Las elecciones del pasado 4 de junio, en los estados de México. Coahuila, Nayarit y Veracruz, nuevamente han puesto en duda la supuesta democracia que hay en nuestro país. Puesto que el régimen priista ha usado todas sus viejas artimañas para imponerse sobre la voluntad ciudadana.
En Nayarit y Veracruz, el PRI, fue prácticamente barrido, poco o nada pudieron hacer los mapaches y alquimistas del sistema, pero en el Estado de México el gobierno y su partido, derrocharon recursos para coaccionar y comprar el voto, violando lo establecido en la Ley, sin embargo aun así el PRI no pudo ganar limpiamente la elección. La maestra Delfina Gómez candidata de Morena, ha demostrado que se impuso al priista Alfredo del Mazo, del grupo Atlacomulco y cuya familia (abuelo, padre, tío y primo), han sido ya gobernadores del Estado de México, en lo que parece más un sistema monárquico que un republicano.
Con la complacencia, de los órganos electorales; Instituto Electoral del Estado de México (IEEM), Tribunal Electoral (TEEM), y el Instituto Nacional Electoral (INE) que se han comportado como un vulgar arbitro vendido, al ignorar las múltiples y evidentes pruebas de una elección de Estado y la descarada compra de votos y alteraciones en las cifras que se subieron al Programa de Resultados Preliminares (PREP).
En las cifras alteradas, dadas a conocer por el IEEM, ya se daba por triunfador al candidato priista, nota que los medios oficialistas propagaron al instante, pero sin aun haber revisado las actas y limpiado la elección, con el evidente propósito de dar por hecho que del Mazo era ya el próximo gobernador. En el caso de Coahuila también pasó algo similar, el candidato priista supuestamente ganó por escaso margen a su más cercano contrincante.
Estos hechos ponen en entredicho la tan cacareada democracia Mexicana, Peña Nieto y su aprendiz de Canciller; Luis Videgaray, antes de criticar a otros países, deberían respetar aquí el proceso electoral.
Los halcones del sistema como en 1971, han vuelto actuar, ahora disfrazados de promotores del voto priista, amedrentando y amenazando con cañones y balas de dinero para comprar voluntades.
Diversas voces se han manifestado contra el fraude, como el Padre Alejandro Solalinde, quien dio un llamado a las autoridades electorales del país, sobre todo del Edomex para que respeten la voluntad ciudadana sin alterar resultados.
También hay que señalar el triste papel de esquirol que protagonizó el PRD sabiendo de antemano que iban a perder, se prestó al juego del PRI sirviéndole de comparsa, al igual que el viejo PPS tiende a ir al basurero de la historia.
Es claro que lo ocurrido en estas elecciones, son un ensayo de lo que pretende hacer el sistema, para la elección presidencial del 2018, en dónde de antemano saben que van a perder, pero como siempre van a intentar otro mega fraude, el viejo dinosaurio priista se niega a morir, pero aun continua dando coletazos.
Sin embargo no hay que perder la Esperanza, ni bajar la guardia, hay por el contrario que redoblar esfuerzos y continuar con la organización del pueblo, recordemos que no hay dictadura que dure 100 años, y el PRI ya cumplió su ciclo histórico, hay que mandar al diablo sus instituciones corruptas, y formar nuevas al servicio del Pueblo.
¡POR LA LIBERACIÓN ECONÓMICA, CULTURAL Y POLÍTICA DE NUESTROS PUEBLOS!
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"PUSIMOS A TEMBLAR A LA MAQUINARIA DEL PRI"
La Maestra Delfina Gómez Álvarez es egresada de la UPN, se desempeñó como maestra de educación primaria durante la mayor parte de su carrera profesional, fue además Subdirectora Auxiliar de Proyectos en la Secretaría de Educación del Estado de México, cursó una maestría en pedagogía y una segunda maestría en Educación, en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey.
Alma E. Muñoz, La Jornada, 11 jun 2017. Delfina Gómez, candidata de Morena al gobierno del Estado de México, advirtió que van a comprobar en tribunales su triunfo en las elecciones del 4 de junio. "No vamos a dejar de luchar hasta que se limpie la elección, nosotros tenemos la verdad jurídica", indicó.
Al inaugurar el III Congreso Nacional Extraordinario del partido, señaló que el proceso electoral mexiquense debe ser de muchísimo orgullo, porque "pusimos a temblar a la maquinaria del PRI" en la tierra de Enrique Peña Nieto.
La ex alcaldesa de Texcoco pidió a los congresistas prepararse para la elección de 2018 y reforzar la unidad interna: "dejemos a un lado protagonismos, intereses personales, las aspiraciones... Vamos a actuar con madurez y compromiso para lograr un cambio de país", manifestó.
