Con la entrada del ejercito Trigarante a la Ciudad de México, el 27 de septiembre de 1821, se da por consumada la guerra por la Independencia de la Corona Española, que 11 años atrás había iniciado el padre Miguel Hidalgo y Costilla. A partir de entonces somos un país Libre y Soberano en el concierto mundial, y en estos 200 años hemos construido una identidad propia como producto del mestizaje, lo que se conoce ya como la Mexicanidad.
El gobierno virreinal había enviado al coronel Agustín de Iturbide a combatir a Vicente Guerrero, en el sur del territorio novohispano, pero ante la imposibilidad de derrotarlo, y convencido que no era necesario más derramamiento de sangre, para sostener un reinado trasatlántico en América, propuso conciliar a las fuerzas en pugna y declarar la independencia. Comenzó a entablar contacto con dicho personaje. Después de entrevistarse en Acatempan, Gro., ambos jefes se pusieron de acuerdo, y se proclamó el Plan de Iguala, el 24 de febrero de 1821, que prometía una independencia inmediata, un monarquismo a favor de Fernando VII y tres garantías: Religión, Unión e Independencia, sobre las que se fundaba el nuevo país. Además, se formó el Ejército Trigarante, con fuerzas insurgentes de Guerrero y las tropas realistas de Iturbide, fuerza armada que fue creciendo rápidamente, con las unidades realistas que desertaron de las filas virreinales, para unirse a las Trigarantes.
Meses más tarde, Iturbide se reunió con el último virrey, don Juan O´Donojú, con el que firmó el Tratado de Córdoba, Ver., el 24 de agosto de 1821, que reconoció el fin de la dominación de España y establecía, como forma de gobierno, la monarquía constitucional. El Ejército de las Tres Garantías entró a la ciudad de México, el 27 de septiembre de ese año, en medio de los vítores y la algarabía popular, ya que se enarbolaban las principales divisas del pacto de independencia, lo cual significaba el fin de una larga guerra de insurgencia y la consumación de la independencia de México.
Desde que somos una nación libre e independiente, México ha ido construyendo su propia identidad, con las Transformaciones en las que ha luchado el Pueblo; la Independencia, la Reforma, la Revolución y la que actualmente está en curso, “la Revolución de las Conciencias” (4T). En el FCR asumimos nuestro pasado, reivindicamos el presente y el futuro. Pero sobre todo ¡Estamos orgullosos de ser Mexicanos!
¡POR LA LIBERACIÓN, ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!
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LA CONSUMACIÓN DE LA INDEPENDENCIA
Mientras que en Nueva España continuaba la guerra de Independencia, en España, como consecuencia de la labor de las Cortes, en 1812 se promulgó la Constitución de Cádiz, que estuvo vigente hasta 1814. Ese año, las fuerzas francesas se retiraron y Fernando VII regresó a su reinado; enseguida, suspendió la Constitución de Cádiz porque limitaba su poder. Sin embargo, en 1820un movimiento organizado por liberales españoles la restableció y obligó a Fernando VII a cumplirla. Esta situación inquietó a algunos criollos y españoles ricos en Nueva España, ya que pensaban que con la aplicación de la Constitución de Cádiz perderían sus privilegios. Por eso, prefirieron aliarse con el movimiento insurgente para conseguir la Independencia y establecer una monarquía en Nueva España que les permitiera mantener sus privilegios. Así, los inconformes con la restauración de la Constitución buscaron el apoyo de un jefe militar de confianza, por lo que eligieron a Agustín de Iturbide.
Al principio, Iturbide simpatizaba con la causa del movimiento de Independencia, pero después decidió aliarse con los realistas debido a los actos de violencia que los insurgentes cometieron contra los españoles en varias ciudades. Durante casi cinco años los combatió exitosamente, lo cual le dio prestigio entre la población española y criolla. Ante la urgencia de mejorar la economía de Nueva España, severamente dañada por una década de guerras, y evitar la aplicación de la Constitución de Cádiz en su territorio, Iturbide consideró necesaria la alianza entre realistas e insurgentes, y para ello buscó a Vicente Guerrero, el líder guerrillero más importante en ese momento.
