ni a ricos ni a pobres; a estos les señaló sus debilidades con simpatía, y a los otros, con cada grabado les arrojó a la cara el vitriolo que corroyó el metal en que Posada creó su obra.
 
La distribución de blancos y negros, la inflexión de la línea, la proporción, todo en Posada le es propio, y por su calidad lo mantiene en el rango, de los más grandes. 

Porque Posada fue un clásico, no le subyugó nunca la realidad fotográfica, la infrarealidad, siempre supo expresar como valores plásticos la calidad y la cantidad de las cosas dentro de la super-realidad del orden plástico. 

Si es indiscutible lo que dijo Augusto Renoir: que la obra de arte se caracteriza por ser "indefinible e inimitable," podemos decir que la obra de Posada es la obra de arte por excelencia. Ninguno imitará a Posada; ninguno definirá a Posada. Su obra, por su forma, es toda la plástica; por su contenido es toda la vida, cosas que no pueden encerrarse dentro de la miserable gaveta de una definición.




EL FCR, INVITA A CELEBRAR EL ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN MEXICANA, ESTE 20 DE NOVIEMBRE, CON UNA JORNADA COMBATIVA, POR LA DEFENSA DE LOS DERECHOS CONSAGRADOS EN LA CONSTITUCIÓN MEXICANA