Llamó a organizarse, a defender el voto ciudadano y evitar las trapacerías. "Tener la frente en alto, debemos sentirnos orgullos, Morena fue el partido más votado sin necesidad de aliarse" con otros partidos.
Delfina Gómez resaltó que "es momento de sentirnos contentos, satisfechos pero no confiados. A sólo tres años de su fundación, Morena es el partido más votado, superando con 800 mil votos al PAN y un millón al PRD", destacó.
Resaltó que la ciudadanía exige y clama por sus derechos. "Que sepan los del PRI y los de las corruptelas que algo que no vendemos los ciudadanos y los mexiquenses es nuestra dignidad. Ya es momento que sepan que los ciudadanos reclamamos justicia", manifestó.
Señaló que al disputarle al presidente y al grupo Atlacomulco su bastión enfrentaron una maquinaria de corruptelas y dinero.
Citó entre las irregularidades la compra del voto, el rebase de tope de gasto de campaña del priista Alfredo del Mazo, y las mentiras que, dijo, inventaron sobre su gobierno en Texcoco, así como intimidación a militantes y simpatizantes del partido.
"No se equivoquen, no todos somos iguales; afortunadamente los de Morena somos diferentes... La maestrita les enseñó que sí se puede cuando la ciudadanía está harta... Tenemos suficiente valor y principios para ganar bien".
Agregó que "tenemos que seguir trabajando porque pese al fraude, Morena es la única fuerza con estructura y apoyo para enfrentar al régimen".
Su supuesta victoria en el Estado de México "es producto del miedo y los billetazos, y no cuentan con el respaldo ciudadano. No lograran doblarnos ni vencernos", destacó.
La ex edil de Texcoco indicó que van a defender "con uñas y dientes la voluntad del pueblo. Morena sigue adelante".
Delfina Gómez fue recibida por los congresistas de Morena con el grito "gobernadora, gobernadora".
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ELECCIONES ABERRANTES Y ANACRÓNICAS*
Para cualquier observador de las elecciones en el estado de México fueron evidentes las violaciones al espíritu y a la letra de la Constitución. Las elecciones son una aberración: división esquizofrénica entre el respeto a la ley y su infracción sistemática. Reforcé esta percepción cuando visité los municipios de Naucalpan, Tlalnepantla y Huixquilucan. Las cosas fueron tan obvias que por eso resulta irritante la incapacidad de Instituto Nacional Electoral para intervenir, prevenir y sancionar. El Instituto Electoral del Estado de México actúa como un instrumento del gobernador.
Las más graves violaciones se dieron a la luz del día: compra masiva del voto (se calcula que un millón y medio recibieron un regalo del PRI); la coacción: condicionamiento del acceso a los programas sociales; violación a los modelos de comunicación política autorizados (el PRI unificó sus espots con los de los gobiernos federal y local); propaganda de desprestigio y calumnia (llamadas telefónicas en la madrugada); exceso en el tope de gastos de campaña, evidentes por los costosos mítines, espectaculares, brigadas de promoción y compra del voto, equipos de apoyo, etcétera; apropiación y uso de los programas sociales por parte de funcionarios federales, estales y municipales; actos anticipados de campaña; violencia e intimidación contra los cuadros de los opositores; entrega indebida de apoyos en efectivo, así como el uso de recursos de procedencia ilícita. Todo esto hace imposible la equidad en la contienda.
Estos abusos obedecen a una conducta reiterada y se trasluce que responden a un mando central. Fue un operativo que abarcó a toda la entidad y se concentró, estratégicamente, en las regiones rurales más pobres, donde se elevó misteriosamente la participación de electores (en miles de casillas hubo más votos que ciudadanos empadronados). Uno tiene la impresión de una máquina que funciona a todos los niveles de la organización política, apoyada por grupos de interés y medios de comunicación. En el caso de Coahuila se repitieron estos patrones contra otro partido que amenazaba a la pandilla local. Asombra el anacronismo: se cometen los mismos ilícitos que hace 50 o 60 años. Esto refleja la descomposición del sistema y la ceguera de sus beneficiarios. Los opositores sólo podrán enfrentar a esta maquinaria múltiple, con una firme alianza y una excelente organización.
*José Agustín Ortiz Pinchetti
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BALAS POR VOTOS
UN POCO DE HISTORIA ELECTORAL
Alejandro Rosas, animalpolítico.com
“Nuestra situación era sumamente desventajosa porque nuestros adversarios contaban con todo el elemento oficial, en el que se apoyaban sin escrúpulos… En México, como república democrática, el poder público no puede tener otro origen ni otra base que la voluntad nacional, y ésta no puede ser supeditada a fórmulas llevadas a cabo de un modo fraudulento”.
¿A qué personaje corresponde esta declaración? No, no es de Andrés Manuel López Obrador, es de Madero y proviene del manifiesto que acompañaba al plan de San Luis en 1910. Palabras más, palabras menos, en 1929, José Vasconcelos, candidato de oposición, también utilizó los mismos términos: usurpación, fraude, soberanía popular, voluntad nacional, corrupción.