Así, Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide pactaron la alianza por medio del acto conocido como “el abrazo de Acatempan” y la sellaron con la firma del Plan de Iguala, en el que se propuso la unión general entre europeos, americanos e indígenas en un solo imperio, mediante los lazos de amistad, de educación y de idioma, sin que el interés de uno dominara sobre el de los otros. Para simbolizar esta alianza se creó una bandera que representaba la unión de ambas fuerzas, con los colores verde (que simbolizaba la independencia), blanco (la pureza de la religión) y rojo (la unión entre españoles y americanos), por lo que se le conoció como el “Ejército de las Tres Garantías” o “Trigarante”. Al unirse ambas tropas, Vicente Guerrero, líder insurgente, reconoció a Iturbide como primer jefe del Ejército Trigarante. Mientras tanto, en España, el liberal Juan O’Donojú fue enviado a gobernar Nueva España. Éste arribó a Veracruz cuando el Plan de Iguala era conocido en gran parte del virreinato, por loque consideró que la Independencia era inevitable. Así, Iturbide y O’Donojú firmaron los Tratados de Córdoba, que reconocían la Independencia. Finalmente, el 27 de septiembre de 1821, en la ciudad de México se recibió a Iturbide, Guerrero y al Ejército Trigarante con desfiles, canciones, flores y fuegos artificiales. La guerra de Inde-pendencia había terminado.
Libro de Historia 4º año
ACTA DE INDEPENDENCIA
La Nación Mexicana que, por trescientos años, ni ha tenido voluntad propia, ni libre el uso de la voz, sale hoy de la opresión en que ha vivido. Los heroicos esfuerzos de sus hijos han sido coronados; y está consumada la empresa, eternamente memorable, que un genio, superior á toda admiración y elogio, amor y gloria de su Patria, principio en Iguala, prosiguió y llevó al cabo, arrollando obstáculos casi insuperables. Restituida, pues esta parte del septentrión al ejercicio de cuántos derechos le concedió el Autor de la Naturaleza. Y reconocen por inenagenables y sagrados las naciones cultas de la tierra; en libertad de constituirse del modo que más convenga á su felicidad; y con representantes que puedan manifestar su voluntad y sus designios; comienza a hacer uso de tan preciosos dones, y declara solemnemente, por medio de la Junta Suprema del Imperio, que es Nación Soberana, é independiente de la antigua España, con quien, en lo sucesivo, no mantendrá otra unión que la de una amistad estrecha, en los términos que prescribieren los tratados: que entablará relaciones amistosas con las demás, potencias ejecutando, respecto de ellas, cuántos actos pueden y están en posesión de ejecutar las otras naciones soberanas: que va á constituirse, con arreglo á las bases que en el Plan de Iguala y Tratado de Córdoba estableció, sabiamente, el primer Jefe del Ejército Imperial de las Tres Garantías; y en fin que sostendrá a todo trance y con el sacrificio de los haberes y vidas de sus individuos, (si fuere necesario) esta solemne declaración, hecha en la capital del Imperio a veinte y ocho de septiembre del año de mil ochocientos veinte y uno, primero de la Independencia Mexicana.
13 de septiembre de 1847, Defensa del Castillo de Chapultepec.
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ARTE, CIENCIA Y EDUCACIÓN
EN LA CONSTRUCCIÓ DE LA
Los procesos sociales que nos han constituido como país tienen que ver con un doloroso devenir histórico fincado en acto de autoconstrucción permanente en el marco de la conformación política del Estado y sus mecanismos de vinculación con la población, llamados aparatos de Estado, que en el caso de la construcción cultural de la sociedad son el arte, la ciencia y la educación.
Los momentos emblemáticos de nuestra historia como son el fin de la Guerra de Independencia, las luchas internas entre liberales y conservadores resueltas con el triunfo de las llamadas Leyes de Reforma y el escenario inmediato al fin de la Revolución de 1910-1917, son los referentes de transformación social caracterizados por un cambio sustancial en la lucha por el poder político como forma de resolver una aguda contradicción de carácter social; situación que moviliza la necesidad de reconstruir lo destruido por la guerra a partir de una nueve idea de Nación plasmada en proyectos económicos, políticos, sociales y culturales, situación desde la que surge la idea de IDENTIDAD, como mecanismo que responda a la problemática de la cohesión social en crisis, ya que sin ésta, es más difícil el desarrollo de cualquier proyecto.
El escenario de lo real objetivo es el complejo campo de lo que se debe construir sobre lo destruido; la idea o ideología, particularmente en estos momentos históricos, es el mundo del pensamiento innovador y las emociones que inciden de forma particular en la conducta de los sujetos, a esto llamémosle en términos generales subjetividad, la que también es social e históricamente construida.