De los 21 procesos electorales que se realizaron en el siglo XX, considerando el de 1900 como el primero y el del año 2000 como el último, en 10 de ellos se suscitaron problemas graves: movimientos armados, asesinatos políticos, persecución de opositores y denuncia de fraudes. A pesar de que el voto popular directo fue establecido en la Constitución de 1917, las elecciones solían dirimirse con balas y no con votos. La democracia era sólo una figura retórica.
En 1910, Madero, candidato anti reeleccionista, junto con muchos de sus partidarios fue encarcelado y las elecciones favorecieron a Porfirio Díaz, con un Congreso que validó el proceso electoral y la séptima reelección del dictador; el resultado final fue el inicio de la revolución. En 1920, el presidente Carranza intentó imponer un candidato civil frente a la popularidad de Obregón y terminó dos metros bajo tierra; en 1924, la imposición de Calles fue acompañada por la revolución delahuertista y una terrible purga revolucionaria; para la sucesión de 1928, además de dos candidatos de oposición asesinados por el gobierno un año antes –Francisco R. Serrano y Arnulfo R. Gómez- el presidente electo, Álvaro Obregón, también cayó asesinado.
En 1929 fue creado el partido oficial bajo el nombre de Partido Nacional Revolucionario –cambiaría su denominación a Partido de la Revolución Mexicana (1938) y Partido Revolucionario Institucional (1946)-, y con su primer fraude perpetrado el mismo año de su fundación, llevó a la presidencia al candidato oficial, Pascual Ortiz Rubio derrotando al candidato de oposición José Vasconcelos.
Las dos elecciones más escandalosas hasta antes de que el fraude fuera institucionalizado por el sistema político surgido de la revolución, fueron las de 1910, cuando Madero fue candidato y la de 1929, cuando José Vasconcelos aceptó encabezar la oposición; en ambos casos, los dos candidatos denunciaron el fraude, desconocieron al gobierno y se proclamaron presidentes de la nación.
El 5 de octubre de 1910, desde San Antonio, Texas, Francisco Ignacio Madero dio a conocer el plan de San Luis. En el célebre documento que dio origen a la Revolución Mexicana, Madero expresó: “Haciéndome eco de la voluntad nacional, declaro ilegales las pasadas elecciones y quedando por tal motivo la república sin gobernantes, asumo provisionalmente la presidencia de la República, mientras el pueblo designa conforme a la ley sus gobernantes. Para lograr este objeto es preciso arrojar del poder a los audaces usurpadores que por todo título de legalidad ostentan un fraude escandaloso e inmoral”.
Diecinueve años después, en 1929, José Vasconcelos denunció un magno fraude y el 1 de diciembre proclamó el plan de Guaymas desconociendo a los poderes de la Federación, a los poderes de los estados y municipios “que desde hace 30 años han venido ensangrentando al país, robando el Tesoro público y creando la confusión y la ruina de la Patria, y que han pretendido burlar el voto público en la elección presidencial última”. Vasconcelos se declaró presidente electo y decidió marchar al extranjero, definiéndose a sí mismo como “el hombre que quizá por primera vez en nuestra historia tiene el triunfo en una elección presidencial casi unánime”.
Aunque la historia no es cíclica, es indudable que hay similitudes en ambos casos que van más allá del discurso: una crisis generalizada provocada en buena medida por la falta de sensibilidad política del gobierno establecido; la percepción de una parte de la sociedad que considera imprescindible la caída del gobierno para plantear una nueva relación entre el ciudadano y el poder, y la seguridad de los caudillos que encabezan el movimiento de que hablaban a nombre del pueblo.
Al lanzarse a la contienda electoral, los partidos que postularon a Madero y a Vasconcelos no tenían representación en el Congreso, ni gubernaturas, ni presidencias municipales, ni gozaron de recursos públicos para sus campañas políticas, ni podían manifestarse libremente. Los espacios democráticos estaban totalmente cerrados. Ambos fraudes fueron plenamente documentados: elección de estado –con el carro completo para el gobierno y su candidato-, robo de urnas, encarcelamiento de partidarios e incluso el asesinato de algunos; incendio de casillas, amenaza a los electores, y el aval del poder legislativo, al servicio del gobierno, al calificar las elecciones.
Dentro del caos generado por la revolución y el caótico proceso de reconstrucción del país, la democracia no tuvo cabida más que como letra muerta dentro de la constitución. Los hechos demostraron que era el tiempo de las balas y no de los votos.
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10 DE JUNIO 46 AÑOS DE IMPUNIDAD
Jesús Martín del Campo
Este 10 de junio se cumplen 46 años de la masacre perpetrada por los Halcones, grupo paramilitar patrocinado y cobijado por el gobierno de Luis Echeverría. Más de 100 estudiantes muertos, centenares de heridos, periodistas golpeados y un ambiente de terror se vivió la tarde de aquel jueves en San Cosme y los alrededores de la Normal.
Pasaron poco más de 30 años para que se iniciaran investigaciones sobre el caso. De acuerdo con las pruebas acumuladas para entonces y a la jerarquía de sus funciones, la principal responsabilidad de la planeación y orden de ejecución del Halconazo recae en Luis Echeverría Álvarez, presidente de México en 1971.
La Fiscalía para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado (Femospp) fue la instancia encargada de la investigación y de impulsar los juicios de responsabilidad de los ex funcionarios implicados en los crímenes del 2 de octubre y del 10 de junio. Pero cuando todo apuntaba a que vendría la condena de los, a todas luces, responsables de tan atroces delitos, una magistrada exoneró a Luis Echeverría.
En efecto, la magistrada Herlinda Velasco, en un documento de sentencia sobre el Halconazo, que tiene cerca de 800 páginas, reconoce primero la existencia de los Halcones; que eran entrenados por personal del Ejército mexicano; que se les distribuyeron armas como ametralladoras y rifles con las que asumieron en la marcha posiciones de disparo; que fueron trasladados al lugar de los hechos en camiones grises esperando órdenes para proceder al ataque contra los estudiantes; a quienes siguieron tanto en los hospitales como en los lugares donde se escondían para seguir atacándolos; también dice que intervinieron grupos de granaderos y policías que bloquearon la marcha y que ayudaron y dieron apoyo logístico al grupo de los Halcones para la realización de su cometido, resultando de todo ello una emboscada; que el grupo de los Halcones dependía del Estado, siendo su jefe común el militar Manuel Díaz Escobar Figueroa, subdirector de Servicios Generales del Distrito Federal; que el gobierno utilizó a dicho grupo para que interviniera en la manifestación estudiantil del 10 de junio y que agredieron a las personas que pretendían manifestarse pacíficamente en el lugar de los hechos, privando de la vida a algunas personas.
Todo lo anterior son elementos que hablan de un crimen de Estado, pero la magistrada dio un giro antijurídico, frívolo y aberrante al exonerar a Luis Echeverría. Al cerrarse las puertas de la justicia en México, al aliarse el aparato gubernamental actual y los jueces de consigna con los autores de las masacres, hay negación de justicia. Por ello recurrimos a las instancias internacionales. Los del Comité 68 promovimos una queja por denegación de justicia por el caso del 10 de junio de 1971 ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, misma que ha pedido al gobierno mexicano que le remita los expedientes del caso. Daremos los pasos necesarios para que así suceda. El caso no está cerrado. En otros países, como Argentina, Chile y Guatemala, se ha logrado reabrir los procesos de crímenes semejantes con el consecuente enjuiciamiento y castigo de quienes los cometieron.
No cejar en el empeño de acabar con la impunidad de quienes cometen crímenes de Estado es muy importante. Lo que sucedió con los estudiantes de Ayotzinapa nos estremeció y nos vuelve a mostrar de lo que es capaz un gobierno autoritario. La obstrucción de la investigación y el cinismo para hacerlo son la repetición de lo hecho con el 68, el 71 y la guerra sucia.
Mientras que en la sociedad mexicana se avanza en la idea de ampliar los derechos humanos y de convertirlos en la base de todos los demás derechos, los funcionarios del gobierno mexicano pregonan que los defienden y se obstinan en violarlos. Así ha sucedido con los maestros, los estudiantes de las normales rurales y tantos otros. La criminalización de la protesta lleva al encarcelamiento de muchos que participan en manifestaciones pacíficas y con demandas legítimas. Exigir la liberación de los presos por luchar es una consigna vigente.
Ahora nos encontramos ante un peligro mayor, el gobierno y sus aliados en el Congreso quieren que se aprueben leyes de seguridad interior que nos llevarían a un retroceso y convertirían al Ejército en el instrumento principal para controlar y reprimir a la población. Como recordamos muchos, el Ejército fue utilizado para reprimir al estudiantado en 1968 y 1971, teniendo como resultado las masacres del 2 de octubre en Tlatelolco y del 10 de junio en San Cosme. No debemos permitir que se consume ese atentado. Ojalá que haya el número suficiente de legisladores dispuestos a frenarlo.
La obstrucción del gobierno mexicano para reabrir la investigación sobre el 10 de junio de 1971 convierte a Luis Echeverría en la personificación emblemática de la impunidad cínica y sistémica del Estado mexicano. Tenemos que acabar con ello y pugnar porque México sea parte de la jurisdicción universal de la justicia.
Por la memoria, por la verdad y la justicia,
¡Diez de junio, no se olvida!