En el siglo XIX el arte, en su forma de ilustración científica fue un poderoso recurso para dar cuenta de las dimensiones del territorio y su rica biodiversidad, exploraciones que permitieron también los primeros hallazgos arqueológicos prehispánicos.
Tales expediciones contribuyeron a la conformación de instituciones científicas, experiencia desde la cual se da nueva lógica y sentido a las escuelas de arte, a las instituciones dedicadas a la naciente tecnología y alas de educación básica. Con tales resultados se comienza a hablar de la llamada cultura nacional en el ambivalente debate del pensamiento positivista y la religiosidad católica. Tal debate será el que cimiente nuestra narrativa fundacional, desde la que se finca la identidad, de la misma manera que el conocimiento científico del territorio gracias a las ilustraciones artísticas, va conformando el sentimiento DE PERTENENCIA.
También es el espacio desde donde se explica el conflicto que pretende conciliar ciencia y religión en las políticas educativas al triunfo de la Guerra de Independencia que posteriormente será la tendencia espiritualista del humanismo nacionalista propio de muchas políticas educativas para la construcción de una república deseosa de incorporarse al desarrollo capitalista de la época.
Sin embargo, éste debate todavía no permeaba en la dinámica de la base de las relaciones sociales. La mayor parte de la población vivía evidentes condiciones de exclusión por parte de los proclamadores del nuevo proyecto de nación, razón por la cual se desata la guerra civil de 1910-1917.
Para retomar la historia de la continua construcción de la identidad nacional era necesario todo un proyecto de inclusión de esas potenciales fuerzas productivas al nuevo proyecto económico nacional. La estrategia consistió en reconocer y emplear la estética de esos sectores excluidos, paisaje en el que se podía encontrar la raíz de la llamada “raza cósmica”, es decir, darle arraigo histórico fundacional, y con ello orgullo de identidad a quienes habrían de buscar su lugar en la nueva correlación de fuerzas mundial del período entre la primera y segunda guerra mundial en el continente Americano.
Es así como se recupera el arte popular rescatado de los objetos de uso cotidiano construidos con técnicas artesanales y desde donde los artistas académicos trazan sus particulares estilizaciones para plasmar, mediante murales, la narrativa homogeneizadora desde la laicidad civil como alternativa a las injusticias históricas.
La finalidad de este recurso artístico es el llamado a la UNIDAD NACIONAL, quizá no desde la solución de problemas, pero sí desde el sentimiento patriótico, mismo que permitiría la proliferación de signos, símbolos y narrativas que afirmarían la identidad, y que es la escuela pública la encargada de incidir en la subjetividad colectiva también llamada imaginario social.
Ese fervor nacionalista, más que la comprensión profunda del sentido del nuevo proyecto de nación, es el que alimenta la ciencia y la técnica durante unas pocas décadas siguientes.
Valgan estas notas para propiciar la organización del necesario análisis con relación a la convocatoria de una nueva transformación nacional desde los factores instalados en el imaginario social que paraliza o moviliza conductas participativas de la sociedad hacia un nuevo proyecto de nación. El conflicto ahora es la reconstrucción de la identidad después de una acción mundial neoliberal que ha configurado el mundo objetivo de nueva manera y conformado la subjetividad fugaz e individualista en las nuevas generaciones.
¡Que viva México! ¡Viva México! ¡Viva México!
*Irma cristina Hernández Iriberri. Septiembre mes de la Patria.
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VICENTE GUERRERO
El Benemérito de la Patria y militar insurgente Vicente Ramón Guerrero Saldaña nació en Tixtla (hoy Guerrero) el 9 de agosto de 1782 y murió en Cuilapan, Oaxaca, el 14 de febrero de 1831. El estado de Guerrero, ostenta su nombre, en honor a su heroísmo.
Vicente Guerrero, desde joven tuvo afinidad con las ideas libertarias de los insurgentes, en diciembre de 1810 se unió a las tropas independentistas, por su arrojo y valentía queda a las órdenes directas de Morelos. Cuando muere Morelos, en 1815, la conducción del movimiento recae en el mismo Guerrero.
El 9 de noviembre de 1820, el virrey envía una oferta de indulto a Guerrero a través de su padre; Vicente se muestra sensible ante el dolor de su progenitor, pero, según la versión popular, ceñida cariñosamente por la tradición oral, responde:
“Este venerable anciano es mi padre; viene a nombre del virrey a ofrecerme dádivas, que nunca aceptaré. Respeto a mi padre y le obedezco; pero como mexicano de honor y soldado de la libertad de mi pueblo, no puedo traicionar mi ideal, que piensan empañar los hombres faltos de amor patrio: Mi patria es primero”.
RELATO
Guerrero galopó durante toda la noche y el amanecer del día siguiente lo sorprendió en pleno campo.
- Solo y sin mi gente; ojalá se hayan salvado muchos, me dirigiré hacia aquel pueblo que se mira allá.
Unas horas más tarde, llegaba a la pequeña población...
- ¿Se han presentado los realistas por aquí?
- ¡No señor, tememos que se acerquen de un momento a otro! Somos muchos; ¡pero no sabemos pelear!
No bien habían acabado de proferir esas palabras, se escucharon los cascos de los caballos del invasor. Guerrero tuvo otra de sus ideas geniales.
- ¡Ponte a tocar el tambor, anda! ¡Quiero que acuda la gente!
No tardó la plaza en llenarse de gente, que acudía curiosa, alrededor del tambor.
- ¡Escuchen: no hay tiempo que perder; los realistas están por llegar traigan las armas que tengan para hacerles frente!
- ¡Vamos corran!
Con los hombres formando círculo y protegidos tras los sacos de maíz, Guerrero resistió el ataque, que se prolongó por varias horas.
- ¡No malgasten el parque; tiren sobre seguro!
Finalmente, los realistas se retiraron, al ver la inutilidad de sus esfuerzos por ganar la plaza.
- Señor guerrero; gracias a usted, nuestro pueblo se ha salvado; muchos queremos seguirlo en el movimiento...
- Se los agradezco, en nombre de la Patria. Reclutaremos más gente en el camino. ¡En marcha!
GUERRERO
(soneto)
En los montes del Sur, Guerrero un día,
alzando al cielo la serena frente,
animaba al ejército insurgente
y al combate otra vez los conducía.
Su padre en tanto, con tenaz porfía,
lo estrechaba entre sus brazos tiernamente
y en el delirio de su amor ardiente
sollozando a sus plantas le decía:
Ten piedad de mi vida desgraciada;
vengo en nombre del rey, tu dicha quiero;
poderoso te haré; dame tu espada.
¡Jamás! – Llorando respondió Guerrero;
padre tu voz es, para mí, sagrada,
más la voz de mi patria es lo primero.
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ORGULLO DE SER MEXICANO
Ser mexicano es ser alegre, hospitalario, auténtico, amable; para mí, en lo personal es lo mejor que pudo ocurrirme, los mexicanos tenemos un compromiso con nuestras raíces, con nuestra cultura, con nuestro amor por México, y ese compromiso no reside sólo en haber nacido en este país, reside en el respeto, el orgullo, fortaleza y el amor a nuestra patria.
Pero no sólo ese amor que decimos sentir cuando gritamos ¡viva México! un 15 de septiembre, sino ese amor que nos hace ser trabajadores, responsables, honestos, respetuosos; aunque para algunos es no sea la mejor forma de honrar a nuestro país…estamos tan acostumbrados a saquear a México que un día nos daremos cuenta que dimos más por menos.
Ser mexicano no es ponernos el sombrero de paja, echarnos unos tequilas e ir por la vida gritando ¡Viva México!, es hacer pequeñas acciones para hacer de este un país mejor: no tirar basura, ceder el asiento a los adultos mayores, no desperdiciar el agua, trabajar honradamente, y miles de cosas que ayudan, pero somos como un esquema de repetición y decimos: “Si él no lo hace yo porque si”. Los demás no harán las cosas por ti, es fácil has lo que tu sientas, lo que te nace del corazón, lo que te haga honrar a tu tierra.
Podemos hacer de este un país con oportunidades, tenemos talento; un país con identidad donde nuestra cultura siga siendo nuestra carta de presentación, porque un país sin identidad es un país débil; un país con personas de calidad sin esa falsa interpretación de: “el que no tranza no avanza”, con ganas de triunfar y hacer de este México un país mejor.
Ser mexicanos es sentirnos orgullosos, aportar nuevas ideas, no dormirnos repitiendo esquemas, ser pro activo, luchar y demostrar que somos capaces de hacer las cosas bien hechas.
Ser mexicano es un orgullo que corre por mis venas y desde la trinchera donde me toca luchar grito ¡Viva México!
www.somosmexicanos.mx
¡VIVA SALVADOR ALLENDE!
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